El Pais (Uruguay)

Ingresos y precios: qué es el salario real y poder de compra

La evolución del IPC afecta de manera directa en el bolsillo del trabajador

- PAMELA DÍAZ

En épocas de negociació­n salarial se habla con más frecuencia de salario real y de poder adquisitiv­o. Y la razón es muy simple: lo que se pacte en los Consejos de Salarios determinar­á en parte las finanzas personales de los trabajador­es. En este Finanzas de Bolsillo veremos qué significan esos dos conceptos y cuál es el impacto que tiene en la vida de las personas.

Primero veamos qué es el salario real. Es la diferencia entre el ingreso mensual del trabajador y la variación de los precios de productos y servicios que consume. En otras palabras, al sueldo que se recibe “en mano” se le descuenta la suba de precios.

Por lo tanto, según explicó a El País el economista Martín Alesina, el salario real baja cuando los precios suben más que el sueldo. “En este caso, el trabajador podrá adquirir con su salario menos bienes y servicios que antes”. En el caso opuesto, si el incremento del salario es “mayor al aumento de precios, el salario real sube”.

Al calcular el salario real se puede ver cuál es el poder adquisitiv­o. El economista señaló que “es la capacidad de una persona o un grupo de adquirir determinad­os bienes y servicios, dado su ingreso”. Por ende, cuando el salario real sube, aumenta el poder adquisitiv­o, y, cuando el salario real baja, desciende el poder adquisitiv­o.

“Los dos conceptos anteriores son clave para entender la economía familiar. En buena parte, el ingreso de las familias es utilizado para el consumo de bienes y servicios. Por eso, para saber si mes a mes tenemos acceso a más o menos bienes, debemos comparar la evolución de nuestros ingresos con respecto a la de los precios”, explicó.

Una de las maneras de ver cómo evoluciona­n los sueldos a nivel nacional en el sector público y el privado es el Índice Medio de Salarios (IMS), que lo calcula el Instituto Nacional de Estadístic­a (INE) y se estableció en la ley 13.728 en diciembre de 1968.

Aclarado el punto anterior, hablemos de la inflación. Por definición es la suba de los precios en un determinad­o lugar físico y espacio temporal. El INE explica que el Índice de Precios del Consumo (IPC) es un “indicador agregado que estima la variación mensual de los precios de bienes y servicios que consumen los hogares”. ¿Cómo lo calcula? Releva todos los meses los “precios de un conjunto de bienes y servicios selecciona­do a partir de la estructura del gasto de consumo de los hogares que habitan en las regiones urbanas del país”.

Ahora llevemos la teoría a los números. El julio, el IMS tuvo una variación mensual de 0,92%, acumulada en el año de 5,11% y en los últimos 12 meses de 5,83%. Al mismo tiempo, los precios tuvieron una variación mensual en julio de 0,52%, acumularon en el año 5,3% de aumento y en los 12 meses cerrados a julio tenían 7,3% de alza.

¿Qué significan todos esos porcentaje­s? Los trabajador­es tuvieron una pérdida del poder adquisitiv­o de 1,47% en los 12 meses cerrados a julio de 2021.

El INE diferencia entre los sueldos del sector público y el privado. En el primer caso, los salarios crecieron 5,93% en los 12 meses cerrados a julio, por lo que el salario real bajó 1,37%. En el segundo caso, los salarios subieron 5,78%, por lo que la caída fue de 1,52%.

CONSEJOS DE SALARIOS. En Uruguay, en los Consejos de Salarios se fijan los sueldos mínimos por categoría laboral y se determinan los ajustes de las remuneraci­ones de los trabajador­es, entre otras cuestiones. Alesina explicó que lo que se resuelve en las negociacio­nes “tiene gran importanci­a en la evolución futura del salario real y del poder adquisitiv­o de las familias”.

Las decisiones que se tomen, en “conjunto con la inflación que efectivame­nte se de en ese periodo, determinar­á la evolución del salario real de buena parte de los sectores de la economía local en el corto/mediano plazo”, afirmó.

“Las negociacio­nes salariales pactan el aumento futuro de los salarios nominales para numerosos rubros. Para ello, se toma en cuenta la inflación que se espera que haya en el futuro. Si el aumento pactado del salario nominal es mayor a la inflación que efectivame­nte hubo en ese periodo, el trabajador tendrá un aumento del salario real, y viceversa en caso contrario. Como la inflación del futuro no es conocida, se toman las expectativ­as de inflación que tienen los expertos consultado­s por el Banco Central”, añadió.

Además, comentó: “Las tasas de inflación esperadas para los próximos años son más bajas que la actual. Por diferentes razones, se espera que la inflación baje, pero no se sabe con certeza si es lo que ocurrirá. Si bien existen cláusulas en caso de que la inflación esperada no se cumpla y no se dé lo pactado en materia de no perder poder adquisitiv­o, hay preocupaci­ón por parte del sector sindical. Para cubrir a los trabajador­es de la inflación en tiempo real, y que la recuperaci­ón del poder de compra perdido a raíz de la pandemia se comience a dar lo antes posible, se exigen aumentos mayores”.

El salario líquido es el dinero que el trabajador recibe todos los meses

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DESCONTAR. “Para saber si mes a mes tenemos acceso a más o menos bienes, debemos comparar la evolución de nuestros ingresos con respecto a la de los precios”, dijo Alesina.

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