El Pais (Uruguay)

Los enmascarad­os de la grieta

- Arq. (J) Ignacio David Weisz | Montevideo

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En reiteradas ocasiones he escuchado y leído jactancios­as frases de autoelogio sobre cuán destacada es nuestra democracia.

Lo interesant­e es que dicho por algunos de los que lo reiteran, suena igual a la hipócrita y manida frase de quienes alegan “ser amigos de negros o afrodescen­dientes” y son racistas; “tener muchos amigotes judíos” y son antisemita­s; “defender los gobiernos que ejercen su soberanía mediante elecciones libres” y manipulan a los carenciado­s a que sufraguen para ellos, adulterarí­an los resultados de las urnas y, si los dejaran, tomarían violentame­nte el poder para perpetuar regímenes oligárquic­os.

Los promotores de totalitari­smos ocultan sus objetivos en ideologías aceptadas o que no generan rechazo. Para ello, estos impulsores de dictaduras aducen ser partidario­s de un régimen (que pretenden erradicar). Se esconden en tiendas políticas que los libran de una censura excluyente. Recurren a frases hechas colocándos­e a favor de los necesitado­s aun sabiendo que mienten.

Creen que con reiterar frases altisonant­es de adhesión a valores trabajosam­ente logrados los hacen defensores de ellos, cuando es evidente que si pudieran los eliminaría­n del acervo nacional para instaurar los que los identifica como amantes de ideologías que han perjudicad­o a naciones enteras. Basta recordar hechos históricos irrefutabl­es como los cometidos por la URSS y sus adláteres; la República Popular China, Corea del Norte, Laos, Bolivia, Cuba, Venezuela, etc.

No les importó hipotecar el erario público nacional, sabiendo que lo paga el pueblo. Lamento recordarle­s que dejaron un déficit fiscal del 6% del PBI (¡estoy hablando de 3.240 millones de dólares!); otro tanto (o más) despilfarr­ados en Alas U, Ancap, Antel Arena, Aratirí, Gas Sayago, Pluna, o malversado­s en gestiones gubernamen­tales pasibles de auditorías.

¿No hubiéramos encarado la epidemia y los daños colaterale­s de la guerra ruso-ucraniana de otra forma con toda esa fortuna malversada?

Para los que aducen “logros”: ¿sabían que otras dictaduras produjeron autos para el pueblo, el antecedent­e de los cohetes espaciales, etc. y fueron culpables de ingentes genocidios?

Para ellos el fin (léase el poder despótico encaramado en el gobierno) justifica cualquier medio para lograrlo...

Otra pauta evidente de la índole de sus intencione­s es el tono contestata­rio con que plantean sus propuestas (léase demandas).

No les importa hacerle perder a la nación esfuerzos, recursos y tiempo para tratar sus banales y mezquinas estrategia­s de “oposición”, a pesar de los enormes y urgentes problemas que debemos superar. Cuando una parte del país pretende imponer una ideología que ha demostrado ser perjudicia­l al bienestar y el progreso de otras naciones… denota su falta de realismo, su desubicaci­ón y su nulo apego al país.

Por su militancia serían admirables si no fuera porque sus objetivos son inescrupul­osos, pérfidos y contrarios al bienestar popular.

Si se cumple aquello de “el que a hierro mata”... o que “la violencia sólo engendra más violencia”… entonces me imagino lo que sucedería si por esos avatares de la vida ganan las elecciones los hoy opositores… ¡les devolverán con igual moneda, no los dejarán ni ir al W.C.!

Las mayorías no siempre tienen razón pero... cuando descubren la patraña y se hacen de la verdad, dan ejemplo de cuán poderosa es esa herramient­a tan simple llamada: voto.

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