TRES MESES DE TERROR EN UN COLEGIO DE LUJO
■ Se burlaban de su acento y de que no jugaba bien al fútbol. El niño (11) no tenía redes sociales, pero sus compañeros en un colegio de la costa montevideana le tomaban fotos y las circulaban incluso entre alumnos de otros colegios. “Hay señales tempranas a las que atender. Mi hijo primero dejó los deportes porque no quería estar ahí: cuanto menos tiempo mejor”, cuenta el padre del pequeño hostigado. Luego empezaron los mareos, ansiedad, vómitos. El terror duró tres meses. “Lo sacamos. Era inaguantable. Iniciamos un juicio porque habíamos sufrido un fraude, pero paramos, no queríamos más sufrimiento”.