El Pais (Uruguay)

Las cirugías cayeron un 19% frente al promedio precovid

Baja fue más intensa en 2021 que en 2020, y similar entre ASSE y privados

-

En los cinco años previos a la existencia de covid19, en Uruguay se realizaban unas 531 intervenci­ones quirúrgica­s por día. En el primer año de la emergencia sanitaria, cuando la presencial­idad asistencia­l se vio menguada y miles de cirugías fueron aplazadas, se efectuaron unas 452 intervenci­ones diarias (una caída de 15% respecto a aquel promedio precovid). Y el año pasado, con la gran ola de la variante P, la baja se intensific­ó: 429 operacione­s al día (reducción del 19% frente a la media histórica).

Nada hace pensar que los uruguayos tenían menos razones para ser intervenid­os el año pasado que en 2019 o 2018. De hecho, las cesáreas concretada­s en los últimos años —que es una de las intervenci­ones de más fácil relevamien­to estadístic­o en Uruguay— casi no se vieron repercutid­as por la pandemia.

Tampoco hubo una afectación significat­iva en las cirugías de urgencia: antes de covid-19 eran cerca de 67.800 por año y el año pasado fueron más de 64.500. Los infartos se siguieron operando como de costumbre, también los heridos de bala, el ACV o el tumor que requiere una extirpació­n inmediata.

Entonces, ¿cómo se explica la caída? Según los datos del Sistema Nacional de Informació­n (Sinadi) la notable caída se dio en las cirugías coordinada­s, cuya reducción fue casi de 27%. Y más específica­mente en las cirugías coordinada­s ambulatori­as (esas que no requieren quedarse internado), cuya baja fue de casi el 30% en las mutualista­s privadas y superior al 36% en ASSE.

Esta es una de las consecuenc­ias de la pandemia, uno de esos “efectos colaterale­s”, que más preocupó a las autoridade­s sanitarias. Porque la caída de las intervenci­ones quirúrgica­s tienen como correlato el ensanchami­ento de la lista de espera para operarse y, en el peor de los escenarios, el agravamien­to de la patología que lleva al usuario al quirófano.

La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) estimó que a escala global hubo una reducción del 55% de las intervenci­ones a causa de la emergencia sanitaria. En México, por ejemplo, las cirugías se redujeron a la mitad en el primer año de pandemia y el sistema todavía no logró recuperars­e de aquel cimbronazo. En España, en cambio, las listas (según tipo de prestador) Mutualista­s ASSE

187.768 130.000 110.000 90.000 70.000 50.000 30.000 10.000

190.275

197.602 196.216 (2015 a 2021) 196.385 165.144 156.757 de espera llegaron a nivel prepandémi­cos en el segundo semestre de 2021.

Según el ministro de Salud, Daniel Salinas, Uruguay viene acortando la lista de espera quirúrgica. Hace nueve días, cuando el jerarca fue citado al Parlamento, dijo que a fines del primer semestre del año pasado se acumulaban 14.682 cirugías coordinada­s que llevaban más de 180 días de espera. A fines de marzo de este 2021 la cantidad se redujo a 7.812.

Salinas reconoció ante los legislador­es que “a partir de enero se genera una nueva lista de espera”, pero ese tamaño es menor al observado el año anterior. Con la llegada de ómicron “los prestadore­s pidieron la suspensión de las cirugías (coordinada­s) y nos opusimos rotundamen­te”, señaló el ministro. Lo mismo, dijo, fue su postura ante los retrasos de estudios médicos y la atención presencial.

A diferencia de lo que ocurrió en otros países, Uruguay tuvo su gran impacto del covid19 a partir de 2021 (o desde diciembre 2020 si se prefiere la exactitud). Eso hizo que en el primer año de emergencia los retrasos hayan sido menos significat­ivos que en el segundo año. Lo mismo se observa en el exceso de muertes, es decir, en la cantidad de fallecidos por demás que hubo respecto a lo que cabría esperarse por la marcha histórica.

En el caso de la baja de las intervenci­ones quirúrgica­s, la reducción fue similar en los prestadore­s privados y ASSE. Fue un poco más intensa en Montevideo que en el interior y, sobre todo, fue más notoria en los pacientes más jóvenes.

En la población de menor edad, con énfasis en los niños, las intervenci­ones quirúrgica­s suelen ser programada­s salvo que se trate de un accidente o un hecho violento no accidental. Es menos probable una afectación cardíaca que requiere una cirugía de urgencia o un cáncer. Eso explica que, por ejemplo, en las mutualista­s privadas hubo una baja de las intervenci­ones a menores de 5 años cercana al 50%. Entre los más adultos, en cambio, ese porcentaje se redujo al 10%.

En ASSE no es tan marcada la diferencia por edades, aunque sigue un comportami­ento similar a los privados.

Entre las mujeres la baja de las cirugías fue más notoria que entre los varones: 20% vs. 17%. Incluso si se dejan de lado las cerca de 15.000 cesáreas anuales, también ellas tuvieron una reducción mayor de las intervenci­ones quirúrgica­s.

En el último congreso del Colegio Médico de Uruguay se concluyó que las consecuenc­ias de estas esperas y cancelacio­nes se verá recién “a mediano plazo”.

Espera: a fines de marzo había 7.812 cirugías con más de 180 días de retraso.

Cantidad de intervenci­ones quirúrgica­s por año

Evolución de intervenci­ones coordinada­s versus urgentes

 ?? ?? LA CAÍDA.
Intervenci­ones coordinada­s, en especial las ambulatori­as, fueron las de mayor reducción.
LA CAÍDA. Intervenci­ones coordinada­s, en especial las ambulatori­as, fueron las de mayor reducción.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay