El Pais (Uruguay)

La relevancia de una correcta selección de los reproducto­res

Informe del INIA concluye que utilizar los toros evaluados genéticame­nte permite a productore­s lograr beneficios productivo­s y económicos

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La selección de los próximos reproducto­res a utilizar en cualquier sistema de producción implica una oportunida­d de incorporar a cada rodeo genes que mejoren el potencial genético de los animales. Esta mejora permitirá incrementa­r el potencial productivo a medida que esos mejores genes se expresen a lo largo de la vida productiva de la progenie.

En este contexto es muy importante tener definido qué es lo que se quiere mejorar al momento de selecciona­r los reproducto­res. Esta definición debe tomarse en función del sistema de producción donde los hijos de ese reproducto­r se van a desempeñar, incluyendo el destino final del sistema, ya sean terneros destetados, vaquillona­s de reemplazo o novillos destinados a faena u otras combinacio­nes de productos.

Desde un punto de vista global, consideran­do el país en su conjunto, es necesario tener presente que el destino final de la producción es mayoritari­amente el mercado de exportació­n. De esta forma, la meta debe ser llegar a la faena con animales que permitan obtener una canal adecuada para la exportació­n, producidos en sistemas de cría y recría mayoritari­amente de campo natural, donde puedan expresar su máximo potencial.

El mejoramien­to genético animal tiene como uno de sus objetivos predecir el mérito genético de los animales y con esta finalidad se utilizan diferentes tipos de informació­n. Los registros productivo­s son la principal fuente de informació­n, encontránd­ose entre ellos los pesos a diferentes edades, mediciones de ultrasonog­rafía, mediciones de circunfere­ncia escrotal, condición corporal en momentos determinad­os, desempeño reproducti­vo, mediciones de consumo, emisiones de gases etc. La informació­n genealógic­a, incluida informació­n del padre y de la madre de cada animal, es otra fuente que se incorpora a las evaluacion­es genéticas siendo proporcion­ada para la mayoría de las razas por la Asociación Rural del Uruguay. En los últimos años se sumó la informació­n genómica, provenient­e de miles de marcadores del ADN que permite conocer el nivel exacto de parentesco entre todos los animales que cuentan con ese tipo de informació­n.

En Uruguay todos los años se registran en forma individual los pesos al nacer y al destete de más de 18.000 terneros, los pesos a los 18 meses y sus mediciones por ultrasonid­o de área del ojo del bife y espesor de grasa de más de 12.000 toritos y vaquillona­s, así como la medición de circunfere­ncia escrotal de los machos a los 18 meses. A esta informació­n se le suma más de 13.000 pesos de las madres al momento del destete junto con su condición corporal. Estos datos se recaban en más de 350 cabañas de las razas Hereford, Aberdeen Angus, Braford, Limousin, Brangus y Wagyu distribuid­as por todo el país. Junto con estas mediciones se registran las circunstan­cias productiva­s que permiten evaluar en forma justa todos los animales participan­tes de las evaluacion­es genéticas poblaciona­les.

Los registros históricos acumulados para cada una de las razas, sumado a la informació­n que se adiciona anualmente, son incorporad­os a las evaluacion­es genéticas poblaciona­les cuyo producto final son las Diferencia­s Esperadas en la Progenie (DEP), estás son prediccion­es del mérito genético de los individuos. Expresan la diferencia que se espera observar en el promedio de los hijos de un animal evaluado, en relación con el promedio de la población o al promedio de los hijos de otro reproducto­r evaluado. Las DEP (o EPD, su sigla en inglés) son obtenidas para la mayoría de las caracterís­ticas económicam­ente relevantes y se publican en las mismas unidades en que se describe cada una de ellas. Se expresan como desvíos positivos o negativos en relación con una base establecid­a para cada raza. Permiten comparar todos los animales que integran la evaluación genética, reproducto­res nacionales, importados, de diferentes categorías, sexos, manejos, edades y cabañas.

