Mató a su madre adoptiva y culpó a falsos ladrones
Detalles de la investigación detrás del femicidio que se intentó camuflar como un intento de robo
La escena, el entorno, los testimonios y el propio hombre que dijo a los investigadores policiales que se había enfrentado a dos delincuentes generaron sospechas desde el principio. Era 1 de octubre y la Policía había tenido que ir a una vivienda de Malvín Norte porque dos delincuentes habían entrado a una casa para robar y habían terminado asesinando a una mujer 43 años.
El propio hijo de la mujer fue el que, alterado, contó la versión a los investigadores. Según relató en ese entonces, él llegó a la casa en la que vivía con sus padres adoptivos y vio escapar a los delincuentes. Pero decidió enfrentarlos y terminó lesionado. Los ladrones habían logrado fugar por los techos de otras casas linderas dentro del barrio. El joven tenía lesiones, pero eran demasiado superficiales para ser consecuencia de una lucha contra dos delincuentes armados que acababan de cometer un asesinato e intentaban escapar. Y esa fue la primera sospecha.
La segunda fue la escena del crimen. Dicen los investigadores que la escena siempre “habla”; habla a través de la evidencia, de lo que hay y de lo que no hay. Y esta escena en una casa de Malvín Norte parecía estar contando una historia distinta a la del joven de 20 años. Si había sido así, ¿por qué no había desorden en la casa y elementos revueltos? Algo no cerraba.
Pero de todas formas, como en todos los casos que se investigan, continuaron con el trabajo. Y lo que hicieron fue entrevistarse con varios vecinos para llegar a alguna pista y así poder dar con los presuntos delincuentes porque, si habían escapado por el barrio, quizá alguien los hubiera visto.
Los testimonios hicieron sospechar aún más de la veracidad del relato del hijo adoptivo de la víctima. Nadie había visto nada. Y nadie tampoco había escuchado nada, a pesar de que en la zona los techos de las casas son de construcción liviana.
A los pocos días la Policía tenía su principal hipótesis: no había habido delincuentes que entraran a robar a la casa. La mujer, en cambio, había sido asesinada por su hijo adoptivo. Y el testimonio de la pareja de la mujer terminó aportando elementos a esa teoría.
Según contaron las fuentes, el hombre, taxista de profesión, había salido de la casa por media hora en busca de su relevo en el turno del trabajo. Al volver, su hijo adoptivo, alterado, le dijo: “Mirá lo que le pasó a mamá”. Después le contó lo mismo que a la Policía. Pero el hombre dijo algo ante los investigadores que fue clave. Días atrás se había dado una discusión por plata en la casa.
GIRO. Sin testigos que hubieran visto a delincuentes huir del lugar, sin desorden en la casa y con una versión confusa del principal “testigo”, la investigación dio un giro de 180 grados. Y el joven pasó de ser testigo de un crimen a ser el principal sospechoso del asesinato.
Los investigadores supieron que el joven había usado la tarjeta de débito de su madre en varias oportunidades y esto había generado una discusión familiar. Lo que terminó de echar luz a la indagatoria llevada adelante por la Policía y el fiscal de Homicidios Carlos Negro fueron los resultados de los forenses y los elementos que encontraron los policías de Científica en la escena. La mujer se había defendido y había sido atacada con un cuchillo que había quedado allí, en el lugar. Como el hijo dijo haber resultado herido tras la pelea con los asesinos, también fue visto por forense. El resultado arrojó lesiones muy leves, que daban a entender que habían sido producto de que la víctima se había defendido.
Con todas las pruebas recabadas por Policía y Fiscalía se emitió una orden de detención contra el joven, que se efectivizó el jueves y fue conducido a declarar ante el fiscal Negro. Luego terminó imputado por ser el presunto autor de un homicidio muy especialmente agravado. Ahora esperará en prisión mientras el fiscal del caso continúa juntando elementos para demostrar, de cara a un juicio oral, que todo había sido un invento suyo para terminar impune.