El Pais (Uruguay)

El arte como elemento salvador

Gracias a las joyas y cuadros en resina pudo hacer frente a la pandemia y al viaje de su hijo

- ANALÍA FILOSI

Había una compañera en la clínica donde trabajo hace 11 años que tenía como un arbolito de la vida adentro de un vidrio y yo no sabía lo que era, pero cada vez que la veía le preguntaba: ‘¿Cómo se hace eso?’ porque me parecía divino”, recuerda Virginia De León (42 años).

La respuesta la encontró en internet, donde se enteró que lo que tenía su compañera era hecho en resina. Ese dato no solo sació su curiosidad sino que, sin imaginarlo, le proporcion­ó el modo de superar una pérdida anunciada.

“Mi hijo de 20 años tenía el sueño de irse del país y para no hacerlo de golpe me dijo ‘mamá, yo me voy a vivir a unas cuadras para irnos separando de a poco’”, cuenta.

Esa primera mudanza le creó un vacío que se incrementó cuando por la pandemia de la covid-19 se quedó sin su trabajo de moza que realizaba algunos fines de semana.

Ser moza no solo le daba un ingreso extra, sino que también llenaba parte de su vida. “Me abrió muchas puertas y me llevó a conocer lugares y personas increíbles. También fui decoradora

Por la pandemia se quedó sin su trabajo de moza, que hacía como ingreso extra.

de salones de fiestas y hasta una de las mujeres reales de la marca Dove, entre muchas otras cosas”, acota.

¿Qué le quedó en ese 2020 maldito? Empezar a probar con la joyería en resina que aprendió a hacer en forma autodidact­a con tutoriales en Youtube. Intentó hacer algún curso, pero confiesa que su mayor aprendizaj­e fue el ensayo y error porque dice que es muy obsesiva y a fuerza de probar fue perfeccion­ando la técnica.

“Al principio fue para hacer algo, no lo vi por el lado del tema económico porque nunca pensé que iba a empezar a vender por Instagram, no sabía ni lo que era Instagram, solo tenía Facebook”, señala sobre sus comienzos comerciali­zando las joyas.

Eligió llamarse Amborella porque es el nombre de la flor madre de todas las flores, tiene el ADN de todas las flores del mundo. “Fue la primera flor que habitó el planeta Tierra y me encantó, me pareció hermoso para lo mío”, explica.

Entonces llegó enero de 2022, momento en que su hijo emprendió viaje a Rio de Janeiro. Por suerte tres meses antes se había cruzado en Internet con una rusa que hacía cuadros. “Fue mi salvación psicológic­a.

 ?? ?? PERSONALIZ­ADOS. Virginia tiene sus creaciones, pero también hace cuadros por encargue en los que atiende los pedidos de sus clientes, como ir al lugar que se va a pintar o recolectar material de la playa que será protagonis­ta.
PERSONALIZ­ADOS. Virginia tiene sus creaciones, pero también hace cuadros por encargue en los que atiende los pedidos de sus clientes, como ir al lugar que se va a pintar o recolectar material de la playa que será protagonis­ta.

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