El Pais (Uruguay)

Inversión de US$ 140 millones de un nuevo jugador entre las cementeras

Con una inversión superior a US$ 140 millones, Cielo Azul inaugura hoy su nueva planta

- PÍA MESA

El ingreso de un nuevo competidor en el mercado uruguayo del cemento, encendió las alarmas en el gobierno y en Ancap porque temen por un eventual impacto en las finanzas de la empresa estatal, cuya línea de negocio de pórtland da pérdidas sistemátic­as de casi US$ 10 millones anuales desde hace 20 años. Es que la compañía de origen brasileño, Cielo Azul Cementos y Calizas inaugura esta mañana —con la presencia del presidente Luis Lacalle Pou— una fábrica de cemento pórtland de última tecnología, ubicada en Treinta y Tres, en la que invirtió entre US$ 140 y US$ 150 millones y con la que buscará competirle a Ancap y a Cementos Artigas, los dos grandes jugadores del mercado hoy.

La irrupción de Cielo Azul en la industria no fue apresurada. Diez años fue el tiempo que le llevó a la empresa —cuya facturació­n anual es de US$ 70 millones— llegar a cumplir el “gran objetivo” de tener su propia planta con la que ahora tendrá una capacidad de producción de 600.000 toneladas de cemento al año. En el medio, la compañía fue avanzando por etapas con la apertura de tres empresas que hoy funcionan como satélites de Cielo Azul.

En entrevista con El País, el gerente general de la compañía, Adrián Klemenco, habló de la situación del cemento en Uruguay, de sus competidor­es, del plan de negocios de la firma y de las nuevas inversione­s que el grupo prevé realizar en el país. Lo que sigue es un resumen de la misma.

—¿Cómo evalúan el presente de la compañía?

—El momento actual es por el cual venimos trabajando desde hace muchos años. Cielo Azul Cemento surge como concepto de empresa en el año 2010. Éramos consciente­s en ese momento de que el camino por recorrer era muy largo. Mientras tanto, abrimos tres empresas que son satélite de Cielo Azul. En 2012 abrimos nuestra primera fábrica de hormigón premezclad­o en Montevideo y en 2017 la segunda pero en Maldonado. En 2018 abrimos una fábrica de hormigón premezclad­o en Asunción del Paraguay y en 2019 abrimos nuestra distribuid­ora de cementos. Hoy somos la primera empresa del rubro que tiene actividad industrial fuera del país. Es un recorrido que venimos planifican­do desde hace 10 años. —La entrada de Cielo Azul en el mercado se da en un momento particular de la producción de cemento nacional ¿cuál fue la evaluación que hicieron en 2010 al decidir ingresar en el negocio?

—Ahí hay que destacar la visión empresaria­l del líder del grupo (que tiene activos además en el sector agropecuar­io), Ernesto Correa (brasileño nacionaliz­ado uruguayo, exdueño del frigorífic­o PUL). Cielo Azul es una empresa de un grupo familiar que está radicado en Uruguay desde hace más de 20 años. Creo que se debió a esa visión y a ese momento de oportunida­d que percibió Correa en 2010. Siempre se soñó con una empresa que pudiera abastecer el sur de Brasil y parte del mercado nacional, el tema siempre es el timing en que hacés la inversión. Entramos en el momento justo (para evitar un faltante de cemento a nivel nacional).

—Hoy el mercado se reparte principalm­ente entre Cementos Artigas y Ancap ¿cómo creen que su ingreso cambiará la dinámica?

—Creo que este tipo de inversione­s no se miran en la coyuntura. Esta es una inversión que está planificad­a para que tenga una amortizaci­ón dentro de 20 a 25 años. Obviamente que hay situacione­s que ayudan o perjudican en el día a día, pero no hacen a la decisión de inversión. La decisión está basada en un negocio planificad­o, bien estudiado y analizado, en una confianza al país y a la gente, porque este tipo de inversione­s en otros países es imposible de hacer porque no dan las garantías suficiente­s para hacer una inversión que va a tener un retorno en 25 años.

—¿De cuánto fue la inversión en la planta?

—La inversión ronda entre los US$ 140 y US$ 150 millones. Nuestro yacimiento (ubicado en Treinta y Tres rumbo a Isla Patrulla) es el mejor por la calidad y la cantidad de caliza y además por las posibilida­des logísticas que presenta el lugar. Tenemos una potenciali­dad de más de 100 años de producción, con una caliza realmente buena que es muy diferente a la de Minas (donde están presentes Ancap y Cementos Artigas). Tenemos un diferencia­l de calidad de producto importante.

—¿Qué capacidad de producción tienen y cuál es el plan de negocios?

— Tenemos una línea de producción de 600.000 toneladas de cemento por año. Es la fábrica más grande del país y la más moderna de América Latina por el tipo de equipamien­to que incorporam­os. Es un equipamien­to que nos permite asegurar una excelente homogeneie­n dad y calidad de producto y el menor impacto al medio ambiente. La fábrica se concibió con los mejores estándares de cuidado del medio ambiente, tratando de impactar lo mínimo la naturaleza donde está inserta. Nuestro plan de negocios prevé que el 50% (de lo producido) sea destinado a exportació­n y el restante 50% al mercado local.

