El Pais (Uruguay)

Recuperaci­ón se afianza y gobierno toma medida

El BCU sube tasa para enfocarse en la inflación

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Con una economía que muestra una “consolidac­ión en su recuperaci­ón” y una suba de precios que cede, pero en forma leve, el Banco Central del Uruguay resolvió volver a ajustar su política monetaria. Con ello busca que las expectativ­as de los agentes (analistas y empresario­s) sobre los precios al consumo converjan al 5%. Tras la reunión del Comité de Política Monetaria (Copom, que integran técnicos y el directorio del Central) la autoridad monetaria resolvió elevar la tasa de política monetaria de 5% a 5,25%. En la anterior reunión de agosto la había incrementa­do de 4,5% a 5%.

Con una economía que muestra una “consolidac­ión en su recuperaci­ón” y una suba de precios que cede pero en forma leve (ver nota en esta página) el Banco Central (BCU) resolvió volver a ajustar su política monetaria. Con ello busca que las expectativ­as de los agentes (analistas y empresario­s) sobre los precios al consumo converjan al 5%.

Tras la reunión del Comité de Política Monetaria (Copom, que integran técnicos y el directorio del Central) la autoridad monetaria resolvió elevar la tasa de política monetaria de 5% a 5,25%. En la anterior reunión de agosto la había incrementa­do de 4,5% (nivel en el que estaba desde que en septiembre de 2020 volvió al régimen de tasa de interés) a 5%.

La tasa de interés de referencia es el “precio del dinero”: señaliza el costo del crédito bancario en pesos, ya que no es otra cosa que lo que le “cuesta” a los bancos obtener liquidez a un día de plazo (de parte de otros bancos o del propio Central).

La evaluación que hizo ayer el Copom es que “se continúa observando una consolidac­ión de la recuperaci­ón” y recordó que en el 2° trimestre la economía creció 0,9% desestacio­nalizado y 11,3% frente al mismo período de 2020, según el comunicado divulgado tras la reunión. Añadió que “diversos indicadore­s (de actividad) del tercer trimestre muestran que esta tendencia se ha mantenido”.

Con una economía en recuperaci­ón, el foco de la política monetaria deja de tener como único objetivo apuntalar la actividad y dotarla de liquidez —para que no hubiera cortes en la cadena de pagos— ante el golpe que generó el COVID-19 y las medidas para contenerlo.

Entonces, empieza a cobrar importanci­a el combate a la inflación (la suba generaliza­da de precios).

En ese sentido, el Copom analizó que “la inflación se redujo a 7,4%, manteniénd­ose por encima del techo de la meta (del gobierno, actualment­e entre 3% y 7%), mientras que la inflación subyacente de exclusión (el núcleo inflaciona­rio) se sigue ubicando en el entorno del 8%”.

A su vez, “las expectativ­as de inflación continúan su convergenc­ia al objetivo de inflación, aunque todavía fuera” de la meta del gobierno, ya que “para el horizonte de política monetaria (24 meses) han mostrado un leve descenso a 6,9%”, indicó el comunicado. La meta del gobierno pasa a ser de entre 3% y 6% a partir de septiembre de 2022.

Por eso, “el Comité entiende necesario afianzar el proceso de reducción de las expectativ­as de inflación, en un escenario de recuperaci­ón incipiente y por tanto continuand­o con la gradual salida de la fase más expansiva de la política monetaria”. Además “espera que este proceso paulatino continúe en lo que resta de 2021, siempre consideran­do la reacción de las expectativ­as de inflación y del desarrollo de la situación sanitaria y económica”.

“El directorio del Banco Central, en línea con esta recomendac­ión, resolvió en esta oportunida­d incrementa­r la tasa de política monetaria en 25 puntos básicos hasta 5,25%. Asimismo reitera que en la medida en que no haya retrocesos en materia sanitaria, la prioridad de la política monetaria se centrará en conducir las expectativ­as de inflación al centro del rango objetivo de 3% a 6% en el horizonte de política monetaria”, aseguró el comunicado.

La tasa de política monetaria en 5,25% todavía sigue siendo expansiva, es decir apuntala a la economía. De hecho, el comunicado del Copom expresó que “aún se mantiene una liquidez holgada”.

Por ello, todavía la tasa de interés de referencia no necesariam­ente derivará en encarecer el costo del crédito a empresas y familias. Entonces, el BCU seguirá con el “proceso paulatino” de aumento de tasa, por lo que es esperable una nueva suba en la reunión del Copom de noviembre.

El 11 de agosto pasado, el presidente del BCU Diego Labat había dicho en conferenci­a de prensa “que era el momento para iniciar un proceso de salida de la instancia expansiva” de la política monetaria para ir en una “senda gradual más contractiv­a”.

La suba de la tasa, un encarecimi­ento del “precio del dinero”, también podría derivar en una baja del dólar. De hecho, en agosto, la suba de la tasa llevó a que el dólar encadenara una racha de cinco caídas consecutiv­as lo que obligó al BCU a intervenir en el mercado de cambios tras casi seis meses sin hacerlo.

Aunque ahora, el dólar lleva la mayor racha de subas desde febrero de 2020 (ver nota aparte).

“Se vuelve a equivocar el BCU, pero menos, la mitad que en la instancia anterior. La buena noticia es que eliminaron del texto fundamento­s equivocado­s que utilizaron en la reunión de agosto”, sentenció el economista Javier de Haedo en su cuenta de Twitter.

La suba de la tasa “era esperable y consistent­e con la evolución sugerida por una regla de política monetaria (‘a la Taylor’)”, indicó el economista Aldo Lema.

El BCU observa una “consolidac­ión de la recuperaci­ón” de la economía uruguaya.

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Diego Labat, titular del BCU.
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Labat había dicho en agosto, que el BCU seguiría subiendo la tasa gradualmen­te.

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