Sindicalista de Salto faltó más que Marcel Slamovitz
Tenía “block” de certificados 70-10; los presentó en 2018
Una directora de un liceo rural de Salto denunció —en la comisión investigadora sobre licencias irregulares de Fenapes— que un docente hizo un uso “abusivo” de certificados 70-10. El sindicalista justificó 265 horas en 2018 por esta causa y desapareció por “semanas”.
Esther Baratta, titular del centro educativo en Colonia Lavalleja, fue bautizada por algunos legisladores como “Arnejo 2”, en alusión a la exdirectora del Liceo N° 1 de San José, Miriam Arnejo, quien sacó a la luz el caso Marcel Slamovitz.
El sindicalista de San José había faltado 250 horas en 2016 y 2017 y allí fue cuando Arnejo decidió abrir un expediente para verificar que estuvieran debidamente justificadas por artículo 70-10, al entender que allí nada decía de actividades sindicales organizadas por Fenapes. Esto fue determinante para que el diputado Felipe Schipani pidiera la conformación de una investigadora.
El número de faltas en las que incurrió Raúl May fue muy superior al de Slamovitz. El dirigente que integraba el Ejecutivo de Fenapes pasaba dos o tres semanas sin ir a clase y allí fue cuando la directora comenzó a solicitar las constancias a través de la secretaria (en ese momento) del centro educativo.
“Marta, por favor decile a Raúl que traiga las constancias, porque no podemos poner 7010 por 70-10”, recordó Baratta que le dijo a una secretaria, según consta en la versión taquigráfica a la que accedió El País. Primero el dirigente “se ofuscó” y a la semana siguiente empezó a llevar “muchos papeles” con las justificaciones requeridas.
Así fue como llenaron “dos cajas” con los certificados que presentaba para justificar las faltas a clase. Un día, llevó un block A4 “rojo con blanco, sin fecha, sin nada”. “Se sentó en la secretaría y la secretaria estaba a mi lado. Y él dice: ‘Bueno, Marta, pasame la fecha que esta quiere que justifique’. ‘Esta’, era yo”, relató Baratta en la investigadora. “Tanto de mayo, tanto de junio, tanto de no sé qué fecha y él iba llenando. Ya estaba firmado ese block A4. Él llenó ahí y entregó un montón de papeles con la (fórmula) 82 correspondiente y le justifiqué todito por 70-10”, explicó la directora. Inmediatamente aclaró que lo hizo porque creía que “estaba bien” y no que era una ilegalidad, algo que advirtió El País hasta el expresidente del Codicen, Wilson Netto. La directora reconoció, en una respuesta al diputado Gustavo Zubía (Partido Colorado), que cuando lo vio con el block de certificados le llamó la atención que lo llenara él porque las hojas estaban “en blanco”. Las justificaciones 7010 venían en block en formato A4. “Él llenaba, arrancaba y entregaba”, contó Baratta y dijo que presenció más de una vez esto. “En alguna oportunidad lo llevó hecho, pero ya a lo último los completaba él, porque juntaba varios días”, añadió.
“Yo siempre estuve convencida de que el 70-10 estaba bien. Me llamaba la atención la cantidad, eso es lo que yo consultaba; eran semanas en las que no lo veía”, insistió la directora sobre el dirigente.
Baratta reconoció que le parecía “abusiva” la cantidad de certificados que presentaba May, los cuales estaban firmados por el propio Slamovitz que en ese momento era presidente de Fenapes. En los documentos, a los que accedió El País, se indica que el dirigente “participó en diversas actividades encomendadas por Fenapes”. Estos documentos eran iguales a los presentados por Slamovitz.
Las 265 horas que faltó May se dividían en “apoyo a la adscripción” y “coordinación y tutorías de geografía”, esto además de las 14 que le correspondían por licencia sindical.
Baratta confirmó que May cobró presentismo a pesar de no haber asistido a clases. “Otros profes que trabajaron sin parar, pero se enfermaron, no cobraron”, lo que, dijo, generó “indignación en colegas” en su momento. “Lo que nos empezó a llamar la atención fue el caso de este profesor por el abuso, porque los otros no lo hacían así. Como yo decía, era una vez cada tanto que presentaban esta hoja”, finalizó.
En julio, May no quiso realizar declaraciones a El País sobre este tema y solo se limitó a decir que no dejó a sus alumnos sin clase porque tenía “horas de docencia indirecta”.