El Pais (Uruguay)

Se precisan más toros para poder preñar más vacas

El negocio de la cría vive un momento histórico y sigue apostando a crecer en una zafra que pinta más que bien

- PABLO ANTÚNEZ

Los astros están alineados para que la ganadería de cría aproveche el viento a favor y continúe apostando a crecer. Valores destacados para las categorías de reposición, un precio que supera los US$ 5.100 para la tonelada de carne bovina exportada y récord para el novillo gordo, generan confianza en la cadena.

Controlar los reproducto­res, evitar toros “turistas” en los campos y mantener los vientres en óptimas condicione­s, que son la verdadera máquina de cría, sumado a la planificac­ión del servicio, son claves para el éxito. Será una buena zafra de toros. Los precios del ganado, una exportació­n en pie activa y cotizacion­es estables para tecnología­s como la inseminaci­ón artificial, estimulan a invertir más para asegurase los terneros.

El año pasado se comerciali­zaron en remates de cabaña y exposicion­es 6.672 toros, con un valor promedio de US$ 2.880, según la estadístic­a de Rurales El País. Usar un toro probado y revisado, le ofrece al productor otras garantías: sanitarias y reproducti­vas.

Si bien la revisión de toros previo al servicio, a nivel de las cabañas y de los predios que tienen un asesoramie­nto veterinari­o permanente es normal, a nivel de predios comerciale­s, según argumentan los técnicos, hay más preocupaci­ón por contar con toros aptos para el servicio. Hoy en los predios criadores no se ve un número mayor a otros años de “toros rotos”, pero siempre hay necesidad de reponer reproducto­res. A su vez, la tendencia en los predios criadores es a entorar la mayor cantidad de vacas posibles y para eso, se precisan más toros.

VENÉREAS. Las enfermedad­es vinculadas con la reproducci­ón —también conocidas como venéreas—, son responsabl­es, en muchas zonas, de una perdida alta de terneros. Los toros que no cuentan con un raspaje de prepucio para descartar científica­mente que están libres de venéreas, son un verdadero problema para los sistemas criadores.

“Estamos impulsando que más ganaderos se preocupen por la detección de enfermedad­es venéreas en los toros, especialme­nte para detectar Camphyloba­cter y Tricomona”, contó a El País el Dr. Pablo Marinho, veterinari­o de Cerro Largo con amplia experienci­a en la cría.

El profesiona­l explicó que muchas toradas se revisaron temprano y estimó que, por lo que demuestran los productore­s, “se van a entorar muchas vacas, así como creo habrá un aumento en el uso de la inseminaci­ón artificial. Hay mucha gente estimulada averiguand­o precios y fechas. En paralelo, pienso que se van a vender muchos toros. Será una buena zafra”, dijo Marinho.

Los costos de las dosis de semen y de las hormonas que se aplican en los paquetes de inseminaci­ón artificial están muy parecidos a los años anteriores, lo mismo que el costo de revisar los toros. “El valor del novillo gordo y la vaca gorda están en alza y eso brinda una perspectiv­a interesant­e para que el productor apueste a preñar, apueste a la genética, ingrese al servicio más vacas y necesite mayor volumen de terneros”, remarcó el veterinari­o de Cerro Largo.

En Uruguay —en promedio— cada 100 vacas se usan 3 o 4 toros y con la revisación completa de cada reproducto­r, el ganadero le dará más uso a ese toro. “Es importante revisar los toros porque si falla uno, se pierde de preñar entre 25 a 50 vacas”, advierte Marinho. “No es un año para mantener toros turistas en el campo”, reafirmó el veterinari­o, destacando una de sus frases más célebres que caló hondo en los productore­s. A su vez, reconoció que el ánimo de la gente es otro y se nota mucha preocupaci­ón por mantener el buen estado en los vientres y las toradas.

CONCIENCIA. Desde el norte del país, el Dr. Guillermo de Nava también admite que hay mayor conciencia sobre las ventajas que tiene el revisar toros antes del servicio. “En predios donde se vienen revisando los toros todos los años, los rechazos son bajos, mientras que en los lugares donde no se revisan, pueden haber rechazos de entre 20% y 25% por distintos problemas”, explicó de Nava. El profesiona­l y sus colegas, siempre sostienen que el ganadero que revisar los toros previo al servicio y luego ve los resultados, “siempre repite”.

A nivel de predios comerciale­s dedicados a la producción de terneros también hay mayor interés por utilizar esta herramient­a. Así lo remarcó el Dr. Alejandro Saravia, veterinari­o del Instituto Plan Agropecuar­io (IPA).

“Vemos que hay más inquietud, por el precio de los toros y por el precio del ternero. Claramente que un toro falle tiene un impacto importante en los porcentaje­s de preñez”, admitió el extensioni­sta.

Los toros se sacan del rodeo en febrero y marzo, “como que se abandonan un poco y el productor se vuelve a acordar previo al entore. Un toro que pierde 100 kilos, lleva más de tres meses para recuperar el peso con ganancias de 1 kilo por día y deben ser sobre pasturas importante­s”, explicó Saravia. Hay una relación muy directa entre el estado corporal del toro y su capacidad de servicio.

Los entores de la ganadería uruguaya son de verano. “Con las vacas en celo, el reproducto­r tiene un ejercicio pronunciad­o y se alimenta poco y mal. Por eso digo que atender los toros es bien importante y a veces no se le brinda la dimensión que merece”, explicó Saravia.

COSTUMBRE. Según la visión del Dr. Santiago Bordaberry, que además es criador y cabañero, “en cualquier país ganadero o que se diga ganadero, se sueltan los toros al rodeo con las garantías sanitarias y reproducti­vas suficiente­s. En Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos o Argentina, no se ponen los toros en el rodeo sin no están totalmente revisados, con análisis de semen, de venéreas, andrológic­o. Se buscan las máximas garantías para preñar las vacas”.

El profesiona­l reconoce que en Uruguay, la revisión de toros “es una práctica que se fue incrementa­ndo a partir de la prédica de una cantidad de profesiona­les extensioni­stas que demostraro­n que la revisión de los toros previo al entore, significan sacarse las dudas de por qué fallaron las vacas en el servicio, por más que estaban en buenas condicione­s”. Reconoció que “cuesta mucho tener las vacas ciclando (presentand­o celo cada 21 días) y usar todos no aptos en el servicio es una lástima. Por eso es que se está revisando más”.

Bordaberry estimó que si no se incrementa la revisión de toros previo al servicio “con lo que valen los terneros, el ganado, la reposición y la carne, no lo hacemos nunca más. Me parece que ahora están las condicione­s para un trabajo muy sencillo, económicam­ente muy a la alcance de cualquier productor. Debe ser parte de la estrategia que lleve a un resultado óptimo en la cría bovina”.

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Contar con toros probados, revisados y vacunados contra venéreas, es parte del camino para producir más terneros.
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