Una crónica continental
El argentino Martín Caparrós vuelve al tono abarcativo de El Hambre para construir un mapa de ese universo tan complejo que es América Latina. El título avisa que está dejando afuera a Brasil pero incluyendo una lengua que hablan 400 millones de personas que ocupan un área de 12.000 kilómetros de largo desde Ushuaia a Tijuana y anchos que van desde 2.000 kilómetros desde el Chuy a Valparaíso a los 60 kilómetros en Panamá. Allí se reparten 19 países y un PIB similar al de Alemania. Pero ahí parecen vencerse las coincidiencias y lo que Caparrós, que es uno de las grandes firmas de la crónica literaria actual, intenta es encontrar las historias, las peculiaridades pero a la vez las coincidencias de un mundo que incluye a algunos de los habitantes más pobres y más ricos del planeta. El trabajo es interesante, principalmente, porque Caparrós sabe cómo hacer intelegible algo tan inexplicable como este continente.