Las aplicaciones del plasma rico en plaquetas
Especialista explica cómo actúa ante el envejecimiento, lesiones y dolores
La bioestimulación con plasma rico en plaquetas (PRP) es un procedimiento autólogo, es decir, que se realiza con sangre extraída en forma indolora del paciente y tiene diversas aplicaciones: desde retroceder las señales comunes del envejecimiento de la piel (ver recuadro) hasta mejorar cicatrices, estrías, úlceras, desgarros o los síntomas de la artrosis leve.
Soledad Larraburu, hematóloga y especialista en trasplante de médula ósea, dijo en Calidad de Vida en El País que con solo una sesión “se nota la mejoría” pero, en general, se necesitan tres aplicaciones para lograr una buena reparación de las lesiones.
Dependiendo del objetivo, el PRP puede ser un tratamiento preventivo, restitutivo, curativo o paliativo.
PROCESO. Así se hace el procedimiento: el profesional extrae una muestra de sangre del paciente y se la centrifuga a una velocidad de 3.200 revoluciones por minuto por 15 minutos. La sangre anticoagulada forma tres capas en función de la densidad: la capa inferior corresponde a los glóbulos rojos; la capa media está compuesta por glóbulos blancos y plaquetas; mientras que la capa superior es el plasma.
“El plasma rico en plaquetas (superior al nivel basal) queda en la parte central del tubo”, señaló la experta en la entrevista.
El PRP es inyectado directamente en la zona del cuerpo que debe ser tratada.
REPARACIÓN. El PRP es rico en proteínas que actúan a nivel de la adhesión celular (fibrina, fibronectina y vitronectina), por lo que proporciona el soporte estructural necesario para la migración celular y para la proliferación y crecimiento tridimensional de los tejidos sobre los que actúa.
“Tiene un montón de atributos y factores de crecimiento que son los que van a producir los cambios que estamos buscando”, apuntó.
Las plaquetas son activadas con 0,1 centímetros de gluconato de calcio. Esto produce la liberación de gránulos que van a ayudar a cerrar una lesión con un coágulo y después producir la reepitelización del tejido. Por ejemplo, en caso de una úlcera de apoyo, el PRP facilitará la recuperación del tejido y que se cierre la herida de forma más rápida.
La aplicación de una inyección de PRP dura entre 30 minutos y una hora, dependiendo del área del cuerpo (es más largo si es en el rostro).
APLICACIONES. La bioestimulación con PRP también ayuda a los pacientes con artrosis leve para mejorar el dolor y la inflamación crónica; también es útil para tratar tejidos del aparato locomotor, hueso, ligamentos, cartílago, tendón y músculo.
“Esto ayuda a recuperar tiempo. Los deportistas necesitan ya volver a la actividad. Con el PRP se realiza una cicatrización mayor y más rápida. Un proceso natural puede durar mes y medio; aquí tarda 15 días”, dijo Larraburu.
Por ejemplo, el golfista Tiger Woods recibió tratamientos con PRP en ambas rodillas luego de una cirugía para reparar una lesión y su tendón de Aquiles. El tenista Rafa Nadal sanó su rodilla después de haber estado sin jugar por más de siete meses. Los futbolistas argentinos Ángel Di María y Sergio Agüero también se beneficiaron con el tratamiento.
Al ser un tratamiento autólogo no conlleva riesgos de alergias ni reacciones de incompatibilidad, lo que hace que sea un procedimiento seguro para el paciente.
Este procedimiento, si bien es sencillo, se realiza en un consultorio de forma ambulatoria, con un equipo de profesionales médicos (que incluye médico hematólogo), y bajo condiciones de control de calidad extrema y de asepsia. Cada paciente requiere una valoración previa.
La biología del plasma rico en factores de crecimiento ha conducido al uso de este preparado autólogo en múltiples ramas de la biología, la medicina, la odontología, la cirugía y ciencias afines.