BENJAMÍN AMADEO Doce historias quiromantes de un “casi ángel” treintañero

El músico y actor argentino habló con El País sobre su nuevo álbum

Cuando Benjamín Amadeo leyó Los secretos de la quiromancia, un libro que desentraña la lectura de las líneas y los montes de la palma de la mano, se sorprendió. Hace años que el músico y actor argentino está interesado en lo esotérico, pero ese trabajo de Peter West lo marcó de verdad. Tanto que decidió que las 12 canciones de su segundo disco solista, justamente llamado Quiromancia, se inspiraran en cada uno de los conceptos de la práctica milenaria.

“Me di cuenta que se me abría un universo nuevo, que era muy limitado, pero a la vez muy liberador”, le explica, vía telefónica, a El País. “Te pone creativo porque el concepto te compromete a activar la cabeza para tomar todos los ángulos de una canción y lograr que hable de tus pensamientos”.

Si bien admite que la dinámica fue “estresante”, el proceso lo mantuvo más creativo que nunca. Y el resultado, que desde hace días se puede escuchar en plataformas digitales, es un claro ejemplo de lo que representa la frase “cuando más me limito, más me libero”, de Igor Stravinsky. Quiromancia muestra el lado más maduro y versátil del artista que participó de Casi Ángeles, Crímenes de familia y Casi feliz.

“Le puse mucho corazón y cabeza al armado para que el disco sea una suerte de viaje”, explica. “Siento que logré algo que, como oyente, me hubiese gustado escuchar de otro artista”.

El álbum abre con “Tierra firme”, una canción de pulso bailable que se inspira en el Monte de Marte, que según Amadeo, “expresa la presencia de ánimo, el valor o coraje de la persona, la lucha, la actividad y el sacrificio”. Con un abordaje que recuerda a la música urbana orgánica con la que Pedro Capó y Camilo saltaron a la fama, el argentino habla de cómo el paso del tiempo puede afectar una relación. “Éramos una obra de arte, / Era más seguro evitarte, / Que sumergirme”, canta. Sin embargo, no todo está perdido: “No sé ganar, pero tampoco rendirme”.

El relato continúa en “Iluminábamos”, que Amadeo grabó junto al dúo colombiano Monsieur Periné. Basado en el Monte del Sol, el músico el canta al amor por las artes y a la creatividad. Por eso, presenta un recuerdo alegre de la inspiración que le trajo una relación. “Habla del entusiasmo por estar con el otro y de las ganas de quedarnos con lo sanador de las obras que realizamos”, dice.

El músico asegura que este es un disco más introspectivo que Vidas lejanas, su debut de 2016.

“Está basado en lo que pienso sobre ciertos aspectos de la vida, independientemente de qué hable una canción, porque en ciertos casos son historias muy específicas”.

Un ejemplo claro de esa idea ronda “Magnetismo”, su colaboración con Coti Sorokin. Detrás de la canción pop-rock que describe la faceta más idealizada de un romance (“Solo me perdí dando vueltas contigo, / Debe ser tu magnetismo que no me deja salir”), se esconden las características del Monte de Venus: el romance, la pasión y el impulso sexual.

Quiromancia incluye el éxito “Las flores”, que el argentino grabó junto a Los Auténticos Decadentes y que acumula 11 millones de reproducciones en Spotify. El año pasado, en diálogo con El País, Amadeo habló de lo que representó esa canción en su carrera: “Hay gente que se conecta con mi música y no me conocía como actor, y además le importa poco y nada mi pasado porque se conectan con las canciones. Y ‘Las flores’ es un ejemplo porque me va abriendo las puertas y ayuda a que el prejuicio por ser actor se disuelva”.

La canción, con un ritmo bien bailable y rioplatense, fue tomada por algunos hinchas de Peñarol. “Fue una enorme sorpresa”, comenta sobre la adaptación de la letra para la cancha. “Esperemos que se escuche en las canchas ahora que volvió el fútbol”.

El año pasado también publicó “Vámonos”, inspirado en el Monte de Saturno, que empezó como un consuelo para un desamor y se terminó resignificando gracias a la incertidumbre, los miedos y la impotencia que generó la pandemia del coronavirus y a la estricta cuarentena obligatoria que se vivió en Argentina. “Todo lo que pasa, / Siempre se nos pasa, / Y esto, esto también pasa”, cantaba en el estribillo que funcionó como refugio emocional de sus seguidores.

Respecto a la identificación que ha generado con su música, dice: “Los que escuchamos canciones tenemos como pequeñas antenas que están en el aire, y cuando llega el momento de escribirlas bajamos esas cosas que estuvieron siempre para ponerles melodía, armonía y ritmo. Lo lindo es cuando uno escucha una canción que habla de todo eso que sintió”.

Amadeo asegura que tuvo “mucha suerte” al generar esa identificación con “Volaré”, la canción que inauguró su carrera solista. “Fue flashero porque fue exitosa y de una manera rápida pude sentir que había llegado a algún lado y que generó una buena devolución”.

Ahora que Quiromancia está publicado, el músico siente que el álbum “termina de plantar” su “universo como músico”. Sin embargo, aclara: “Este es apenas un comienzo porque no veo fin en este camino”.

“Estoy muy contento con el disco porque lo más importante es que todas las canciones me representan. El resto es un vaivén de suerte y oportunidades, pero siento que si las letras hablan de mí, en cierto punto también van a hablar de las historias de los demás”, concluye.