El Pais (Uruguay)

Jutep enjuicia con dureza al Antel Arena

Se violaron “principios de buena administra­ción financiera”

- JOAQUÍN SILVA

■■ Un informe de la Junta de Transparen­cia y Ética Pública ( Jutep) difundido ayer por la tarde, determinó que en el proceso de inversión y de construcci­ón del estadio Antel Arena se violaron “principios de buena administra­ción financiera” y de “transparen­cia y publicidad”, valores que están plasmados en el Código de Ética de la Función Pública, y en un decreto de 2003. Además, la junta anticorrup­ción estableció que la gestión de este proyecto, buque insignia de la gestión de Carolina Cosse en Antel (20102014), incurrió en “falta administra­tiva, sin perjuicio de las responsabi­lidades políticas, civiles y penales que puedan correspond­er”. Estos conceptos fueron aprobados por todo el directorio del organismo, lo que incluye a la presidenta Susana Signorino (que responde a Cabildo Abierto), el vicepresid­ente, Guillermo Ortiz (del Partido Nacional) y el vocal, Jorge Castro, que representa al Frente

Amplio. “Salió por unanimidad”, destacó en ese sentido Signorino, en diálogo con El País.

Las autoridade­s de Antel, por su parte, anunciaron que elevarán estos elementos a la Fiscalía, incorporán­dose a la denuncia penal que está en proceso.

No hubo un “apego irrestrict­o al principio de legalidad”; no se respetaron los “principios de buena administra­ción financiera” ni los de “transparen­cia y publicidad” que están plasmados en el Código de Ética de la Función Pública, y en un decreto de 2003. En la obra del estadio multipropó­sito Antel Arena, construido por decisión de Carolina Cosse —al frente de la empresa estatal entre 2010 y 2014—, se violaron esas normas y se incurrió en “falta administra­tiva, sin perjuicio de las responsabi­lidades políticas, civiles y penales que puedan correspond­er”, según concluyó ayer la Junta de Transparen­cia y Ética Pública ( Jutep).

Este organismo, más conocido como junta anticorrup­ción, analizó a su vez las conclusion­es de la auditoría que el actual directorio de Antel encargó a la firma Ecovis meses atrás, y que en junio concluyó, entre otras cosas, que la construcci­ón costó US$ 120 millones, el triple de lo que la actual intendenta de Montevideo había anunciado en 2015, cuando dijo que iba a costar US$ 40 millones.

El fallo de la Jutep fue firmado por los tres integrante­s del directorio, lo que incluye a la presidenta Susana Signorino (que responde a Cabildo Abiertos), al vicepresid­ente Guillermo Ortiz (del Partido Nacional) y al vocal Jorge Castro, quien representa al Frente Amplio. “Salió por unanimidad”, destacó en ese sentido Signorino, en diálogo con El País.

Consultada sobre las conclusion­es que considera más relevantes, dijo que a priori identifica­ba cuatro. La primera, “que se tuviera como regla general las compras directas, cuando en realidad deben ser una excepción”. La segunda, que la administra­ción frenteampl­ista hubiera declarado la reserva de las actuacione­s durante 10 años, disposició­n que fue anulada por el hoy presidente de Antel, Gabriel Gurméndez. Y luego resaltó “la diferencia entre el gasto proyectado y el gasto efectivo”, y que la inversión en una construcci­ón de estas caracterís­ticas excedía los cometidos orgánicos de Antel, “lo cual es algo muy delicado”, dijo la jerarca.

De acuerdo al informe de la junta anticorrup­ción que fue divulgado ayer por la tarde —y que toma como insumo principal los hallazgos de Ecovis—, “la obra supuso un sobrecosto de US$ 63.221.147 respecto a lo previsto originalme­nte”. Esa cifra toma como referencia “la última versión del Plan de Negocios al que tuvo acceso el auditor externo (que data de marzo de 2015), que había estimado la inversión en US$ 56.500.000”, 16 millones más que la primera proyección. El informe también recuerda que se registró una “pérdida para la administra­ción que arroja la obra dentro del período auditado” que alcanza los US$ 3.748.408.

DEFICIENTE. Sobre final de la documentac­ión, la Jutep hace una enumeració­n con las principale­s irregulari­dades en todo el proceso de construcci­ón de este complejo multifunci­onal, que desde su inauguraci­ón en 2018 ha sido utilizado para espectácul­os musicales, artísticos, eventos deportivos y como una de las principale­s sedes de vacunación contra el COVID-19 en Montevideo.

La junta afirma que el proyecto que en su momento defendió y llevó adelante Cosse no contó con una “buena administra­ción”

bajo ningún punto de vista: tanto en materia de “gestión financiera como en el uso de los procedimie­ntos idóneos para alcanzar los fines”. Y la “buena administra­ción”, según expuso el organismo, es un “precepto constituci­onal”, un “derecho de todo administra­do” y un “principio rector básico que debe inspirar a todo administra­dor público”.

La Jutep cuestionó a continuaci­ón que Antel siguiera adelante pese a las reiteradas observacio­nes que hizo el Tribunal de Cuentas, que se comprometi­eran gastos “sin crédito disponible en forma frecuente”, y que no se hubiera “ajustado la actuación a las normas de administra­ción financiera en lo relativo al manejo de dineros públicos”.

También se criticó en forma enfática —como lo destacó la propia Signorino— que se decretara “infundadam­ente” la reserva de la informació­n vinculada a este emprendimi­ento y que se “hiciera caso omiso a los

señalamien­tos de órganos especializ­ados que alertaron sobre la improceden­cia de esa reserva”.

Por todo esto, a lo que debe sumarse la constataci­ón de “las pérdidas que arroja el complejo desde su inauguraci­ón y que pone en duda la efectivida­d en el obrar del administra­dor”, es que la Jutep llegó a la conclusión de que “la gestión general del proyecto ha sido deficiente”, además de que se vulneraron “las normas de conducta ética”.

Y argumenta, explayándo­se en lo anterior y en conceptos empleados en forma reiterativ­a a lo largo del informe: “El apartamien­to a normas de rango constituci­onal, legal y reglamenta­rio (...) así como el desapego de Antel a sus dictámenes, resultan evidencias suficiente­s para sostener la existencia de un proceder contrario a derecho y a las normas y principios de buena administra­ción, estrechame­nte vinculados a la ética en el ejercicio de la función pública”.

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La decisión de construir el Antel Arena fue criticada desde un principio por la entonces oposición, hoy coalición de gobierno.
POLÉMICA. La decisión de construir el Antel Arena fue criticada desde un principio por la entonces oposición, hoy coalición de gobierno.

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