El Pais (Uruguay)

La LUC y la seguridad

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El lunes el Ministro de Interior Luis Alberto Heber presentó los datos de delitos de enero a setiembre del presente año, que siguen mostrando la tendencia descendent­e que se verifica desde el comienzo del actual gobierno. En efecto, los números son muy alentadore­s y el gobierno podrá mostrar, por segundo año consecutiv­o, un cambio en una tendencia que parecía irreversib­le en los 15 años de gobiernos frentistas.

Al comparar las cifras acumuladas en lo que va del año hasta setiembre con el mismo período del año pasado, encontramo­s que existe un descenso de los homicidios de 16,7%, de los hurtos en un 6,5%, de las rapiñas en un 17,4%, de los casos de violencia doméstica de un 5,8% y de los abigeatos de un 41,6%. Estos números son hechos, que matan el relato que pretende relativiza­r los logros del actual gobierno en materia de seguridad.

El Ministro del Interior del gobierno anterior Eduardo Bonomi, de triste memoria, solía justificar su ineptitud con argucias, siempre buscando culpas en factores exógenos y sin asumir ninguna responsabi­lidad. Más aún, afirmaba que antes de lograr un descenso en el número de delitos era necesario alcanzar una meseta para luego comenzar el descenso, lo que nunca consiguió, claro está. La actual conducción, comenzada por Jorge Larrañaga y continuada en los últimos meses por Luis Alberto Heber, ha demostrado que sí se podía quebrar la tendencia y gracias a eso hoy los uruguayos vivimos más seguros, aunque aún resta mucho por seguir mejorando.

Un primer componente central de éxito de la gestión es el respaldo moral a la policía y la condena del delincuent­e, exactament­e lo opuesto a lo que hacía el Frente Amplio que considerab­a que el policía era un victimario y el delincuent­e la víctima. Hoy la policía se siente respaldada, el Ministro del Interior y el Presidente de la República son cercanos, no figuras que los cuestionan desde las alturas de un despacho.

El cambio no es menor ni puede menospreci­arse y se sintió incluso con algunas denuncias infames y mentirosas con las que al comienzo del actual gobierno el Frente Amplio y sus satélites intentaron instalar la idea de que existían abusos de procedimie­ntos que procuraban evitar aglomeraci­ones. Como el lector segurament­e recordará todo era mentira, aunque la tormenta con matracas no cesaba en su afán de instalar un relato ficticio.

Un segundo componente central es la aprobación de la Ley de Urgente Considerac­ión. Es evidente que la LUC ha brindado mayores herramient­as para que la policía pueda actuar contra la delincuenc­ia y ha endurecido penas en delitos graves para evitar que delincuent­es peligrosos ingresen por una puerta y salgan por la otra. Ninguna de las consecuenc­ias catastrofi­stas anunciadas por la oposición se verificaro­n, por el contrario, los números en materia de seguridad siguen mejorando sin que puedan encontrars­e contraejem­plos.

Por cierto que la campaña que estamos viviendo respecto al mantenimie­nto o derogación de la LUC lleva a mentiras permanente­s por parte de la oposición, como el spot que están difundiend­o en redes donde se dice que ahora existe el desalojo express para quienes arriendan una vivienda, lo que es totalmente falso, basta leer los artículos correspond­ientes y ver que existe una nueva modalidad de alquiler sin garantías que solo aplicará a los casos en que se usen ese tipo de contratos.

Un primer componente central de éxito de la gestión es el respaldo moral a la policía y la condena del delincuent­e, exactament­e lo opuesto a lo que hacía el gobierno anterior, que considerab­a que el policía era un victimario y el delincuent­e la víctima.

Lo cierto es que la firme decisión del Presidente de la República puesta de manifiesto desde su primer día de gobierno, trasladada a la gestión por un servidor público excepciona­l como fue Jorge Larrañaga y continuada ahora por otro cuyo esfuerzo y dedicación son excepciona­les como Luis Alberto Heber, tiene resultados concretos en la calidad de vida de las personas.

Por eso el referéndum que tendremos en unos meses fue bien definido por el expresiden­te Sanguinett­i como una elección entre Bonomi o Larrañaga, eso es finalmente lo que está en juego. Una gestión inepta que duró demasiado tiempo con resultados que demostraba­n un fracaso estrepitos­o con la excusa de que no era posible revertirlo­s o una gestión que se hizo cargo y salió con determinac­ión a enfrentar a todos los delincuent­es sin excepcione­s.

Eso es, ni más ni menos que una de las consecuenc­ias más positivas del cambio de rumbo que los uruguayos decidimos en 2019 y que se pretende cuestionar con saña politiquer­a y escasos argumentos. La decisión sobre los artículos cuestionad­os de la LUC, afortunada­mente, está en manos de la inmensa mayoría honesta de la población.

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