Estética facial: combate antiaging
■ El plasma rico en plaquetas (PRP) es una de las herramientas médicas regenerativas más novedosas en la medicina antiaging.
“Es un proceso lento y reparador por el que se ven resultados en las líneas de expresión”, dijo la hematóloga Soledad Larraburu en Calidad de Vida en El País.
La aplicación de PRP en rostro o manos, por ejemplo, estimula la formación de nuevas fibras de ácido hialurónico y fibras de colágeno, lo que consigue una mejoría en la apariencia y la elasticidad de la piel. La especialista explicó cómo se realiza el procedimiento en el rostro: “Se hace una limpieza muy profunda de la piel por la que se saca toda la capa superficial; después se aplica el plasma en forma de mesoterapia. Se dan pinchacitos con agujas muy finitas y se lo deja colocado en la dermis. Al mes terminamos de ver los efectos que queremos, pero la mejoría ya se nota en la primera sesión. La piel queda con más luminosidad”.
Como tratamiento preventivo (en el caso de pieles jóvenes), la experta señaló que se puede realizar una o dos veces por año. En el caso de una piel ya envejecida, se recomiendan, al menos, tres secciones separadas por un mes para notar resultados.
La inyección intradérmica de PRP produce cambios clínicos sobre la piel envejecida: restaura la vitalidad cutánea, aumenta el grosor de la piel, recupera la consistencia elástica, mejora la afluencia vascular, estimula las secreciones y mejora la tersura y apariencia de la piel. Los factores de crecimiento regulan la remodelación de la epidermis y de la dermis y tienen una gran influencia sobre la apariencia y textura de la piel.