Una clase para aprender jugando
La experiencia de una escuela de Shangrilá en la que usan Minecraft junto a los niños
En un año tan particular como lo es 2021, en el que entre muchos otros cambios los niños tuvieron que asistir a clases de manera virtual gran parte del ciclo lectivo, los docentes vienen haciendo malabares para cumplir con los objetivos de los cursos. La creatividad y el estar abierto a nuevas formas de educar se hicieron presentes y este es el caso de los maestros de varias escuelas uruguayas que comenzaron a utilizar un videojuego para enseñar.
Desde 2020, cuando comenzó la pandemia, la escuela Nº 167 de Shangrilá es una de las que implementa en algunas clases Minecraft Education Edition ,de la mano de Plan Ceibal, y la experiencia es más que positiva.
“Minecraft es un videojuego muy famoso y jugado por los niños en todo el mundo, que tiene dentro de sus posibilidades la de construir usando cubos de diferentes materiales. En Uruguay hay muchísimos niños y jóvenes que lo juegan. Así fue que se desarrolló una versión educativa que es la que estamos usando. Las licencias las brinda Ceibal para aquellos docentes que realizan la formación previa y le asignan una licencia completa a cada niño de la clase y al docente”, explicó a El País Mauricio Carballo, uno de los maestros de la escuela de Shangrilá.
Chicos y grandes coinciden en que fue una excelente idea: “Es una herramienta que ayuda mucho a trabajar todas las áreas y complementar lo que hacemos los maestros en la clase. Estamos hablando de que a partir de un videojuego que a los niños les fascina, podemos trabajar los temas que creemos fundamentales. Entonces se crea una fusión muy linda que permite trabajar de otra manera”.
Además, agregó que esta modalidad “también obliga a reflexionar, porque se van presentando distintos problemas al momento de estar construyendo y los niños deben buscar las soluciones. Por ejemplo, en una clase se presentó un inconveniente cuando estábamos representando el aparato digestivo, porque al momento de querer modelar el intestino delgado era un poco difícil, entonces recuerdo que uno de los equipos dijo ‘hagamos como si fuera un laberinto’ y a partir de ese razonamiento pudieron representarlo muy bien. Ellos son los encargados de encontrar el problema y poder buscar la solución y generalmente, la encuentran”.
EN EQUIPO. ¿Qué es lo que tiene el Minecraft que se puede aplicar tan bien en una clase? Según Mauricio, una de las principales razones es que en este videojuego “cada uno tiene su lugar, su espacio dentro del mundo. Cada uno tiene su rol dentro del equipo y eso los hace ser protagonistas de lo que están creando. Hay veces que, por algún motivo, pasan algunos días sin hacer ninguna actividad en Minecraft y te lo piden”.
“Estamos aprendiendo mientras jugamos y creemos que ahí está lo interesante. Cuando uno trabaja motivado, haciendo algo que le gusta y de la forma que le gusta, los aprendizajes fluyen de otra manera”, añadió el maestro.
Destacó, además, que por fuera del tema puntual que se esté trabajando, “se fomentan otros aspectos, otros valores, como son el trabajo en equipo, porque solos es muy difícil hacer todo el trabajo, necesito a mi compañero para poder hacerlo juntos; y también el respeto al trabajo de los demás”.
EN CLASE. Los usos que los docentes de distintas escuelas uruguayas le han dado al videojuego son múltiples. Se trata de proyectos en los que se pueden integrar distintas áreas del conocimiento: lenguas con lectura, oralidad y escritura, artístico con artes visuales y música, física, química, geografía, hasta programación.
En la escuela de Shangrilá, por ejemplo, la maestra María José Sayagués lo usó en matemáticas, para calcular área, perímetro y fracciones.
María José contó a El País que “los niños debían crear construcciones con cierto perímetro o cierta superficie. Una actividad consistía en crear un cerramiento para animales de una granja, para lo cual contaba con 24 vallas. Debían crearlo y luego poner ovejas en un cuarto del mismo. Así avanzando cada vez en ejercicios más complejos”. Otro de los casos en los que trabajaron fue en un hormiguero colectivo: los equipos debían construir diferentes zonas.
En otra oportunidad los niños representaron volcanes y pudieron recorrer el interior de los mismos: “Hay personajes que te cuentan en qué zona estás y cuáles son sus características. También trabajaron los diferentes tipos de respiración y crearon un mundo para representar allí diferentes animales de acuerdo a esto”, contó.
El año pasado comenzaron a utilizar el videojuego en quinto año y este 2021 se sumaron alumnos de cuarto. Recientemente culminaron un proyecto en el que aprendieron sobre el aparato digestivo: “Comenzamos con actividades que nos permitieran ir conociendo los órganos y sus funciones. Luego de varias actividades donde pude ver que había quedado claro el tema, se planteó la consigna de modelar el cuerpo humano en Minecraft con la posibilidad de hacer un recorrido por el interior del mismo, visitando cada órgano del tubo digestivo. De esta forma los equipos tuvieron la ardua tarea de crearlo todo, desde cero, en varias sesiones. ¡El resultado fue fantástico!”, señaló.
Y concluyó Mauricio: “La creatividad de los docentes no tiene límites y este videojuego es muy versátil, por lo que se puede incluir perfectamente en las propuestas de aula tanto presencial como virtual. En muchas oportunidades son los propios gurises quienes dan ideas de cómo incorporar el Minecraft a lo que se viene trabajando en clase”.