El Nobel de Física para tres estudios sobre el clima
Investigaron los llamados “sistemas físicos complejos”, lo que permite predecir el calentamiento global
El Nobel de Física 2021 reconoció a tres investigadores por sus contribuciones pioneras para entender los llamados sistemas físicos complejos, uno de los cuales es el clima, lo que permite predecir de manera fiable el calentamiento global.
El premio se divide este año en dos mitades, una para el japonés-estadounidense Syukuro Manabe y el alemán Klaus Hasselmann, y la otra para el italiano Giorgio Parisi.
Manabe y Hasselmann sentaron la base del conocimiento del clima de la Tierra y cómo la Humanidad ha influido en él. El Nobel les reconoce por su “modelización física del clima de la Tierra, la cuantificación de la variabilidad y la predicción fiable del calentamiento global”.
Parisi, por su parte, revolucionó la teoría de los materiales desordenados y los procesos aleatorios desde la escala atómica hasta la planetaria, señaló la Real Academia de las Ciencias Sueca.
Los hallazgos de los premiados demuestran que los conocimientos sobre el clima descansan en “un sólido fundamento científico, basado en un riguroso análisis de las observaciones”, resaltó en rueda de prensa el presidente del Comité Nobel de Física, Thors Hans Hansson.
Una parte de los conocimientos premiados este año tienen una estrecha relación con el cambio climático y sobre él fue preguntado Parisi, que intervino por teléfono en la rueda de prensa en la que se anunció el galardón. El físico italiano envió entonces un mensaje a los líderes que participarán en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Reino Unido, a los que instó a tomar de manera “muy urgente” decisiones fuertes para frenar el cambio climático.
En su explicación del premio, la Academia de las Ciencias resaltó que los sistemas complejos han sido estudiados desde hace siglos y que el francés Joseph
Fourier ya se ocupó en el XIX de investigar el balance energético entre la radiación solar hacia el suelo y de la radiación desde el suelo. Fourier comprendió también el papel “protector” desempeñado en ese equilibrio por la atmósfera, luego llamado efecto invernadero, y que es vital para el desarrollo de la vida.
A finales del siglo XIX, el sueco Svante Arrhenius, premiado en 1903 con el Nobel de Química, reveló la física detrás de ese efecto, aportando una pieza importante para entender el impacto del dióxido de carbono (CO2).
En la década de 1950, Syukuro Manabe, emigrado a Estados Unidos tras la II Guerra Mundial. Allí estudió cómo mayores niveles de CO2 pueden provocar un aumento de las temperaturas, pero en vez de centrarse en el balance de la radiación lo hizo en el transporte de masas de aire y el calor latente del vapor de agua. Así, descubrió que cuando se doblaba el nivel de CO2, la temperatura global subía más de 2 grados, y su trabajo sentó las bases para el desarrollo de los actuales modelos climáticos.
Una década más tarde, el alemán Klaus Hasselmann creó un modelo que vincula tiempo y clima, respondiendo de ese modo a la cuestión de por qué los modelos climáticos pueden ser fiables a pesar de que el tiempo sea cambiante y caótico.
Hasselmann descubrió además que los cambios en la radiación solar o los niveles de gases invernadero dejan señales únicas (huellas) susceptibles de ser separadas, un método que puede ser aplicado al efecto humano en el sistema climático. (Con información de EFE).
Uno de los premiados pidió que se tomen decisiones urgentes en la cumbre del clima.