Una flota siempre disponible, a la medida y sin costos extra
El uso de un vehículo con libertad y sin obligaciones ligadas a la propiedad está en Uruguay.
El vehículo corporativo podía sonar como algo exclusivo, beneficio destacado entre muchos en el portfolio que brindan las grandes compañías a sus más notorios colaboradores. Sin embargo, la iniciativa de una firma local de gran prestigio convirtió ese diferencial en un beneficio accesible para organizaciones de diferente escala, en momentos donde la coyuntura social y sanitaria le ha adjudicado aún más valor.
Julio César Lestido S.A. puso en marcha en 2020 una nueva unidad de negocios, Lestido Renting, mediante la cual se puede acceder al uso de un vehículo en calidad de arrendamiento con condiciones específicas, de acuerdo a la necesidad de cada empresa o colaborador.
La propuesta, que rápidamente impactó en un buen número de empresas locales, combina la disponibilidad de diferentes modelos de dos marcas de primer nivel en el mercado, la usabilidad de un vehículo sin hacerse cargo de costos adicionales como seguro, patente o mantenimiento, junto con las condiciones flexibles que se adaptan a la necesidad del cliente en cada momento.
LA NUEVA NORMALIDAD .El profundo cambio de hábitos impuesto por la pandemia, también afectó los planes de compensaciones y beneficios corporativos. Los atractivos portfolios de propuestas que funcionaban previo a la irrupción del COVID-19, dejaron de ser tan interesantes. La membresía a un gimnasio, o las frutas en la oficina formaron parte, al menos temporalmente, de una “obsoleta oferta de beneficios”, para trabajadores a los que los nuevos protocolos impusieron más trabajo a distancia y menor exposición a lugares donde pudiese haber aglomeraciones.
En paralelo, la opción del transporte público a la hora de los traslados dejó paso al uso del vehículo propio, con el objetivo de minimizar los riesgos sanitarios.
Como consecuencia, la nueva normalidad generó, en las organizaciones, el desafío de replantearse el paquete de beneficios destinado a recompensar y captar talentos. Paralelamente, cobró un gran valor la inclusión del vehículo corporativo como un diferencial, muy apreciado por los colaboradores. Una práctica que era tradicional en grandes compañías, pero que hoy se masifica, adaptada al perfil de la firma y el beneficiario.
USABILIDAD, EL OBJETIVO. En ese contexto y alineada con los cambios globales, la nueva unidad de negocios de Lestido se convirtió, con el fuerte respaldo de una trayectoria de más de 70 años en el sector automotor, en una solución innovadora y accesible para organizaciones de distinto porte.
Lestido Renting está en línea con una marcada tendencia global que privilegia las ventajas de la usabilidad por encima de la propiedad, que deslinda al usuario de responsabilidades ligadas a los costos de una unidad propia.
Rompiendo paradigmas que durante buena parte de nuestra historia reivindicaron el valor de la propiedad de cada uno de los bienes que nos brindan determinados servicios y generan confort y seguridad, los vehículos pasan a ser parte de aquello que poco a poco, se prefiere “usar” más que “tener”.
Para las empresas, disponer de los vehículos necesarios, ajustados con sus fines, sin necesidad de fuertes erogaciones en la adquisición, pero también en la gestión de flotas, así como estar expuestos a una rápida depreciación de las unidades, resulta mucho más eficiente.
SOLUCIONES A MEDIDA . Por una cuota fija mensual, se accede a un vehículo a total disponibilidad, sin realizar un desembolso inicial de dinero
El contrato incluye la cobertura de patente, seguro, mantenimiento mecánico preventivo completo y cambio de neumáticos por desgaste de uso. También asegura la asistencia mecánica, 24 horas al día, los 365 días al año en todo el territorio nacional, así como un automóvil de reemplazo, en caso de ser necesario.
Cada contrato se adecua a las necesidades de cada cliente: desde el vehículo requerido hasta los plazos y las prestaciones.
Los usuarios pueden optar por contratos de uno a tres años.
Y una vez que finaliza el período de arrendamiento, la empresa ofrece varias opciones: el cliente puede escoger devolverlo, seguir con el mismo contrato y el mismo auto, decidir por un vehículo nuevo si sus necesidades cambiaron, o comprarlo.
Pero además, al tratarse de vehículos alquilados, es posible renovarlos con mayor frecuencia de lo habitual, estrenando vehículos nuevos en menor tiempo.
La elección por esta modalidad de uso de vehículos conlleva también beneficios desde el punto de vista tributario. Al ser deducibles al 100% las facturas referidas al contrato de arrendamiento, hay una reducción en el pago de IRAE por parte de la empresa, en oposición a tener vehículos propios. A su vez, no tener una flota propia disminuye el pago de Impuesto al Patrimonio.
Los vehículos pasan a ser parte de aquello que se prefiere usar más que “tener”. Elección personalizada: desde el tipo de auto requerido, hasta plazos y prestaciones.