Soplando velitas

Las “empresas públicas” registran honrosas realidades como la electricidad y el agua potable. Y algunas de las otras. El petróleo es materia de varias de las corporaciones multinacionales más poderosas del mundo. Son empresas privadas. Todos han oído de la familia Rockefeller o de la Shell. Compiten con otras empresas en el mercado mundial. Sus acciones cotizan con resultados lucrativos en las grandes bolsas de valores. En Latinoamérica la defensa de la “soberanía nacional” dio lugar a empresas estatales como Pemex en México, Pdvsa en Venezuela, YPF en Argentina y Ancap en Uruguay. No dejan bien parada a las políticas de estatización del oro negro.

Ancap en la era frentista quebró bajo la presidencia de Sendic. Quien era el “pollo” de los tupamaros y de Mujica, distinguido licenciado con medalla de oro en genética en La Habana. Hasta sonaba para candidato presidencial. En la realidad no había ni licenciado, ni medalla de oro, ni genética. Hubo la bancarrota de Ancap. Costó más de mil millones de dólares —considerando la recapitalización— hecha con plata del pueblo uruguayo. Hay muchas perlas más en este rosario. Nos reduciremos a Gas Sayago S.A. Y, la demanda laboral de la Ing. Marta Jara.

Gas Sayago S.A. es una sociedad comercial privada. Su capital lo han integrado un 20,65% Ancap y un 79,35% UTE. O sea, que las ideas han sido de los representantes frentistas de estos entes públicos “propietarios” del emprendimiento y la plata para variar …del Estado. O sea, del pueblo uruguayo. Su cometido era la instalación de una planta para regasificar al gas y trasladarlo a no se sabe que gasoducto. Al final del gas vinimos y gas nos volvimos. Una auditoría analizado el tema ha concluído que se han perdido para entrar a conversar 213 millones de dólares. Ahorrando detalles, digamos que la consultora dijo que “el proyecto… no era viable desde el inicio”. Han quedado invictos en el agua de Santa

Catalina —Sayago— los pilotes que le mostró Zabalza al Ing. Daniel Martínez. Hay que sacarlos. Costará tan solo más o menos ocho millones de dólares ¿Saben quién paga?

Sobran frutillas al postre. La Ing. Marta Jara fue gerente general de Gas Sayago S.A. “empresa privada” (2012-2016). En esas estaba cuando se le designó como presidente de Ancap —empresa pública— en marzo de 2016. Pidió entonces licencia sin goce de sueldo, respecto del cargo en Gas Sayago S.A. en febrero de 2016, la que le fue concedida, y pasó a administrar

¿Qué empresa privada hubiese dado a su oneroso gerente una licencia con reserva del cargo?

los combustibles, alcoholes y portland estatales. La Ing. Jara estaba en su derecho de promover esta solución. Pero: ¿alguien cree que una empresa privada en serio le hubiese dado a su oneroso gerente general una licencia sin goce de sueldo por tiempo indeterminado con reserva del cargo?

Al cesar en Ancap ente estatal la ingeniera dio por terminada la licencia en Gas Sayago S.A. y reclamó a ésta le retornara a su cargo de gerente general (sueldo 400.000 pesos). El 17 de marzo 2020. Al no ser reintegrada lo demandó ante la justicia laboral que bajo cánones del derecho privado sentenció en primera instancia que Jara fue despedida indirectamente. A la indemnización suman varios rubros laborales más. Redondean los siete millones de pesos que se suman a los juicios por casi 40 millones de dólares que Gas Sayago tiene en cartera.

Son las velitas al socialismo del presidente Mujica (20102015). ¿El sindicato de Ancap? Si te he visto no me acuerdo.