Cuestionan al MEF por cambios en zonas francas
En la discusión de la Rendición de Cuentas, la oposición criticó que se habilite modalidad de teletrabajo
Enormemente preocupante”. Esa fue la crítica realizada por la oposición a través del senador frenteamplista y expresidente del Banco Central, Mario Bergara, a la propuesta normativa del Poder Ejecutivo que determina la habilitación de la modalidad de teletrabajo dentro del régimen de zonas francas.
El cuestionamiento se refiere al artículo 113 de la rendición de cuentas y balance de ejecución presupuestal, que fue explicado por una delegación del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) el pasado 30 de setiembre, en la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda de la Cámara de Senadores.
La directora del Área Zonas Francas, Ana Alfie explicó que el artículo prevé la habilitación de la modalidad de teletrabajo dentro del régimen de zonas francas, “entendiéndose por tal el trabajo en el domicilio particular, dentro del territorio nacional”. Según consta en la versión taquigráfica, la contadora Alfie indicó que es una “limitada flexibilidad” y que va a estar “debidamente regulada”.
En este sentido, precisó que se definirán “los límites, los parámetros y los controles de forma precisa y estricta —también eficiente—, considerando los objetivos del régimen, el espíritu de la norma, el dinamismo de las actividades que se realizan, así como el cumplimiento de los estándares internacionales”.
Sin embargo, Bergara cuestionó la medida por entender que se “estaría habilitando a que las zonas francas contraten personal que trabaje desde fuera, desde cualquier punto del país”. A su entender, “se desvirtúa muchísimo la naturaleza de la zona franca” dado que “uno podría trabajar” para una empresa en este régimen “desde todo el país y en cualquier momento”.
El artículo que proponía el Poder Ejecutivo autorizaba esta modalidad de trabajo solo en situaciones de emergencia sanitaria, excepción que según Bergara “podría llegar a ser entendible en el contexto que se generó durante la pandemia”. Empero, esa restricción fue eliminada en la Cámara de Diputados y quedó sin límite temporal, por lo que no quedó condicionada a una situación excepcional.
“La idea de las zonas francas, tanto la original como la que ha ido evolucionando, no incorporaba este concepto de que uno pudiera trabajar desde cualquier lugar del país. Creo que lo que se aprobó tampoco está en sintonía con lo que el propio Poder Ejecutivo estaba planteando”, reiteró Bergara.
El senador nacionalista, Sergio Botana salió al cruce de la oposición y defendió el artículo 113. “Me parece que es incuestionable”, afirmó. A su entender,
la pandemia forzó a incorporar el teletrabajo y remarcó como positiva la ley votada en el Senado para regularlo.
“¿Podemos tener miedo acaso de que se empiecen a prestar servicios de zonas francas fuera de los límites geográficos de una zona franca, que se instalen oficinas fuera de ellas para prestar servicios contables, etcétera? Ese es el miedo que aquí existía, es decir, que se instale algún estudio en la Ciudad Vieja para prestar servicios desde allí dentro de un régimen de zona franca. En realidad, si hay algo más fácilmente controlable que eso en el tiempo actual, que alguien venga y me lo cuente, porque realmente la duda es algo de otra época”, criticó Botana.
En esa línea, el senador del Partido Nacional agregó que los potenciales riesgos que se denuncian por ese artículo “tenían que ver con la posibilidad de que alguien pueda tener una zona franca ubicada en algún lugar distante de la capital y se instale en la capital a robarle trabajo a otra zona franca prestando el servicio desde allí en una oficina especial. Si eso no es controlable hoy me pregunto qué es lo controlable. Sinceramente, me parece que este es un avance imprescindible, necesario, incuestionable”, sentenció.
“ODA A LA ZONA FRANCA”. Además del 113, otros tres artículos tienen como foco el impulso al régimen de zonas francas. El 110 que plantea la creación de la Dirección Nacional de Zonas Francas y la supresión de la Dirección General de Comercio (con el objetivo de darle mayor fortaleza institucional) y el 111 y 112 que puntualizan los actores del régimen en esa nueva estructura.
Sobre este punto, Alfie defendió que en términos generales con los nuevos artículos “se busca favorecer la inserción del país en la dinámica del comercio internacional’’ y detalló que mientras que en la década de los 90 había siete zonas francas y aproximadamente 450 usuarios, hoy ya son 14 habilitadas y un universo de 1.200 usuarios.
A su vez defendió: “En un año promedio, el régimen de zonas francas genera el 4% de las inversiones, el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) y el 30% de las exportaciones. A su vez, genera más de 15.000 empleos directos, con salarios que están por encima del doble de la media de la economía”. Ese impacto de las zonas francas en la economía uruguaya así como la diversificación en la matriz productiva y el impulso de las actividades de alto contenido tecnológico e innovación, “requieren que nuestro organismo se redefina, poniendo énfasis en los cambios, en los procedimientos y procesos que hemos venido implementando para acompañar esta tendencia”, argumentó Alfie.
No obstante, desde Cabildo Abierto también cuestionaron la iniciativa. El senador Guillermo Domenech remarcó que tras “haber escuchado una oda a la zona franca, me he convencido de que hay que transformar al Uruguay” en una de ellas porque, “de lo contrario, lo que está sucediendo en el país es que tenemos empresas marginadas de todo beneficio tributario y empresas privilegiadas”. En este sentido, Domenech puso en tela de juicio el régimen de zonas francas y apuntó contras las empresas multinacionales como “las privilegiadas”.
“Quiero preguntar si los horticultores, los tamberos, los pequeños ganaderos, los pequeños comerciantes o la frontera del río Uruguay y del Brasil tienen zonas francas”, indicó el cabildante y enfatizó: “¡Queremos una zona franca para el sector agropecuario! ¡Queremos poner a toda la ganadería, a toda la lechería en zona franca!”, concluyó.