El Pais (Uruguay)

Billonario, villano y seductor despide a su exitosa serie

- JEREMY EGNER, THE NEW YORK TIMES

Esta nota intenta evitar spoilers, así que dese por avisado. Pero la más grande novedad de esta quinta temporada de Billions, que el sábado estrena el último capítulo de su quinta temporada en Netflix, ya salió por todos lados: es la despedida de Bobby Axelrod, el titán orgulloso interpreta­do por Damian Lewis.

Si bien la escena final del personaje es algo abierta, con Axe (como se le conoce más comúnmente), Lewis confirmó en una entrevista que abandonaba el programa.

“Quizás haya una oportunida­d para que regrese”, dijo desde su casa en el norte de Londres. “Pero por ahora, hablando en términos generales, eso no va a suceder”.

La salida de Lewis pone fin a lo que equivale a “fácilmente el tiempo más largo que he pasado con un personaje”, dijo el actor que se hizo conocido por sus tres temporadas en Homeland.

También se produce pocos meses después de una tragedia personal. La esposa de Lewis, la aclamada actriz Helen Mccrory, murió en abril, poco después de que la producción de Billions regresara de su pausa pandémica. Lewis filmó gran parte de su tramo final en el programa de forma remota, desde Inglaterra.

A lo largo de cinco temporadas en el drama de mercados y grandes fortunas, Axe encarnó los sentimient­os a menudo contradict­orios de la cultura popular hacia los superricos. Es un monstruo capitalist­a, como se describe a sí mismo, que se hizo solo destruyó descaradam­ente cualquier cosa (carreras, vidas, pueblos enteros) que se interpusie­ran entre él y sus próximos mil millones. Pero lo hizo con una audacia y un porte envidiable­s, con un estilo de vida igualmente atractivo de lofts y jet privado.

“Cuando salgo a la calle en Nueva York, digo: ‘¡Axe, sos el uno!’”, dijo Lewis. “Es un ser humano realmente despreciab­le, pero a nadie parece importarle”.

Eso se debe en gran parte a Lewis, quien desde el principio imbuyó a un personaje que podría haber sido una caricatura burlona, con profundida­d emocional y presencia física de depredador. (Cuando estaba desarrolla­ndo el personaje, sus ejercicios de actuación incluían moverse por el suelo como un guepardo). Así como Jon Hamm y Bryan Cranston hicieron que Don Draper y Walter White fueran irresistib­les incluso cuando eran horribles, Lewis hizo que la lujuria financiera de Axe fuera divertida de ver.

“Damian Lewis no es un actor que tema no gustarle al público”, dijo Brian Koppelman, quien es showrunner de Billions junto con David Levien. “Está dispuesto a interpreta­r al personaje de la manera más cáustica que se precise, y Este sábado Netflix estrena la última participac­ión de Damian Lewis como Axe en “Billions”. tiene fe en que, si es fiel a eso, se conectará con la audiencia”.

Pero después de 60 episodios de esquemas elaborados, a veces inescrutab­les, y de Chuck y Axe enfrentánd­ose en varias configurac­iones, Lewis estaba listo para seguir adelante.

“Es difícil seguir buscando creativame­nte”, dijo. “Ya sabemos quién es”.

Y después de seis años de pasar meses en Nueva York filmando Billions, planea quedarse cerca de casa y de sus dos hijos adolescent­es después de que “tuvimos una tristeza muy grande en nuestra familia”, dijo, refiriéndo­se a la muerte de Mccrory. a los 52, de cáncer.

Es un tema del que se resiste a hablar, y su expansivid­ad normal da paso a respuestas concisas. Quiere permanecer en Londres en el futuro previsible por “razones obvias”, dijo. “Es evidente por qué”.

Lewis dijo que la muerte de Mccrory no explica su salida de Billions. Inicialmen­te firmó por cinco temporadas y “siempre asumió que sería suficiente”, dijo. Koppelman aseguró que la serie, que se estrenó en 2016, se había estado preparando para la partida de Axe durante varios años.

Pero sí explica por qué Lewis pasó gran parte de los últimos episodios apareciend­o de forma remota. Los actores y el equipo volaron a Inglaterra para filmar escenas que se enmarcaron dentro del programa como si estuviera atravesand­o una cuarentena. (Lewis regresó a Nueva York solopara una parte del episodio final que llega este sábado).

“No le pediríamos que viniera a Estados Unidos en esa situación, justo después de que falleciera el amor de su vida, que era una artista y un ser humano extraordin­ario e increíble”, dijo Koppelman.

Desde el principio, la dinámica del gato y el ratón entre Axe y Chuck ha sido la dimensión definitori­a de la serie. (Habría que sumar los abundantes cameos incómodos de los financiero­s de la vida real y las luminarias de Manhattan).

Cuando el programa regrese el 23 de enero para su sexta temporada, Mike Prince, intepretad­o por Corey Stoll, quien llegó esta temporada, será el rival para el legalista éticamente ambiguo de Giamatti. El final encontró a Prince literalmen­te quedándose con el asiento de Axelrod, después de comprar su compañía en una oferta que Axe no pudo rechazar.

Con su imagen cuidadosam­ente cultivada y su retórica de salvar el mundo, el personaje de Prince tiene más en común con la cosecha actual de multimillo­narios que viajan al espacio que con los mercenario­s de los fondos de cobertura que Axe canalizó a raíz de la Gran Recesión.

“Un programa de larga duración tiene que evoluciona­r”, dijo Levien. “Así que es como una recarga excelente, en el momento adecuado”. Aún no hay firmada una séptima temporada, pero Gary Levine, presidente de entretenim­iento de Showtime, dijo: “Por lo que he visto de la sexta temporada, estoy muy animado”.

Pero, parece claro, no va a contar con Lewis.

“No me gusta cerrar capítulos”, dijo el actor. “Pero parece que es el final de esto por ahora para mi”.

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