ROBERTO MUSSO
—Es rarísimo e increíble porque no es fácil que una banda que lleva casi 40 años esté en su momento de mayor popularidad. Cada disco que pasa nos permite cortar más tickets y llegar a nuevos lugares. Atrás hay un trabajo importante, pero esa constante búsqueda está siempre. Es un orgullo enorme.
—Recién te mencioné el cambio de foco en la banda. Desde han ido despojándose de la mirada humorística y de las referencias uruguayas para ir acercándose a un mirada más humana y social. ¿El replanteamiento empezó en ese disco?
Habla tu espejo
—Fue construyéndose de a piecitas. Cuando hicimos la recopilación con Juan Campodónico (El Cuarteto de Nos ,de 2004) nos planteamos que sea una especie de mojón. Quisimos revisar nuestra etapa anterior pero con un nuevo sonido y “No quiero ser normal” es una canción bisagra. Lo mismo con “Hay que comer”, que ya no tiene ese humor tan negro y bizarro de los noventa, y que es un puente a Raro. Sentía que la fórmula del Cuarteto noventero ya estaba agotada. Las siguientes canciones fueron “Ya no sé qué hacer conmigo” y “Raro”, que ahora pueden no llamar atención, pero en ese momento eran canciones oscuras para nosotros.