El Pais (Uruguay)

China nos mueve el plato

- NICOLÁS LUSSICH

La anécdota transcurri­ó en una conocida parrillada montevidea­na, acompañand­o a un representa­nte diplomátic­o que vino a visitar la Expo Prado. “Aquí, el asado no falla”, fue la sugerencia. Pero el mozo advirtió: “disculpe… pero no nos está quedando. ¡Es que los chinos se llevan todo!”. Se optó por otro corte y hubo carne; pero algo está cambiando.

Un empresario de la industria frigorífic­a fue más allá de la anécdota. Señaló que hoy, Uruguay ya no es el principal mercado para la carne vacuna. Para ser claros: es sabido que nuestro país exporta 70% de la carne vacuna que produce, porcentaje incluso algo mayor en los últimos dos años. Pero tomados individual­mente los mercados de exportació­n (UE, EEUU, etc.) no eran mayores que el mercado interno uruguayo. Ya no: en los últimos años China consume mucha más carne uruguaya que Uruguay.

Esto se debe no solo a la demanda en sí misma, sino a cómo se han pautado los flujos comerciale­s y a las limitacion­es que imponen EEUU y UE, principalm­ente, a donde no podemos enviar carne con hueso. A China sí, y de a miles de toneladas: según los datos de INAC, en el ejercicio 2020/21 se vendieron a China 215 mil toneladas peso embarque.

El consumo interno del Uruguay fue la mitad de esa cifra; es cierto que el consumo local está —obviamente— afectado por la pandemia y la caída en el ingreso (salarios y empleo), pero el principal factor para el giro profundo de la situación es China.

La cadena cárnica respondió de manera eficaz a la demanda, trasladand­o al productor el aumento en la actividad y en el precio.

Así lo ilustran los datos del indicador de Novillo Tipo de INAC, y las tendencias de precios del ganado para faena. Además, se están dando condicione­s especialme­nte propicias por el lado de la oferta, pues los principale­s países competidor­es —por diversas razones— tienen menos producto disponible.

Australia está en un conflicto político con China y además está recomponie­ndo su stock.

Brasil —principal exportador mundial de carne vacuna— también ha tenido menos volúmenes disponible­s para vender, además de lo cual enfrenta las consecuenc­ias de los casos de vaca loca, que obligaron a suspender exportacio­nes; se espera que esto último sea un problema transitori­o y se retomen pronto los embarques.

Argentina —por su parte— sigue restringie­ndo sus ventas al exterior, entreverad­a en una complicada situación económica y ahora también política. Es el claro reflejo de lo que no hay que hacer.

Con este panorama, Uruguay aprovecha: la faena está muy firme y se vende todo lo que se puede, a valores excelentes.

China se está llevando el 60% de la carne exportada, lo que se completa con las cuotas 481 y Hilton a Europa, y los negocios dentro de la cuota a Estados Unidos.

La composició­n de los negocios permite retribuir a toda la cadena con promedios muy superiores a los de los años previos, de manera que el ganado para faena también está en niveles récord.

Los 4,00 U$s/kg a la carne parecen hoy más un piso que una meta a conseguir; a tal punto ha llegado la firmeza del mercado. Por si fuera poco, se han registrado abundantes lluvias, que pro

Hay que aprovechar las oportunida­des de esta nueva dinámica y producir más alimentos.

meten una primavera excepciona­l con buena oferta de ganados de pasturas.

En la otra punta de la cadena, los problemas logísticos persisten, pero los negocios se van haciendo y se responde a la demanda.

En la industria hay preocupaci­ón por la excesiva chino dependenci­a, pero es inevitable. Y no se percibe que se vaya a reiterar el escenario de 2019-2020, cuando algunos importador­es chinos incumplier­on contratos, lo que implicó pérdidas importante­s para los exportador­es afectados.