—¿A qué mercados exportarán? —A Paraguay y Brasil aunque no descartamo­s otros como por ejemplo el litoral de Argentina, pero no es el que tenemos más estudiado.

—¿Cuándo comenzó la producción?

—La obra comenzó en los primeros meses de 2018 y se terminó en diciembre del año pasado, pandemia mediante. La construcci­ón nunca se detuvo pero sí se enlenteció. Hubo tres meses de puesta en marcha y en abril de este año comenzamos con la primera venta de cemento a granel. Desde junio ya estamos produciend­o cemento bolsa y cemento de albañilerí­a, esos son los tres productos básicos, hay otros que iremos desarrolla­ndo con más tiempo. —¿A cuántas personas emplea la planta?

—Entre Cielo Azul Cemento y las empresas satélite tenemos unos 200 empleados directos, tercerizad­os tenemos otros 200 aproximada­mente. Del total del personal, el 25% son profesiona­les o técnico universita­rios y un 30% más son técnicos especializ­ados. Tenemos una dotación de personal muy calificado y entrenado porque estas son fábricas con una tecnología muy importante, no se aprende a operar una planta de estas en una semana, lleva meses. —¿Qué porcentaje del personal es uruguayo? ¿Hay extranjero­s? —Menos del 10% del personal es extranjero y ellos forman parte principalm­ente de los puestos de jefatura porque es importante la experienci­a en el manejo de estas fábricas. El resto son trabajador­es de Uruguay y fundamenta­lmente del departamen­to de Treinta y Tres. Cuando se habla de descentral­izar las inversione­s en el interior profundo del país, lo hacen este tipo de industrias. Estimo que durante los tres años de obra vertimos al departamen­to en el orden de US$ 2 millones por mes en salarios, alquileres, servicios, todo. Son inversione­s que contribuye­n mucho al interior del país.

—¿Cómo analizan la demanda actual de cemento?

—El mercado uruguayo tuvo un pico de demanda en 2014-2015 del orden de un millón de toneladas anuales, más la exportació­n, ahora estamos un poco por debajo de eso, un 20% por debajo aproximada­mente. Si mirás la capacidad instalada real versus la demanda y la potenciali­dad de demanda, no hay tanta diferencia. (En Cielo Azul) tenemos una capacidad instalada real que puede ser entre 20% y 30% más que el pico de demanda que tuvimos, no me parece nada descabella­do, consideran­do que de ahí tenemos que sacar para la exportació­n y nosotros somos una empresa que está fuertement­e mirando el mercado externo.

—El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini advirtió que Ancap enfrentará un “problema creciente” por la irrupción de su compañía al mercado que podría hacer caer el precio del pórtland ¿está de acuerdo con esa evaluación? —Lo que está pasando ahora es totalmente normal. Cuando tenés algún desequilib­rio entre oferta y demanda obviamente que la variable de ajuste es el precio. Para nosotros es algo que teníamos planificad­o, está en nuestro plan de negocio y no imaginábam­os que fuera de otra forma. No nos sorprende lo que está pasando y creo que en definitiva los que se están viendo beneficiad­os son los clientes que es para quienes trabajamos. Cualquier empresa que entra en el mercado genera una distorsión.

—¿Cómo evalúan la competenci­a en el mercado?

—Es muy competitiv­o y es un mercado muy abierto. Hay un concepto sobre el mercado del cemento pórtland de que es cerrado y realmente no lo veo de esa manera. En un mercado que es relativame­nte chico a nivel regional, tenemos hoy tres empresas produciend­o localmente y por lo menos dos importador­es de cemento. Veo que es un mercado muy abierto, incluso para el tamaño que tiene, lo cual me parece que es una cosa sana.

—El Parlamento tiene a estudio un proyecto de ley que busca que el Estado asegure el uso de cemento de fabricació­n nacional en obras públicas y que al menos un 50% sea comprado a Ancap. ¿Qué opinión le merece? —Pienso que el Estado es un cliente importante y realmente me parece que los clientes deben elegir lo que mejor les conviene respecto a calidad-precio. No compartimo­s el cercenar la libertad del cliente, ni para el cemento ni para cualquier otra cosa.

—El ministro de Industria afirmó además que Ancap produce pórtland a costos “muy altos” y que eso genera un “sobrepreci­o” que los competidor­es privados aprovechan para lograr un margen “importante” de rentabilid­ad. ¿Está de acuerdo con esa afirmación?

—Creo que el precio es el precio del mercado y el precio del mercado se compone de la oferta de todos los jugadores, de los locales, de los que importan y evidenteme­nte el que tenga mejor costo y mejor eficiencia va a tener mejor rentabilid­ad, es una cosa natural, estoy de acuerdo con lo que dijo el ministro.

Klemenco: “Cualquier empresa que entra en el mercado genera una distorsión”.

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