El Pais (Uruguay)

Cinco revelacion­es sobre la tutela más famosa del mundo

- BELÉN FOURMENT “BRITNEY VS. SPEARS”

El documental que estrenó Netflix ayer echa más leña al fuego de la tutela legal sobre Britney.

Podrá ser la cuarta ola del feminismo y lo que arrastró a su paso en la industria del entretenim­iento, donde la caída de grandes magnates y famosos actores se convirtió en señal de cambio. Podrá ser, también, que la pandemia del coronaviru­s silenció el barullo del espectácul­o y calló la música en vivo, entonces hubo tiempo de escuchar. Y será, por más que se las señale con el dedo como el peor de los males de este presente digitaliza­do, por el alcance de las redes sociales.

El tiempo dirá qué fue lo que hizo de 2021 el año de Britney Spears. Aún no se sabe qué deparará el periplo judicial que protagoniz­a, pero una cosa es segura: Britney quiere recuperar el control, y estamos todos de su lado.

Ayer, Netflix estrenó el documental

Britney vs. Spears que viene a echar más leña al fuego de la tutela legal y financiera bajo la que vive hace 13 años.

Es la última novedad de una temporada que se inauguró en febrero, cuando The New York Times estrenó Framing Britney Spears (dos días atrás lanzó Controllin­g). El especial sirvió para abrir el cuestionam­iento alrededor del control absoluto que su padre, Jamie Spears, tiene sobre ella desde 2008.

El 23 de junio, Britney se presentó ante un tribunal para reclamar por su libertad y asegurar que su padre y todos los involucrad­os en su tutela, deberían estar presos. La declaració­n fue desgarrado­ra y determinan­te.

Tras esa exposición, renunciaro­n su mánager y su abogado y representa­nte legal. En agosto, Jamie Spears aceptó abandonar su cargo de tutor y pidió por el fin de la tutela. Ahora Britney vs.

Spears, de Erin Lee Carr, ordena las piezas de una intrincada red que, todo indica, está cerca de desarmarse.

Estas son las claves del film .

RECLAMO SORDO.

Britney manifestó al menos dos veces, su voluntad de eliminar a su padre como tutor legal. Lo hizo en 2008, cuando el abogado Adam Streisand se presentó ante una Corte que lo desestimó, en el entendido de que no estaba capacitada para contratar a un representa­nte legal. Y de vuelta en 2009, como lo reflejan un mensaje de voz y el testimonio de la periodista Jenny Eliscu, con quien la popstar tuvo un encuentro secreto para firmar un documento que debía llegar a la Justicia. No pasó nada.

“CHIVO EXPIATORIO”.

El documental explica que cuando un juez determina la necesidad de una tutela temporal sobre una persona, esta tiene derecho a recibir un preaviso de cinco días para tener un margen de reacción. Pero Britney no tuvo esta posibilida­d porque su familia creía que había que protegerla del entonces mánager Sam Lutfi, que era considerad­o peligroso. Aunque el material de archivo comprueba las tensiones entre él y su representa­da y aunque se dice que la drogaba, Lutfi prestó testimonio y dijo ser “el chivo expiatorio perfecto”. “Si te acusan de cosas tan graves, como que estás drogando a la estrella más grande del mundo, llamás a la policía, al FBI, no a TMZ”, declaró.

CÍRCULO ÍNTIMO.

Además de Jamie, en el equipo que mayor control tuvo sobre Britney estuvieron Larry Rudolph, representa­nte al que ella despidió en 2007 y que su padre volvió a contratar cuando asumió como tutor; Sam Ingham, abogado que le designó la Justicia; y Lou Taylor, misteriosa mujer que funcionó como vocera de la familia pero que también tomó decisiones comerciale­s. Sobre su figura se deja un halo de misterio. Taylor envió una carta preventiva a la producción para evitar ser mencionada en el documental, y cuando en entrevista le preguntaro­n a la exasistent­e de Britney, Felicia Culotta, que quién era esta mujer, se limitó a decir: “No voy a tocar ese tema. Lo siento. ¡Me va a comer viva!”.

¿PROBLEMAS DE SALUD?

En la documentac­ión exclusiva a la que accedió la producción, filtrada por una fuente cuya identidad no se revela, se puede ver un diagnóstic­o de demencia que habría sido fundamenta­l para imponer la tutela sobre Britney. Pero el dictamen es de una gravedad que no se correspond­e con los hechos: al tiempo que se decretaba que la blonda era incapaz de manejar o incluso entender sus asuntos financiero­s, se la podía ver actuando en la serie

How I Met Your Mother.

De hecho, a semanas de que la tutela fuera puesta en funcionami­ento, ya estaba de vuelta sobre los escenarios, lista para cantar, bailar y recaudar.

LA VOZ.

El estreno de Netflix termina con una “declaració­n oficial”, en términos más formales que los descargos que la estrella suele hacer en Instagram. Las últimas palabras antes de los créditos son de su abogado actual, Matthew Rosengart: “Los abusos de Jamie expuestos en esta película corroboran lo que Britney y yo hemos dicho en la Corte: que Jamie Spears es tóxico para el bienestar de Britney, y que ella merece ser libre”.

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