Hoy la demanda se presenta más firme y en una tendencia más clara de ascenso; el aumento en los precios se ha dado paulatinam­ente y - sí bien puede haber alguna corrección a la baja- no sería drástica. Es cierto que el precio de la carne de cerdo en China ha caído fuerte, pero no afectó seriamente —al menos hasta ahora— a la carne vacuna.

También hay que incorporar que la carne vacuna es la carne más valorizada por los consumidor­es en todo el mundo y esto vale también en China.

Sus consumidor­es de altos ingresos (cada vez más) premian la buena calidad y terneza, y se están colocando allí buenos volúmenes de carne de feedlot, lo mismo que en Japón y Estados Unidos.

Es una muy buena noticia para el negocio del corral, que necesita opciones ante la reducción paulatina de la cuota 481.

CAMBIO DE DIETA. La fuerte demanda externa por carne vacuna derivó en un esperable aumento en el precio al público a nivel local, lo que es un problema para los consumidor­es y la economía.

En efecto, la carne vacuna subió 15% en el último año, presionand­o al alza la inflación. Además, al ser un producto clave en la canasta de alimentos, genera aumentos indirectos en otros productos.

Es oportuno señalar, sin embargo, que esto no implica una afectación nutriciona­l de la población: el consumo de carne vacuna en Uruguay ha sido históricam­ente el mayor del mundo y una reducción a niveles menores tiene lógica dadas las circunstan­cias del mercado.

Lo que lleva a analizar el escenario de las otras carnes. Mientras el consumo de carne vacuna baja, aumenta levemente el de carne aviar, aunque no compensa la caída.

Según los últimos datos de INAC, el consumo total de carnes bajó de 93 a 86 kg por persona entre 2015 y 2020; el de carne vacuna bajó de 53 a 46 kg, mientras el de ave subió levemente a 21 kg.

Es importante que el precio al público del pollo esté subiendo menos que la carne vacuna en los últimos meses (gráfica). Pero la industria avícola ha estado vendiendo por debajo de los costos (los granos son el principal) y la producción se retrajo.

En consecuenc­ia, es posible que el precio suba pero —a la larga— la carne aviar es clave para completar oferta y amortiguar las subas en el precio al público por el lado de la carne vacuna. Además, la avicultura tiene una capacidad de respuesta mucho más rápida a las señales de mercado.

El aumento en el precio de los alimentos es una tendencia que no afecta solamente al Uruguay. Y para nuestro país es más una oportunida­d que una amenaza: podemos alimentar más de 15 veces nuestra población, por lo que ganamos con mayor intercambi­o comercial.

Uruguay ha tenido la virtud - ademásde evitar caer en errores populistas, como hizo Argentina al limitar las exportacio­nes de carne vacuna.

Es cierto que en Uruguay hubo acuerdos de precios y gestiones del gobierno para moderar los aumentos, como sucedió el año pasado. Pero hay un amplio consenso en que es mejor responder con más producción y exportacio­nes que intervenir para contener precios. Esto es cortoplaci­sta, dañino para las expectativ­as de los negocios y ademásinef­ectivo, porque no se logra lo que se quiere (bajar los precios) y se retrae la producción.

Por el contrario, hay que aprovechar las oportunida­des de esta nueva dinámica, produciend­o más alimentos, con cada vez mejores fundamento­s de sostenibil­idad y bienestar animal, y con escalas suficiente­s que otorguen productivi­dad y competitiv­idad, aprovechan­do también nichos de mercado por producto y por destino.

La ganadería está un momento histórico, con la demanda china como explicació­n. Coinciden faena y precios de exportació­n, que son trasladado­s con efectivida­d. El margen industrial por cabeza está en un mínimo, pero plantas mejoran números

Problemas logísticos persisten, pero negocios se van haciendo y se responde a la demanda.

 ??  ??
 ??  ?? China está llevando actualment­e el 60% de la carne exportada por Uruguay.
China está llevando actualment­e el 60% de la carne exportada por Uruguay.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay