El Pais (Uruguay)

EL PLAN PARA SACAR ARSÉNICO DEL AGUA

- SEBASTIÁN CABRERA

En noviembre deben regir nuevos valores máximos de arsénico en el agua, pero OSE pedirá postergarl­o.

Hay 163 lugares del país donde el agua de OSE viene de fuentes subterráne­as y tiene más arsénico de lo que aconseja la OMS y del máximo que prevé la normativa nacional que entraría a regir en noviembre. El ente estudia gastar unos 30 millones de dólares en dos años para corregir la situación.

El librillo lleva como título “Combate al arsénico”, tiene en su portada una imagen de Leonardo da Vinci y una frase que se atribuye a aquel artista: “Cuando debas lidiar con el agua, consulta primero a la experienci­a, después a la razón”. Elaborado por el gerente general de OSE Arturo Castagnino, tiene 156 páginas y se maneja en el ente al más alto nivel. Allí está el plan de la empresa para afrontar un viejo problema: hay 163 lugares del interior del país donde el agua de OSE viene de fuentes subterráne­as y tiene más arsénico del que se aconseja a nivel internacio­nal y también según la normativa nacional.

Resulta que una década atrás —y en base a las recomendac­iones de las Guías de Calidad de Agua Potable de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) y de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos—, Uruguay estableció valores más exigentes para este elemento químico, que es cancerígen­o (la Agencia Internacio­nal para la Investigac­ión del Cáncer lo cataloga como un compuesto del Grupo 1). Se bajó el límite máximo de 50 microgramo­s de arsénico por litro de agua a 20 microgramo­s (o sea, 0,02 miligramos) por litro, pero a la vez se concedió 10 años para fijar el límite máximo en 10 microgramo­s (0,01 miligramos) por litro.

Eso según la norma UNIT 833-2010 y un decreto del Poder Ejecutivo firmado por el gobierno de José Mujica el 3 de noviembre Castagnino a El País, como para dejar clara la relevancia del asunto.

Veamos algunos ejemplos: los lugares con indicadore­s más altos. En la localidad rochense de 18 de Julio hay una perforació­n que registra 0,054 miligramos de arsénico por litro (muy lejos del 0,01). En Santa Catalina (Soriano) se llegó a 0,044, 0,033 y 0,031. En José Enrique Rodó (Soriano) 0,030, en San Antonio (Canelones) 0,034 y uno de los pozos de Ciudad de la Costa alcanzó 0,124 miligramos por litro.

En OSE ya hay decisión de pedir a la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), que regula el tema, una extensión en ese plazo para poder hacer las obras correspond­ientes y bajar las concentrac­iones de agua a valores menores a 10 microgramo­s por litro. Eso, según el plan elaborado por Castagnino, llevaría unos dos años y costaría unos 30 millones de dólares. Es un presupuest­o muy elevado pero el gerente dice que existe apoyo de la Oficina de Planeamien­to y Presupuest­o (OPP) porque “se trata de un asunto especial que afecta la salud”.

El gerente general está convencido que la Ursea apoyará la postergaci­ón porque, del Instituto de Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias. Y explica que puede provenir “a partir de la liberación por disolución de minerales de la fase sólida que compone el acuífero y solo una pequeña cantidad liberada puede elevar la concentrac­ión en el agua subterráne­a”. La explotació­n de los pozos suele alterar el equilibrio y generar variacione­s en las concentrac­iones de arsénico.

“¿Puede pasar que eso sea reciente en Uruguay?”, se pregunta Castagnino. “Probableme­nte siempre estuvo esa concentrac­ión y, ahora que cambiaron las normas, todo el mundo está preocupado”.

PREGUNTAS. ¿Por qué es riesgoso para la salud humana que el agua potable tenga arsénico? ¿Y cuán peligroso es? Castagnino dice que lo peligroso no es tanto la cantidad de arsénico en el agua que se ha encontrado en el país sino “la acumulació­n” de años y años. “Necesitamo­s resolverlo rápido y ya tenemos el plan”, agrega.

La doctora María Viviana Collazo, magíster en Toxicologí­a, trabaja en proyectos universita­rios vinculados al arsénico. Advierte que ninguna situación que afecte la salud humana de las poblacione­s es sólo ambiental, “siempre es socio-natural, por lo tanto ningún problema es unicausal ni se restringe a las medidas de un solo sector”. En ese sentido, Collazo indica que la OMS redactó en 2018 una alerta respecto al arsénico inorgánico como el que está en el agua, “que es extremadam­ente tóxico”.

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