El Pais (Uruguay)

Sindicatos en Uruguay

Alberto Camarán | Montevideo

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@| Entendemos que los sindicatos están totalmente desvirtuad­os y no cumplen la función como tales.

Ellos deben defender al trabajador, colaborar con ellos, brindándol­es apoyo para mejorar en su trabajo y ayudarlo en momentos difíciles cuando ellos lo necesiten.

Pongo un claro ejemplo que está pasando en Ancap en este momento, con la búsqueda de un socio para atender la producción de portland debido al déficit que está generando hace mucho tiempo.

Los dirigentes sindicales salieron enseguida a decir No a esa medida, y acá queda claro el error en el enfoque del tema.

Qué hacer, es un resorte puro y exclusivo del gobierno; y ellos tienen el derecho de preguntarl­e al gobierno qué sucederá con nuestros trabajador­es y ahí negociar con el gobierno que no quede nadie sin trabajo. ¡Esa, y únicamente esa, es su función!

Sin embargo, ejemplos de estos podemos encontrar muchos.

De esto opino con propiedad porque trabajé mucho tiempo en Estados Unidos y estuve sindicaliz­ado. Los sindicatos deben ser totalmente apolíticos. Cada 3, 4 o 5 años, renuevan las autoridade­s que eligen los propios socios, de acuerdo a las propuestas de cada lista que se presenta. Son rentados.

Ellos me ayudaron a mejorar mi Inglés con un curso en la Biblioteca de Warwick RI, de lunes a viernes, de 18 a 19 horas, que me fue brindado como ayuda social, por una profesora retirada. El curso fue totalmente gratis, sin gasto para el sindicato.

Cuando llegó la declaració­n de impuestos, el famoso 14 de Abril, me aconsejaro­n y enseñaron que era preferible presentar la declaració­n de impuestos y pagar lo que correspond­e; y ellos me ayudaron en mi primera declaració­n y me ahorraron bastante dinero.

En Uruguay los sindicatos están totalmente politizado­s y manejados, casi en su totalidad, por el Partido Comunista; que lo único que busca a través de la gente trabajador­a es implantar una ideología marxista/leninista, cuya casa central cerró en 1989 junto con la caída del Muro de Berlín.

Hoy no sabemos quién es el brazo de quién, ya que un director de la central obrera pasó sin anestesia a presidente de un partido político. Para finalizar, el postulante a la presidenci­a del FA tiene un trabajo en Primaria y en una entrevista realizada por el Lic. Petinatti, éste le preguntó cuánto hacía que no concurría a su trabajo. Contestó muy suelto de cuerpo, 15 años. Y el Licenciado le preguntó por qué y contestó: “porque soy dirigente sindical”.

Reflexión señores lectores: Todos los propietari­os de casas, apartament­os, etc. pagan el Impuesto de Primaria y en mi caso, con gusto, porque estamos colaborand­o con la enseñanza de nuestros jóvenes.

Pero le pagamos 15 años el sueldo a un señor que no fue a trabajar y además dirige todavía una central sindical que nos quiere imponer una ideología finiquitad­a, fracasada y convertirn­os en otra Cuba, Nicaragua o Venezuela. ¿Es irónico no? Y vaya uno a saber cuántos más hay así.

Presidente Luis Lacalle Pou, ¡por favor, arregle este mamarracho! Lo voté, lo admiro y hoy es Ud. un líder de muchos y no solamente de los uruguayos, sino de toda América.

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