LASCHET, EL HEREDERO MODERADO QUE NO LOGRA CONVENCER
Alabado por su capacidad para reconciliar y su tenacidad, Armin Laschet (60) se muestra como el heredero de la línea moderada y proeuropea de Angela Merkel. Pero sufre de una persistente impopularidad. La Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido de Merkel, se ubica actualmente en segundo lugar en intenciones de voto con un 22%, pero solo el 12% de los alemanes elegiría a Laschet como canciller, según el último estudio demoscópico de Insa, algo nunca visto para un candidato de la CDU antes de las legislativas. ¿Las razones? Fue considerado el gran perdedor en los tres debates televisados frente a su gran rival, el socialdemócrata Olaf Scholz, su campaña ha estado marcada por múltiples errores y no ha logrado convencer sobre su capacidad de reemplazar a Merkel.
Laschet, padre de tres hijos, es un “europeísta entusiasta” y fue uno de los pocos que la apoyó sin reservas la decisión de Merkel de acoger a cientos de miles de migrantes de Siria y Afganistán en 2015. Sus convicciones sobre este tema vienen de hace tiempo. Su amplia política de integración cuando era ministro regional en 2005 le valió el apodo de “Armin el turco” en la CDU. Laschet nació en el seno de una familia modesta de Aquisgrán, en la región de Renania del Norte-westfalia, que dirige desde 2017. Ferviente católico, conoció a su esposa en el coro de la parroquia, estudió Derecho y trabajó como periodista antes de lanzarse a la política. Tras cinco años en el Bundestag, ejerció como eurodiputado, entre 1999 y 2005, especializado en política internacional y cuestiones de seguridad. En enero obtuvo la presidencia de la CDU y en abril consiguió la candidatura al imponerse al popular líder de la pequeña formación bávara CSU, Markus Söder.