El Pais (Uruguay)

¡Quedó demostrado!

- Carlos Asecas | Montevideo

Algo que ya era vox populi, ahora con la auditoría de Ecovis y el informe de la Jutep no quedan más dudas. La construcci­ón del Antel Arena no fue más que un capricho de Cosse. No sólo tuvimos este desastre financiero sino que también lo sufrimos cuando Raúl Sendic fue nombrado al frente de Ancap. Un fracaso total con los impuestos que pagamos con esfuerzo.

Este informe de la Jutep muestra en forma transparen­te la incapacida­d y falta de ética para el manejo de los dineros públicos.

Segurament­e no hacen lo mismo con su propio dinero.

Cosse, para evadir su responsabi­lidad, aduce que la auditoría fue hecha por una empresa cuyo responsabl­e es de filiación herrerista, como si eso importara, cuando dicha empresa fue elegida en base a una licitación.

La Jutep, para darle mayor seriedad al informe, contrató a un profesiona­l letrado especializ­ado. El informe expresa que no se contempló el aspecto financiero del proyecto y todo indicaba que se gastaba a medida que era necesario. Se utilizaba como regla la modalidad de compra directa, algo que no tenía ninguna justificac­ión. Había un secretismo tal, que ni siquiera el gerente general de Antel de la época tuvo acceso al presupuest­o financiero del proyecto. A fin de ocultar todo bajo la alfombra, decidieron que las actuacione­s, con respecto al proyecto, fueran declaradas reservadas por el plazo de diez años.

El mismo secretismo que usaron cuando firmaron el contrato con UPM.

La estimación inicial de la obra fue de US$ 40.000.000 y luego con el equipamien­to total más las obras en los alrededore­s, pasó a US$ 56.500.000. Parecería que quien realizó el cálculo utilizó un ábaco, pues el costo final fue de US$ 120.000.000. Parece increíble que el costo final haya sido más del doble. Si esto hubiera sucedido en Argentina no sorprender­ía, porque toda la corrupción se hizo a través de la obra pública.

Otro hecho que demuestra que esto se hizo por capricho, fue que el Tribunal de Cuentas el 6/11/2013 observó el convenio entre Antel y la IMM, por vulnerar normas que establecen que las personas públicas estatales no pueden realizar negocios ajenos a su giro. Según la carta orgánica de Antel, el organismo no está autorizado a realizar una obra de este tipo teniendo en cuenta que es una construcci­ón con fines deportivos y/o culturales. Cosse justificab­a la obra, argumentan­do que con el equipamien­to tecnológic­o que tendría la misma, su construcci­ón se amortizarí­a en pocos años. Los números demuestran lo contrario: entre noviembre de 2018 y junio de 2020, el complejo perdió

US$ 3.750.000 entre seguros, mantenimie­nto y energía eléctrica. Nadie controló al administra­dor.

Este informe demuestra, finalmente, que hubo una falta de idoneidad en la administra­ción de los recursos públicos, no se actuó sujeto al ordenamien­to jurídico vigente, hubo desviación de poder y todas las contrataci­ones se hicieron a través del mecanismo de excepción.

Este informe de la Jutep fue aprobado también por el representa­nte del Frente Amplio, Jorge Castro, al cual por haber actuado honestamen­te, el Partido Comunista le pidió su renuncia. Siguen aplicando el criterio que lo político está por encima de lo jurídico.

Obviamente no quieren que la incapacida­d de gestión que hemos visto, quede en evidencia. Estoy seguro que si estuviera a su alcance, le hacían una interpelac­ión a los integrante­s de la Jutep.

Al igual que en Argentina, la gente dijo basta, aquí debemos decirle basta al Frente Amplio, si queremos lograr encauzar nuestro país a nivel internacio­nal. Si vuelven seremos un calco de lo que pasa en Argentina.

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