La coach que hizo bailar a Punta
Brenda Cohen aplica una técnica que propone procesar las emociones a través del baile
Antes de subir al escenario del America Business Forum (ABF), Estanislao Bachrach y Brenda Cohen hablan animadamente. “Tengo que hacerlos bailar y que se enganchen, son solo 15 minutos”, dice ella, que instantes más tarde será la invitada sorpresa que el neurocientífico presentará al público.
Tras su exposición sobre emociones y cómo procesarlas, el autor de “Ágilmente”, invita a la coach argentina a subir al escenario. En el primer día del ABF 3.500 personas, de un perfil más bien empresarial, terminan bailando gracias a la música y al carisma de Brenda. En la segunda jornada, ante un público más joven, se animará a más y en su escenario aparecerán otras figuras, pero resultado es el mismo: todos bailan sin miedo. La terapia de baile de Cohen se prueba infalible en las dos oportunidades.
Pero, ¿quién es Brenda Cohen y por qué hace bailar a la gente? Se define como una mujer inquieta, con ganas de conocer el mundo y así fue que salió a recorrerlo. Se mudó a Catamarca cuando estudiaba Administración de Empresas y un día decidió cambiar su vida, en sus palabras salvarla (aunque nunca estuvo en riesgo biológico real).
—¿Cómo empezaste en el coaching y los 5Rythms (o 5 ritmos)?
—Me crucé de una manera muy casual tanto con el coaching como con los cinco ritmos. Llegué a ambas cuestiones a los 28 años y tanto el primer día que bailé cinco ritmos, como mi primera conferencia de coaching, cuando decidí formarme, sentí que llegaba a casa. Estudié Administración de Empresas, trabajé en el campo como productora de aceite de oliva y cuando hallé estas disciplinas me encontré. Descubrí que sería más feliz, siendo auténtica conmigo y siguiendo mi intuición, mi corazón y lo que me hace sentido. Tanto el coaching como los cinco ritmos, me permitieron despojarme del deber ser y conectarme más con la persona que anhelaba ser. Me enamoré de estas dos prácticas que nos permiten ponernos en movimiento —física y lingüísticamente— para transformarnos en eso que queremos y sentirnos más libres.
—¿Qué son los cinco ritmos?
—Es una práctica de movimiento consciente que propone, mediante el movimiento libre y espontáneo del cuerpo, conectarnos con lo que sentimos para poder expresarlo. Se llama cinco ritmos porque eso es lo que usa: el fluido, el staccato ,el caos, el lírico y la quietud, que representan un ciclo creativo. Entonces cada vez que ponemos en movimiento esos ritmos, no hay una manera correcta de hacerlo, sino lo que se busca conectar con tu propio ritmo innato y tu manera propia de expresarlo. Entramos en un proceso creativo a través del movimiento.
—¿Eso sucedió en el escenario?
—Fue una partecita. De alguna manera pasamos de manera muy sintética por estos cinco ritmos. En el fluido empezamos a conectarnos con nuestro propio cuerpo; en el staccato a expresarnos; el caos inevitablemente tenemos que soltar para trascender, entonces soltamos en la música más de tambores; llegamos al lírico que era la alegría, imaginar con nuestro cuerpo y nuestras manos hasta alcanzar la quietud.
—¿Cómo benefician estas prácticas?
—Conectamos con la sabiduría de nuestro cuerpo ayuda a liberar el estrés. Esto es muy personal, pero para mí es un atajo para conectar con la verdad, no con la verdad que pertenece a todos, sino con nuestra verdad, lo que sucede ahora mismo, con lo que sentimos. De alguna manera lo que podemos lograr es dejar caer las capas y quedar más desnudos, así me gusta conectarme con la vida y con las personas, de manera auténtica. Conectar con nuestro ritmo innato con el impulso en nuestro cuerpo y darle permiso al cuerpo que exprese.
—¿Cómo empezaste a trabajar con Estanislao (Bachrach)?
—A partir de la pandemia, empecé a dar clases online. Estanislao participó por una búsqueda personal en mis clases y nos dimos cuenta que lo que hacíamos por separado se integraba muy bien. Él trae el mundo de las emociones y desde la mente y el pensamiento, mi manera era la forma de integrarlo en el cuerpo. Hicimos juntos una actividad vía streaming para 1.000 personas y ahora trabajamos juntos, como nos vieron acá.
—¿Cómo mirás hoy a la Brenda de 28 años?
—Hoy honro ese camino. Me permite integrar mis mundos y poder facilitar esta práctica en este contexto. Quizás después de haber pasado por ahí me veo como una niña que tenía mucho miedo de volar, ser ella misma y hoy siento que lo logré.
Los cinco ritmos exploran las diferentes emociones a través del movimiento corporal.