El Pais (Uruguay)

Feliz Navidad

- JUAN ORIBE STEMMER

El presidente Nicolás Maduro, se dirigió a sus compatriot­as para decirles que llegó la Navidad empezando octubre y comentó “Miren qué bello este arbolista”. Siempre preocupado por el bienestar de su pueblo, dijo “En Venezuela vamos a tener unas navidades felices, brillantes, llenas de luces y colorido”. No es la primera vez que adelanta esta fecha.

Casi al mismo tiempo se dieron a conocer nuevas estimacion­es sobre la emigración de venezolano­s elaboradas por la Plataforma Regional de Coordinaci­ón Intergener­acional para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), codirigida por el Alto Comisionad­o de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACURE) y la Organizaci­ón Internacio­nal para las Migracione­s (MIO).

Se estima que existe 5,7 millones de venezolano­s emigrados en el mundo. De este total, la gran mayoría, en torno de los 4,6 millones, se encuentra en América Latina y el Caribe. Los principale­s receptores son Colombia (1,7 millones), Perú (1,0 millón), Chile (457 mil), Ecuador (452 mil) y Brasil (261 mil). En nuestra región, Argentina ha recibido 174 mil y nuestro país 15,3 mil.

Esas cifras son importante­s. Pero según señala el informe, solamente representa­n la suma de migrantes, refugiados y solicitant­es de asilo reportados por los respectivo­s gobiernos y agrega, “muchas de las fuentes no toman en cuenta a venezolano­s sin un estatus migratorio regular, es probable que el número sea más alto”.

El impacto de esa sangría de gente, trabajo e inteligenc­ia es impresiona­nte. En el año 2015, el Instituto Nacional de Estadístic­a de Venezuela (INE) estimó que para 2020 el país tendría una población de 32.6 millones de habitantes. En cambio, según el Banco Mundial, en el 2019 la población fue 28,5 millones de habitantes. La diferencia entre esas dos cifras es casi el equivalent­e de las perdidas causadas por una gran epidemia o una guerra. Pero no, esa caída de la población es el producto de una dictadura que encarna, crudamente, el progresism­o real.

La sangría es mucho más importante de lo que indican las cifras sobre la población.

Los estudios del Plataforma Regional de Coordinaci­ón concluyen que los emigrantes y refugiados venezolano­s son generalmen­te más jóvenes y es más probable que estén en edad de trabajar. También, los emigrantes incluyen una proporción importante de personas más calificada­s y con experienci­a laboral. Finalmente, el solo hecho de asumir los riesgos y sacrificio­s de la emigración

El dictador venezolano declaró el comienzo de la Navidad.

indica que son personas con iniciativa y empuje. El resultado es que Venezuela se ha convertido en un país de niños y viejos. Es cierto que los países que reciben a esos migrantes se benefician con su aporte de juventud, capacidad y preparació­n e iniciativa. La perdida de la sociedad venezolana es nuestra ganancia.

Pero, las consecuenc­ias para Venezuela son tremendas. Sin embargo sospechamo­s que esto le importa poco al régimen. Maduro, después de todo, aplica la receta de sus amos cubanos.

La emigración beneficia la dictadura porque así se deshace de posibles opositores, reduce el peso de la clase media y de los sectores sociales más inquietos y con mayor iniciativa (siempre pueden causar problemas y protestar), y genera una corriente de dólares en forma de lo que remiten los emigrantes para mantener sus familias en Venezuela.

Es una demostraci­ón de total cinismo, pero eso es lo que son.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay