Uruguay hacia el mundo
La gira del presidente Lacalle Pou ha dado mucho que hablar por estos días por su actitud firme y decidida en la cumbre de la Celac frente a los dictadores de Venezuela y Cuba en particular. Esa intervención valiente que recogió el unánime respaldo de los demócratas de nuestro país, desde Astori a toda la coalición de gobierno y la inmensa mayoría de la población uruguaya, sin embargo, no puede opacar otras instancias que se están cumpliendo en su actual visita a los Estados Unidos.
El foco principal está centrado en el discurso de nuestro primer mandatario en la Asamblea de Naciones Unidas, pero en los días previos viene sosteniendo otras actividades de interés. Vale la pena detenerse por un momento en el desayuno de trabajo que sostuvo con representantes de fondos de inversión y de capital privado de relevancia a nivel internacional y el mensaje que brindó.
Acompañado por la ministra de Economía y Finanzas Azucena Arbeleche, el canciller Francisco Bustillo y el embajador de Uruguay en Estados Unidos Andrés Durán, el presidente de la República
expuso las razones para confiar en nuestro país.
Lacalle Pou destacó “el valor de la libertad como principio rector de las políticas del Gobierno, tanto a nivel sanitario, en el manejo de la pandemia, como en la vocación del país de abrirse comercial y financieramente al resto del mundo”, según consta en la comunicación oficial del evento.
No es novedad que el presidente Lacalle Pou ha tenido como norte de su acción de gobierno a la libertad, entendida en un sentido amplio, tanto para enfrentar la pandemia como en la intención de abrirse al mundo. Esta especial valoración por la libertad surge de la confianza en las personas y en su capacidad para decidir por sí mismas qué es lo mejor para sus vidas y para la sociedad en su conjunto.
Representa, claro está, una inequívoca premisa liberal, a contrapelo de los aspirantes a ingenieros sociales que pretender decidir qué es lo que todo el mundo debe hacer.
La apelación a la libertad y a la apertura, en un mundo donde muchos países siguen el camino contrario, bien puede ser un imán, no solo para inversiones, sino para personas que quieran venir a vivir a un país en que se respira hondo y en plenitud el sentido de autodeterminación.
Sin dudas las inversiones que puedan llegar son muy positivas para el país y ya hay indicios desde el año pasado de una fuerte recuperación de la inversión privada, pero también es muy importante y positivo el aporte de los inmigrantes que vienen a vivir y trabajar en Uruguay, que como lo ha sido históricamente los recibe con los brazos abiertos.
Luego el presidente Lacalle resaltó otras fortalezas de nuestro país: “Enfatizó que Uruguay es un bastión de estabilidad institucional, política y social en un mundo convulsionado y destacó que el país posee una de las democracias más fuertes y estables de América Latina y el mundo, con gran involucramiento cívico. Remarcó que, en los últimos 35 años, Uruguay ha experimentado la rotación de partidos en el gobierno, con transiciones ordenadas que no han afectado la estabilidad económica, la independencia judicial o el respeto a los contratos”.
La estabilidad institucional es esencial, basta con levantar un poco la mira en la región para ver la diferencia con otros países cercanos. Nuestra democracia,
La apelación a la libertad y a la apertura, en un mundo donde muchos países siguen el camino contrario, bien puede ser un imán no solo para inversiones.
vibrante y sólida, contiene manifestaciones de todas las ideas y la oposición tiene mecanismos para manifestarse, como le espetó en la cara el presidente Lacalle Pou al sangriento y criminal dictador cubano.
Tres partidos políticos distintos han encabezado el Poder Ejecutivo desde el retorno de la democracia y todos sabemos que el último domingo de octubre de 2024 tendremos elecciones limpias para elegir al próximo gobierno que no sabemos de qué partido será.
Eso sí, sabemos que se respetarán las reglas de juego, los contratos y los compromisos asumidos como Nación. Esta seña de identidad del Uruguay es clave en tiempos de incertidumbre y experiencias políticas populistas que terminan en tragedias a lo largo y ancho del mundo. Uruguay puede mostrar en este aspecto un diferencial nada menor, que debe explotarse apropiadamente.
El presidente fue directo en su invocación final: “Lacalle Pou invitó a los participantes a invertir, ahorrar, vivir, trabajar y proyectar a largo plazo en Uruguay y afirmó que se trata de un país serio, predecible y con alto nivel de transparencia”. Este sin dudas es el camino hacia el desarrollo que el país necesita.