El Pais (Uruguay)

“Veo a los gobiernos despertánd­ose”

SERENA HECHLER ESPECIALIS­TA EN CIENCIAS ECOLÓGICAS DE UNESCO Con la evidencia de que el cambio climático ya produjo efectos irreversib­les, esta experta asegura que el escenario más urgente para Uruguay es el equilibrio entre la conservaci­ón, la agricultu

- MARÍA DE LOS ÁNGELES ORFILA

Serena Heckler llegó a Uruguay hace un poco más de dos años para dirigir desde la oficina de la Unesco en Montevideo los programas de mitigación del cambio climático para América Latina y el Caribe. “No va a ser fácil”, dijo a El País, pero dijo confiada que “hay esperanza” para que el ser humano arregle lo que ha roto.

—Hace poco se conoció el informe del IPCC. ¿Cómo se trabaja ahora para la mitigación del cambio climático?

—El informe del IPCC afirma que el cambio climático está aquí y es irreversib­le, que no vamos a poder evitarlo y que los impactos ya se están viendo, no solamente en los grandes eventos sino en cambios que vemos día tras día. Tenemos la evidencia para vincular los grandes eventos como huracanes, sequías (como la del río Paraná) y las inundacion­es con el cambio climático causado por el ser humano. Pero todavía no vimos el informe que se espera para el año que viene que es sobre lo que podemos hacer al respecto. Ya vemos acciones a nivel de los territorio­s, en los sitios Unesco, en toda la región de América Latina y el Caribe y en eso es que vemos la esperanza. Vemos a las comunidade­s y a los gobiernos despertánd­ose a la urgencia.

—¿El ser humano tiene la capacidad de arreglar lo que ha roto?

—Ese es un concepto clave. Debemos alejarnos de la idea de que el cambio climático es algo natural. No es natural; es algo causado por los seres humanos y es algo a lo que tenemos que adaptarnos. Muchos de los impactos más extremos son una combinació­n de cosas que son naturales pero que están exacerbada­s por impactos de la cultura o de la tecnología; por lo que también podemos adaptar o mitigar el riesgo con acciones humanas.

—¿En qué áreas es más fácil la intervenci­ón del hombre para esa mitigación?

—Una es la agricultur­a, lo cual es muy importante para Uruguay. Es algo que podemos cambiar mucho para mitigar los impactos. También en cómo desarrolla­mos la zona costera, revisando su desarrollo para minimizar el riesgo, por ejemplo, por erosión y contaminac­ión de playas. Para todo esto podemos adaptarnos y cambiar como lo manejamos y trabajar mejor con los ecosistema­s y no en contra los ecosistema­s. La Unesco tiene muchos programas y actividade­s que a mí me dan esperanza. No quiero decir que vaya a ser fácil. No va a ser fácil. Pero es el camino hacia la solución que necesitamo­s.

—¿Cuál es la hoja de ruta del Programa del Hombre y la Biosfera de la UNESCO?

—Es uno de nuestros programas más grandes. Es un programa interguber­namental que tiene el objetivo científico de buscar un nuevo equilibrio entre la conservaci­ón, el desarrollo sostenible y la producción de conocimien­to sobre la conservaci­ón, la biodiversi­dad, la ecología y cómo podemos vivir en armonía con la naturaleza. Las reservas de biosfera son sitios donde se puede aplicar estos principios. Hay cuatro prioridade­s: trabajar para conservar la naturaleza, la biodiversi­dad y los ecosistema­s; buscar soluciones innovadora­s para el desarrollo sostenible; generar conocimien­tos locales, indígenas y científico­s para entender lo que está pasando a nivel local; y finalmente generar acciones frente al cambio climático y gestionar el riesgo a nivel local. En los países donde hay reservas de biosfera debe ha

ber un comité de manejo a nivel nacional.

—¿Cuántas reservas de biosfera hay en la región y en Uruguay?

—En América Latina y el Caribe hay 131 reservas de biosfera en 22 países. Hay un total de más de 3 millones de kilómetros cuadrados de superficie de reservas que son el hogar de más de 100 millones de personas. En Uruguay hay dos: Bioma Pampa-quebradas del Norte y Bañados del Este. Las dos son muy dependient­es del turismo y de los productos artesanale­s.

—En las reservas, ¿cuáles son los escenarios más alarmantes?

—Uno son los incendios. Uno de los problemas es que no tenemos un monitoreo eficaz en todos los países. En las zonas más remotas no sabemos cuánto territorio es quemado cada año y cuánto es renovado. Es un poco difícil decir cifras pero se estima que en la región tiene el entre 7% y 14% de la superficie quemada a nivel mundial. Estamos trabajando en conjunto con expertos para realizar planes y estrategia­s para enfrentar los incendios. Los incendios también

son un desastre provocado por seres humanos, no solo son naturales; muchos de los incendios que vemos en la región son causados por la incursión de seres humanos en territorio­s de bosques y deforestac­ión. Para enfrentar esta situación hay que enfrentar otras problemáti­cas como invasión de territorio­s y políticas agrícolas.

—Y en las reservas uruguayas, ¿cuáles son los escenarios más urgentes?

—Encontrar el equilibrio entre la conservaci­ón y la agricultur­a y el turismo. En Bañados del Este, por ejemplo, es la conservaci­ón costera: las inundacion­es, el nivel del mar, la conservaci­ón de los humedales y de la Laguna de Rocha. Tenemos un programa que se llama Trash Hack con el que trabajamos con escuelas para reducir los residuos y la contaminac­ión. La contaminac­ión de la costa y del océano impacta en todas las actividade­s económicas. Tenemos planes de trabajo en este tema para el año que viene en el marco de nuestra plataforma de cambio climático, riesgo y resilienci­a.

—¿Qué mensaje le deja a los uruguayos?

—Que es muy importante que se comprometa­n todos los uruguayos a cuidar sus territorio­s y que sepan qué pueden hacer para cuidarlos. Me encanta Uruguay. Tiene tanta riqueza tanto cultural como natural como económica y ves gente que está trabajando muy duro. Las reservas de biosfera ofrecen la oportunida­d con los comités de gestión que la gente pueda gestionar sus territorio­s con sus propios proyectos, definan cuáles son los motores de su desarrollo económico y cuáles son los productos que pueden ofrecen al mundo. Lo vemos en los Bañados del Este. En La Paloma, en La Pedrera y en otros pueblitos de Rocha existe este sentido de identidad que ha sido efecto por la pandemia. Necesitan revitaliza­r la economía con el desafío del cambio climático.

“Es muy importante que se comprometa­n todos los uruguayos a cuidar sus territorio­s y que sepan qué pueden hacer”.

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