Choferes de apps piden beneficios ante el riesgo de “desaparecer”
Pago de impuestos y acceso a compra de vehículos complican al sector
La pandemia, que llevó durante meses a las personas a confinarse en sus hogares, golpeó el negocio de los viajes que proveen plataformas como Uber o Cabify. El impacto de la crisis se sumó a las dificultades que ya enfrentaban los choferes y terminó por amenzar la viabilidad del sector, según alertó la Asociación de Conductores Uruguayos de Aplicaciones (ACUA). Dada la situación, el gremio saldrá a reclamar una serie de beneficios al gobierno de Luis Lacalle Pou.
Actualmente alrededor de 3.000 personas trabajan como choferes de aplicaciones, 700 menos que en 2019. “Y cada día se van bajando más”, señaló a El País el presidente de ACUA, Gerardo Sastre. La razón de la caída es que la actividad “perdió atractivo económico”, luego de la regulación de las plataformas en 2016 sin que se le concedieran los mismos beneficios que goza el sector del taxi y el remise.
“Tributamos de la misma forma que el taxi, en el Literal E, pero sin ningún beneficio”, señaló Sastre. Según dijo, para poder realizar la actividad deben abonar unos $ 20.0000 al mes al Estado. El problema, dijo, es que “lo que hay que pagar mes a mes es fijo, pero lo que ingresa no”.
A esto se suma la patente, que para los choferes de apps es el doble que para los taxis y remises. Casi la misma proporción se da en el combustible: para los conductores de Uber y Cabify representa el 38% del ingreso, mientras que para los taxis significa el 16%, ya que acceden a vehículos a gasoil.
De hecho, la compra de los automóviles también supone una ventaja para el taxi, según ACUA, ya que acceden a leasing (con descuento de IVA) y además tienen exoneración de Imesi. Esos puntos son recogidos en una iniciativa del diputado colorado Sebastián Sanguinetti que procura equiparar los beneficios entre los taxis y remises y las apps (ver recuadro).
INEQUIDAD. Por otra parte, el sindicato de aplicaciones también señaló otras diferencias como el subsidio de casi $ 300.000 al taxi para pasar de unidades a combustión a modelos eléctricos. A eso se suma el pedido de exoneración de $ 10 por litro de combustible, que realizó el sector de empresarios del taxímetro y que también reclaman las plataformas.
Sastre recordó que los conductores de apps tienen que cambiar de vehículo a los seis años al igual que el taxi, pero sin sus mismos incentivos para la compra, por lo que concluyó que el trabajador de Uber y Cabify “está fuera del sistema y ya no va a poder trabajar” a mediano plazo.
Según el gremio, la ecuación no es redituable: la actividad de las plataformas quedó equiparada en el plano tributario al taxi y al remise y pasó de ser un trabajo complementario a uno intensivo por la cantidad de horas necesarias para cubrir los costos. El resultado “no es atractivo” y así “va a disminuir la cantidad de prestadores del servicio y por lógica va a tender a desaparecer”, dijo Sastre.
Frente a esta realidad, ACUA solicitó entrevistas con Presidencia de la República, los ministerios de Trabajo, Economía y Medio Ambiente y las comisiones de Transporte de Diputados y Senadores para plantear sus reclamos.
“Estamos a nuestra suerte, pero esperanzados que con el cambio de gobierno se empiece a mirar al sector”, cerró Sastre.
Trabajadores pidieron reunión a Presidencia, Economía, Trabajo y al Parlamento.