EE.UU. abre aeropuertos a extranjeros vacunados
Levanta restricciones para Europa, Brasil y China, entre otros
El anuncio de Estados Unidos de que a partir de noviembre dejará entrar a viajeros vacunados, fue saludado en todo el mundo. Se levanta así una prohibición que se mantenía desde el inicio de 2020 con la llegada de la pandemia del COVID-19.
No está claro sin embargo si la medida se aplica solo a las vacunas aprobadas por Estados Unidos, o si también incluye a las de China o Rusia.
Los viajeros aéreos deberán mostrar prueba de vacunación y un test negativo realizado tres días antes de llegar a Estados Unidos, indicó Jeff Zients, jefe del equipo de respuesta contra el COVID-19 de la Casa Blanca.
Actualmente, las restricciones afectan a los 26 Estados europeos del espacio Schengen, además de Reino Unido, Irlanda, Brasil, China, Irán, Sudáfrica e India.
Actualmente, solo los ciudadanos estadounidenses, residentes y extranjeros con visas especiales pueden ingresar a Estados Unidos desde la mayoría de los países europeos.
El mantenimiento de estas restricciones estaba siendo objeto de críticas desde países como los de la UE, sobre todo por la falta de reciprocidad del Gobierno de Joe Biden después de que Europa permitiera la entrada a los estadounidenses vacunados o con test negativo a partir del pasado julio.
La única forma que tenían los ciudadanos de estas naciones Estados Unidos era pasando 14 días en un tercer país que no estuviera en la lista de los restringidos.
Desde la Casa Blanca, la portavoz presidencial, Jen Psaki, reconoció que las normas hasta ahora vigentes “no eran justas” y “eran un poco confusas”.
Estas restricciones de viaje, aplicadas inicialmente por el expresidente Donald Trump, estaban en vigor desde el inicio de la pandemia en 2020 y habían sido mantenidas por Biden.
La tasa de vacunación en Estados Unidos de la población adulta es del 65,8%, mientras que la de la UE supera el 70%, con países como España por encima del 75%, lo que había generado tensiones entre los socios transatlánticos por la negativa de la Casa Blanca a levantar la prohibición de viaje.
“Estupendo ver que Estados Unidos flexibiliza las restricciones de viaje para pasajeros vacunados. Conforme entramos en la recuperación, estas son excelentes noticias para empresas, comercio e inversores y también para los vínculos entre Estados Unidos y la UE”, dijo el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis.
Por su lado, el primer ministro británico, Boris Johnson, también afirmó su satisfacción. “Es un impulso fantástico para los negocios y el comercio, y es formidable que las familias y los amigos de ambos lados del océano puedan estar juntos de nuevo”, tuiteó el líder conservador en Twitter.
También el sector empresarial estadounidense saludó la medida. La Asociación de Viajes de Estados Unidos, que agrupa a hoteles, casinos y aerolíneas, aplaudió la decisión y su presidente, Roger Dow, destacó en un comunicado que se trata de “un punto de inflexión en la gestión del virus” que ayudará a revivir la economía estadounidense y proteger la salud pública”.
El anuncio fue acogido rápidamente por el grupo Airlines For Europe, que consideró que “esta decisión dará un impulso muy necesario al tráfico y turismo transatlántico y reunirá a familias y amigos”.
La decisión del Gobierno de Biden se aplicará solo al transporte por avión, de modo que sus fronteras terrestres con Canadá y México se mantendrán clausuradas por el momento.
Los viajeros internacionales completamente vacunados no deberán cumplir cuarentena una vez llegan a territorio estadounidense, pero sí que deberán presentar datos de contacto para facilitar el rastreo en caso de contagio.
En los próximos días, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) emitirán una orden para exigir a las aerolíneas “recabar información de contacto” sobre los pasajeros para mantener la capacidad de rastreo en caso de que se produzca un contagio.
Estados Unidos vive en las últimas semanas un repunte en los contagios de covid con entorno a 150.000 al día y de fallecimientos, con cerca de 1.500 diarios, ante la expansión de la variante Delta y la ralentización del ritmo de vacunación.
Por ahora mantiene cerradas las fronteras terrestres con México y Canadá.