Tras la derrota en las PASO, se quebró el gobierno argentino
Cristina Kirchner retiró a sus ministros; el resto del gabinete apoya a Alberto Fernández
Tres días después de la derrota en las elecciones internas del domingo, explotó la bomba en el gobierno argentino. Cinco ministros y otros altos cargos que responden a la vicepresidenta Cristina Kirchner, todos integrantes de la agrupación La Cámpora que lidera el diputado Máximo Kirchner, presentaron su renuncia al presidente Alberto Fernández.
El presidente reaccionó a ese gesto de sus socios y aglutinó anoche a los ministros que lo apoyan en la Casa Rosada para hacer una demostración de fuerza. Funcionarios, gobernadores, intendentes y sindicalistas salieron a respaldar públicamente la investidura presidencial.
La bomba estalló cuando el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, hizo pública una carta en la que ponía su renuncia a disposición del presidente. Lo siguieron, como un efecto dominó, el ministro de Justicia, Martín Soria; el ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza; la titular del Programa de Atención Médica Integral (PAMI), Luana Volnovich, y la directora de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Fernanda Raverta; el ministro de Medio Ambiente, Juan Cabandié; el ministro de Cultura, Tristán Bauer y la secretaria de Comercio, Paula Español. Solo algunos lo hicieron por carta. Pero todos ellos son de La Cámpora o responden al liderazgo de la vicepresidenta.
“Motiva la presente poner a su disposición mi renuncia al cargo de Ministro del Interior de la Nación con el que he sido honrado desde el 10 de diciembre de 2019”, comienza la carta que le envió De Pedro al presidente Fernández.
“Escuchando sus palabras del domingo por la noche donde planteó la necesidad de interpretar el veredicto que ha expresado el pueblo argentino, he considerado que la mejor manera de colaborar con esa tarea es poniendo mi renuncia a su disposición”, concluye el texto.
El ministro del Interior es el funcionario de La Cámpora de mayor gravitación dentro del gabinete de Alberto Fernández. Y aunque siempre ofició de “enlace diplomático” entre el kirchnerismo y la Casa Rosada, su obediencia política es, en primer lugar, hacia Cristina Kirchner.
CUMBRE ALBERTISTA. Anoche el presidente Fernández analizaba la situación, aunque desde su círculo de confianza fueron lapidarios con el kirchnerismo duro y La Cámpora. “Está todo roto”, confió uno de los hombres de máxima confianza del presidente.
Por la tarde, cuando la crisis interna ya había derivado en una atmósfera de inestabilidad institucional, los voceros de la vicepresidenta buscaron tender un puente con la Casa Rosada. Dieron a conocer que Cristina Kirchner se había comunicado con el ministro de Economía, Martín Guzmán —uno de los principales apuntados por las críticas del kirchnerismo— para decirle que ella no estaba detrás de su pedido de renuncia.
Pero las renuncias de los funcionarios kirchneristas difundidas públicamente se leyeron en Casa Rosada como un contundente mensaje interno y un planteo conjunto y sorpresivo al presidente Fernández, que se resiste al recambio de figuras en el gabinete.
En medio de un clima de enorme tensión y hermetismo, el presidente mantuvo una extensa reunión con Santiago Cafiero, su jefe de gabinete, y todos los ministros que no renunciaron. Estuvieron Guzmán (Economía), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Claudio Moroni (Trabajo), Juan Zabaleta (Desarrollo Social), Matías Lammens (Deportes y Turismo), Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Felipe Solá (Cancillería), Sabina Frederic (Seguridad), Cecilia Todesca (vicejefa de Gabinete) y Carla Vizzotti (Salud) y la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, entre otros.
Un rato después, el mandatario recibió en su despacho, a solas, al exministro Aníbal Fernández, lo que desató un fuerte rumor sobre su eventual desembarco en la Casa Rosada. Pero tras ese encuentro, Aníbal Fernández, actual interventor del Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), negó un ofrecimiento para integrar el gabinete.
El presidente Fernández se retiro de la Casa Rosada en helicóptero a la hora 21.38.
CRISIS INTERNA. La sucesión de renuncias provocó un cimbronazo interno en el oficialista Frente de Todos, que será difícil de arreglar. Las cartas de renuncia se conocieron después del acto del presidente con el ministro Guzmán.
La primera reacción de la Casa Rosada fue de sorpresa. No por las presentaciones de las renuncias, algo que consideraron “normal” en esta situación, sino por la forma en que decidieron desde La Cámpora hacer pública la novedad. El martes por la tarde Fernández y Cristina habían tenido un encuentro mano a mano en la residencia de Olivos.
“No hay ningún ministro que pueda condicionar al presidente”, fue la primera reacción cerca de Fernández.
Minutos antes de las cartas de renuncia en cadena, Guzmán había compartido un acto con Fernández en el Museo de la Casa Rosada para presentar el proyecto de Ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas.
En ese acto, el ministro de Economía hizo una férrea defensa de su performance en el Palacio de Hacienda y destacó que muchos de los proyectos económicos se impulsaron gracias al trabajo conjunto con los socios del Frente de Todos.
Ayer luego de conocerse la seguidilla de renuncias kirchneristas, el presidente recibió el llamado de varios gobernadores, entre ellos, Ricardo Quintela (La Rioja), Sergio Uñac (San Juan), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Óscar Herrera Ahuad (Misiones), Juan Manzur (Tucumán), Omar Gutiérrez (Neuquén) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis). Además, la CGT emitió un comunicado en respaldo al mandatario. (Con información de La Nación/gda).