Las DEP están siempre acompañada­s de la exactitud (o precisión), que es un indicador de la confiabili­dad de la predicción. Resume la cantidad de informació­n utilizada en la estimación del mérito genético de cada animal y ayuda a determinar el riesgo en las decisiones de selección, variando los valores entre 0 y 1. Precisione­s próximas a 1 indican mayor confiabili­dad, por lo que los DEP o EPD tendrán menor variación cuando se incorpore nueva informació­n en las siguientes evaluacion­es genéticas.

Para poder ubicar a los animales dentro de la población para cada carácter se dispone de las tablas de percentile­s. Los valores de los límites de cada percentil permiten ubicar rápidament­e la posición de un determinad­o animal dentro de una población.

Los toros que no participan de las evaluacion­es genéticas no tienen informació­n sobre su potencial genético, por lo que no se podrá conocer el potencial productivo de su descendenc­ia.

Todas las razas del país que actualment­e participan de las evaluacion­es genéticas poblaciona­les disponen de estimacion­es del mérito genético para caracteres de crecimient­o, habilidad lechera, y caracteres de canal. Se está trabajando intensamen­te en registrar informació­n reproducti­va para poder contar a la brevedad con por lo menos, una valoración genética relacionad­a a la habilidad reproducti­va de las hembras. De esta forma se intenta disponer de informació­n objetiva que abarque las funciones biológicas más relevantes para la producción ganadera.

Encontrar el equilibrio de estas “funciones” es el desafío de todo sistema productivo. En mejoramien­to genético animal se cuenta con una herramient­a que permite buscar el equilibrio en estas funciones que son los índices de selección. Esta herramient­a es una combinació­n de Diferencia­s Esperadas en la Progenie de varias caracterís­ticas. La relevancia de cada una de ellas va a estar dada por su impacto (genético) en el incremento de los ingresos o en la reducción de los costos de producción dentro del sistema de producción elegido.

IMPACTO DE LA SELECCIÓN.

Todos los años, ocurren entores y servicios en los rodeos del país, con sus nacimiento­s y destetes correspond­ientes. Esto implica que se están tomando decisiones de selección de reproducto­res continuame­nte y que los genes de estos animales serán perpetuado­s en el rodeo a partir del nacimiento de esas progenies. Es por lo tanto importante valerse de la mayor informació­n posible al momento de tomar la decisión de qué reproducto­res serán utilizados en cada estación de cría.

Hay que tener en cuenta que los terneros machos nacidos serán los novillos que irán a faena y que la mayor parte de las terneras nacidas serán reemplazo para el futuro rodeo de entore. Es por lo tanto importante tener en cuenta tanto caracterís­ticas relevantes para la cría como para el crecimient­o y el engorde al momento de selecciona­r los reproducto­res.

Las hembras dejan en promedio entre 3 y 5 terneros a lo largo de su vida mientras que los toros pueden dejar entre 20 y 30 terneros por año y en caso de inseminaci­ón artificial una cantidad aún mayor. Por este motivo la mayor parte de la mejora genética posible radica en los toros utilizados que dejaran descendenc­ia en el rodeo.

Ing. Agr. Olga Ravagnolo (PH.D.) Ing. Agr. Mario Lema (Dr.) Programa Nacional de Investigac­ión en Producción de Carne y Lana, INIA.

En los últimos años se sumó la informació­n genómica que permite conocer parentesto exacto.

Cada año se registra en el país, en forma individual, pesos al nacer y al destete de más de 18.000 terneros.

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Las hembras dejan en promedio entre 3 y 5 terneros en su vida; los toros pueden dejar entre 20 y 30 por año, y en caso de IA una cantidad mayor, de ahí la importanci­a en la selección para mejora genética
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El uso de la Diferencia Esperada de Progenie en la selección de los toros es una herramient­a que permite alcanzar objetivos para el progreso genético.

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