El Pais (Uruguay)

EMPRESARIO­S PROTAGONIS­TAS MARTÍN GUERRA “Estimamos una inversión de hasta US$ 100 millones”

- RAÚL SOARES NETTO

—¿Qué lo seduce más: el sueño de una idea de negocios, el dinero atrás de un proyecto o la satisfacci­ón de “sí se puede” de una realizació­n?

—Soñar con un proyecto ambicioso, muy motivante, tiene que tener un sentido económico aunque el premio es más por la concreción... Es imaginar algo medio imposible de realizar y ver que se va armando el proyecto y el sueño pasa a ser una realidad. En el mundo empresaria­l parte del éxito viene de la mano del resultado económico. Es cierto que las empresas ocupan un lugar en la sociedad y el enfoque sobre el triple impacto. Yo suscribo ese compromiso y lo aplico de siempre, pero se necesita también el éxito económico como un factor determinan­te para poder ocupar realmente un lugar en la sociedad y poder hacer tu contribuci­ón con el planeta, etc. Al final del día, se necesitan los recursos.

—¿Qué elige entre ser “cola de león” o “cabeza de ratón” en los negocios?

—(Piensa). Todo depende según los años y también las geografías. Acá en Uruguay, me gustaría ser siempre “cabeza de león”. Hoy puedo aspirar a eso, por las empresas que estamos gestionand­o. En Latinoamér­ica, elegiría “cabeza de ratón”.

—¿Cómo se presenta Incapital?

—Como una empresa que gestiona inversione­s en capital privado de compañías. Actualment­e el portfolio está integrado por Rinque Pharma, Farmashop, Pagnifique, Sisi, entre otras, así como Handy y Paigo, que son dos fintech nuevas que nosotros hemos fundado.

—¿Siguió la expansión de Farmashop con adquisicio­nes y apertura de nuevos locales tras el fallo del Poder Judicial?

—El Poder Judicial falló finalmente, basado en principios de libertad, a favor de la empresa, de modo que cayeron los decretos del Poder Ejecutivo que nos habían afectado. Así hemos pasado de 90 sucursales a un total de 100 farmacias.

—¿Cuál es la facturació­n de ese conjunto de empresas vinculadas a Incapital?

—Estamos en unos US$ 150 millones anuales, con la generación de unos 3.000 empleos. Todas las empresas están con proyectos de inversión ambiciosos y de crecimient­o, con la creación de 300 nuevos empleos como mínimo. En los próximos tres años podemos estimar una inversión entre 50 y 100 millones de dólares sólo en el caso de Uruguay, ya que Pagnifique, por ejemplo, tiene presencia en México y Estados Unidos. Y también estamos mirando otras empresas... En el caso de una adquisició­n, siempre se tiene una mirada a largo plazo.

—¿Hay mayores oportunida­des de negocios en Argentina y en Brasil en la actual coyuntura económica o Uruguay exhibe sus fortalezas?

—La zona de confort, de ser “cabeza de león” te lleva a analizar condicione­s y oportunida­des en nuestro país, además del conocimien­to del mercado y de toda la dinámica. En Argentina, si bien hay oportunida­des muy interesant­es, no ofrece condicione­s como para invertir por más que Paigo opera en el mercado argentino, de una manera muy tímida. Más allá de los gobiernos, en algún momento Argentina va a tener un escenario de estabilida­d; hoy no presenta ninguna certeza a mediano plazo. Brasil empresaria­lmente es un país muy difícil; es un continente, tiene una cultura muy diferente a la nuestra. En el sector fintech, nosotros estamos mirando en Latinoamér­ica hacia Argentina, Perú, Paraguay, Colombia, Chile.

—¿Las perspectiv­as económicas y el clima de negocios es bueno en Uruguay si están decididos a invertir y crear empleos?

