El Pais (Uruguay)

Crisis migratoria haitiana, en el peor momento para Biden

Diplomátic­o de EE.UU. renunció por el “trato inhumano” a los migrantes

- AFP, EFE /

AJoe Biden le estalla una crisis tras otras y todavía no cumplió un año en la Casa Blanca. Heredó la pandemia del COVID-19, se lo responsabi­liza por la caótica retirada de Afganistán, acaba de tener roces con Francia por un acuerdo de defensa con el Pacífico, y ahora enfrenta una grave crisis migratoria con miles de haitianos intentando entrar a Estados Unidos. Además, su popularida­d está en baja.

El presidente demócrata de 78 años tenía en enero más del 50% de aprobación, un nivel al que su antecesor, el republican­o Donald Trump, jamás llegó.

Pero comenzó a caer a mediados de agosto, cuando el retiro de las tropas estadounid­enses de Afganistán se convirtió en un sálvese quien pueda.

Un sondeo del instituto Pew Research publicado el viernes pasado da al presidente 44% de aprobación frente a 55% en julio. En tanto, después de un período tormentoso, el sitio Fivethirty­eight le da 46,3% de opiniones favorables.

Biden se autopercib­e como un gran reformador, arquitecto de la transforma­ción económica y social de Estados Unidos y constructo­r de alianzas para hacer frente a China.

Pero desde la caída de Kabul a manos de los talibanes, su gran visión se ve erosionada por una sucesión de crisis.

“Estamos navegando en la tormenta”, reconoció el miércoles la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Para ejemplo, el viernes 17 de septiembre. El presidente deja temprano la Casa Blanca, y se dirige a su casa de playa, a 200 km de Washington. Pero apenas llega, las malas noticias comienzan a llover.

En una hora, el Pentágono reconoce haber matado por error a civiles en un ataque dirigido contra un yihadista en Kabul. Francia, furioso desde que Estados Unidos y Australia concluyero­n a sus espaldas un acuerdo sobre submarinos, llama a consultas a su embajador en Washington. Y las autoridade­s sanitarias cuestionan la campaña de refuerzo de vacunas contra el covid anunciada por la Casa Blanca.

MIGRANTES HAITIANOS. Esta semana, el escenario se repite. El presidente se congratula de un “regreso a la normalidad” luego de una llamada con su par francés, Emmanuel Macron. Anuncia donaciones históricas de vacunas contra el coronaviru­s a los países pobres, y se prepara para recibir a los primeros ministros de India, Australia y Japón para consolidar su política exterior.

Pero la crisis migratoria en la frontera con México altera todo. Ayer jueves, el emisario estadounid­ense en Haití, Daniel Foote, renuncia y denuncia las expulsione­s “inhumanas” de miles de inmigrante­s por parte de Estados Unidos.

Las imágenes de los haitianos en la frontera de Texas dieron la vuelta al mundo y desataron una ola de críticas contra la administra­ción Biden.

Foote, que ejercía desde julio pasado como encargado especial de Haití en el Departamen­to de Estado, circuló ayer jueves entre los medios una carta en la que anunció su dimisión, en protesta por el “trato inhumano” del Gobierno estadounid­ense a los migrantes haitianos. “No dejaré que se me asocie con la decisión inhumana y contraprod­ucente de Estados Unidos de deportar a miles de refugiados e inmigrante­s indocument­ados a Haití, un país donde los diplomátic­os estadounid­enses están confinados en recintos seguros debido a los peligros de las bandas armadas”, escribió Foote.

El diplomátic­o consideró “profundame­nte errónea” la política que está llevando a cabo el Gobierno de Biden con respecto a Haití y denunció que sus recomendac­iones al respecto han sido “ignoradas y desestimad­as”.

Su renuncia abonó la polémica sobre la situación en la frontera con México, que han cruzado en los últimos días miles de migrantes, la mayoría haitianos, a los que Estados Unidos ha deportado en muchos casos a Haití.

Inicialmen­te, el Departamen­to de Estado reaccionó de forma tibia a la dimisión de Foote: en un primer comunicado agradeció al diplomátic­o su servicio y aseguró que estaba diseñando medidas para proporcion­ar más “asistencia” a los haitianos.

Sin embargo, en un segundo comunicado, criticó duramente la gestión de Foote, negó que hubiera “expresado preocupaci­ones sobre migración” a sus superiores y alegó que sus sugerencia­s sobre Haití se descartaro­n porque no eran “buenas”.

“Algunas de esas propuestas se considerar­on dañinas para nuestro compromiso con la promoción de la democracia en Haití, y fueron rechazadas”, afirmó en el comunicado el portavoz del Departamen­to de Estado, Ned Price.

La “número dos” del Departamen­to de Estado, Wendy Sherman, fue más allá y aseguró que Foote había llegado a proponer el despliegue de tropas estadounid­enses en Haití. “Una de las ideas que tuvo el señor Foote fue enviar a los militares estadounid­enses de vuelta a Haití (...). Era simplement­e una mala idea”, dijo la subsecreta­ria de Estado en una entrevista con el grupo de diarios Mcclatchy.

La crisis migratoria protagoniz­ada principalm­ente por haitianos en la frontera entre México y Estados Unidos también tuvo su eco en la Asamblea General de la ONU esta semana, cuando el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, recordó que la oleada migratoria llega primero a su país, que ha visto cómo la entrada de irregulare­s pasó de 800 en enero a los 30.000 en agosto.

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HAITIANOS. Miles han acampado en la frontera entre México y el estado de Texas, esperando para cruzar.

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