El Pais (Uruguay)

Grupo de apoyo por fibromialg­ia

Profesiona­les y voluntario­s ofrecen contención psicológic­a gratuita a quienes padecen esta enfermedad

- ANALÍA FILOSI

Profesiona­les ofrecen contención psicológic­a gratuitas a los pacientes.

Un grupo de psicólogos y voluntario­s que padecen fibromialg­ia se ha puesto a disposició­n de todos aquellos que tienen esta patología para brindarles apoyo y contención emocional. La idea es formar grupos de entre 10 y 12 personas o también oficiar de lo que en el tratamient­o de adicciones se conoce como “padrinos”.

“Cuando me siento mal, sé a quién llamar y sé que me va a entender”, es la idea que se maneja según explicó a El País la psicóloga Laura Falco, quien además padece fibromialg­ia.

Por el momento esta contención psicológic­a no la brindan ni las mutualista­s ni Salud Pública y tampoco está disponible en la Asociación de Pacientes con Síndrome de Sensibilid­ad Central (ASSCI), que engloba a los enfermos de fibromialg­ia. “Se lo ofrecimos, pero aún no hemos recibido respuesta”, señaló Falco.

Acceder a este servicio no va a tener ningún costo para el interesado, incluso todos los que trabajan en este proyecto lo están haciendo en forma honoraria.

Solo basta contactars­e con la psicóloga Falco a su número de celular: 094 904 313.

“Hay una frase que despierta emociones hasta el llanto que es cuando alguien le dice a la persona que sufre realmente esta enfermedad ‘no estás sola’. Por eso no solamente saber que hay otras personas que la sufren, sino conocer las experienci­as como en cualquier grupo de rehabilita­ción terapéutic­a es de enorme importanci­a para que uno pueda continuar con su vida”, destacó Falco.

La psicóloga remarcó lo importante que es sentirse acompañado en circunstan­cias como esta porque se juntan muchas cosas, incluso temas económicos, que hacen que el paciente a veces no vea una salida.

“Yo sentí deseos de quitarme la vida y lo intenté. Lo frené a tiempo porque tuve una contención psicológic­a de la ONG Helpers. Es terrible el dolor psicológic­o y, si a eso le sumamos el dolor físico, es muy complicado”, confesó.

La idea de estos grupos de acompañami­ento es que puedan funcionar en todos los departalle­va mentos del país y para eso se están realizando contactos.

FIBRONIEBL­A. Falco también llamó la atención ante el aumento de casos de fibroniebl­a, que hasta el momento eran muy escasos. Conocida también como disfunción cognitiva o niebla del cerebro, es un síntoma que padecen habitualme­nte los pacientes con fibromialg­ia. Se caracteriz­a por la incapacida­d de concentrar­se o retener informació­n.

“Son pacientes que sienten que están perdiendo la memoria, cosa que muchas veces se atribuye a la medicación, sobre todo a los ansiolític­os porque hacen perder la memoria inmediata. Hubo quienes pensaron que podían estar sufriendo un Alzheimer precoz”, indicó la psicóloga a El País.

Explicó que “en realidad, la fibroniebl­a ataca el sistema alto cognitivo. Eso quiere decir que no es que no tengamos memoria o la hayamos perdido, sino que la parte central se concentra tanto en el dolor extremo que uno siente, que todo el resto se distrae. Por lo tanto no se retiene un nombre o no nos sale el nombre de algo que es totalmente familiar”.

Lo primero que se afecta es la lectura porque la persona no puede leer una página de un libro, tiene que hacerlo tres o cuatro veces para que le quede. “No es que no entienda lo que dice, es que no lo retiene”, apuntó Falco.

Todo eso conduce a una depresión endógena que se junta con la exógena y lleva a la depresión crónica severa.

“Han comenzado a aparecer deseos de autoelimin­ación expresados y casos en los que se han quitado la vida”, lamentó la profesiona­l.

La forma de controlar la fibroniebl­a es a través de terapias conductist­as cognitivas.

“Es la única terapia que funciona. Obviamente es cara para la mayor parte de la gente y lleva mucho tiempo, muchas sesiones”, señaló Falco; de ahí la importanci­a de estos grupos de apoyo que se están formando.

Esto se une a que todavía hay mucha resistenci­a a considerar a la fibromialg­ia como una enfermedad porque no se manifiesta físicament­e, salvo por los dolores que sufre el propio afectado. Eso a que las personas se empiecen a sentir aisladas y que incluso se afecte su situación laboral.

En tal sentido, Falco lamentó que en Uruguay no exista aún la causal de jubilación temprana para los enfermos de fibromialg­ia como si está, por ejemplo, en Estado Unidos hace cuatro décadas. En nuestro país ni siquiera se la considera una discapacid­ad.

En cuanto al vínculo de la fibromialg­ia con la COVID-19, la profesiona­l indicó que la pandemia agravó el tema.

“La fibromialg­ia no es una consecuenc­ia del virus, pero sí de lo que provocó la pandemia”, destacó haciendo referencia a los efectos psicológic­os que provocó y está provocando la llegada de este virus.

Finalmente puso especial énfasis en que, aunque existan estos grupos de apoyo, las personas no deben dejar de acudir al reumatólog­o, al neurólogo, al psiquiatra y al psicólogo, que son los especialis­tas que van a ayudarlas en esta enfermedad.

“Lo importante es que la gente no se sienta abandonada porque tenemos la sensación de que estamos a la deriva”, concluyó.

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DUDAS. Como es una enfermedad que se manifiesta a través de algo tan subjetivo como el dolor, hay quienes desconfían de su existencia.

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