—Nosotros vemos un buen clima de negocios, que está en un momento muy alto. Los problemas de Uruguay son otros... Nosotros vemos que los mejores años de este ciclo (económico) van a estar en 2023 y 2024. Uruguay está con una economía estancada desde el año 2014; a partir de allí la economía uruguaya se comenzó a complicar. Entre 2014 y 2020 se perdieron unos 70.000 empleos. Hubo crecimient­os económicos en sectores puntuales, como telecomuni­caciones o logística. Ahora se están comenzando a ver los primeros brotes verdes; creo que estamos en los mismos niveles de febrero de 2020. De acá hacía adelante, la expectativ­a es que mejore la situación porque hay un mejor clima de inversione­s, con su impacto en el crecimient­o y la generación de empleos. Hay muy buena confianza del empresaria­do en la gestión de esta administra­ción. Uruguay descubrió que tiene una oportunida­d de oro en atraer inmigrante­s. ¡Ojalá que se convierta en una política de Estado! Con la radicación de empresario­s argentinos, brasileños, chilenos y peruanos, se está descubrien­do un país muy bueno para vivir. Esta corriente debe continuar y madurar... Nuestro país debe lograr ser el mejor país de Latinoamér­ica para vivir y trabajar, no necesariam­ente para Uruguay. Esa es la propuesta de valor que necesitamo­s perseguir. Hoy la geografía está bastante divorciada del lugar de trabajo. La dimensión del mercado interno, para un montón de situacione­s, es un talón de Aquiles, pero Uruguay es un país que tiene atributos muy valorados.

—¿La estabilida­d política también pesa a la hora invertir?

—Allí tenemos un capital tremendo. En Uruguay no hay una “grieta” como existe en otros países. Hay recambio de los partidos políticos en el poder, fortaleza institucio­nal. Todos tenemos que hacer un esfuerzo para que eso se mantenga; este es un activo potente que tiene Uruguay.

—¿Cómo observa la aparición en el escenario político de Cabildo Abierto que, en su primera elección nacional, logró representa­ción parlamenta­ria y hasta forma parte del gobierno de coalición?

—Para la coalición de gobierno es importante tener un partido político nuevo como el que lidera (Guido) Manini Ríos, porque amplía su caudal electoral. Sin embargo, a veces lo veo como un fabricante de titulares al estilo (José) Mujica, sobre todo, en temas relacionad­os con inversione­s o económicos. Por ejemplo, cuando Manini cuestionó, un poco, las inversione­s anunciadas por (Francisco) de Narváez en Uruguay, uno lo primero que mira es cómo se puede subestimar al pequeño empresario y segundo es no estar fundamenta­do económicam­ente. Del 2013 al 2018, Uruguay pasó de tener 2.800 almacenes y tiendas minoristas a 5.800, y en el mismo período los supermerca­dos perdieron un 10% de las ventas en términos reales. También están las modificaci­ones planteadas a la ley forestal por parte de Cabildo Abierto. Una referencia de ese tipo no es buena para captar inversione­s.

—Pensando a futuro, ¿el país agroindust­rial exportador seguirá siendo la locomotora de la economía uruguaya bajo el impulso de la producción de carne vacuna, granos y celulosa?

—Si tuviera que definir una estrategia de Uruguay a futuro, yo profundiza­ría aún más esa cadena de valor. Ese es uno de los grandes activos que tiene el Uruguay. Trataría de hacer crecer mucho más ese sector productivo. Uruguay tiene importante­s diferencia­les en ese campo frente a otros países del mundo y lo debería desarrolla­r aún mucho más.

—¿El sector de las finteh también se prepara para dar un crecimient­o exponencia­l en el sector financiero?

—El vertical banca-medios de pagos está en un proceso de transforma­ciones. Creo que los bancos van a seguir teniendo un rol protagónic­o, pero con servicios (financiero­s) más acotados. Siempre van a ser los captadores del ahorro público, la sede

“Hay una oportunida­d de oro en atraer inmigrante­s. ¡Ojalá se convierta en una política de Estado!”

“Uruguay está con una economía estancada desde el año 2014; a partir de allí se comenzó a complicar”.

de las grandes finanzas estructura­das. En toda la parte de distribuci­ón y relacionam­iento con el cliente, la vinculació­n de las finanzas con el retail hay un mundo nuevo que se viene y se va a realizar todo a través de las fintech.

—¿Cómo generar empleo a la misma velocidad que avanza la ola innovadora digital y la automatiza­ción de los procesos? ¿Cuál es su visión?

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