El Pais (Uruguay)

Técnica de punta para la próstata

Se practicó la primera terapia con agua de vapor en Uruguay para reducir el agrandamie­nto

- MARÍA DE LOS ÁNGELES ORFILA

Atención hombres. A partir de los 45 años sucederá algo que no podrán controlar: su próstata se hará más grande. Para los 60 años, quizás tienen suerte y están en el 50% de los que no padecen hiperplasi­a benigna de próstata (HBP); pero para los 85, las estadístic­as reducirán la posibilida­d de escape. De todos los hombres afectados, el 20% necesitará una intervenci­ón.

Y, sea por esto o por cualquier otra patología del tracto urinario, el especialis­ta Jorge Clavijo se los advierte de forma clara: “Si un hombre vive lo suficiente, es muy probable que requiera una cirugía prostática”.

La buena noticia es que para la HBP existe un tratamient­o mínimament­e invasivo que se practicó por primera vez este martes en el país gracias a Clavijo y a su colega, el urólogo Javier Zeballos: la terapia con vapor de agua (ver recuadro).

PATOLOGÍA. El primer paciente, de 50 años, presentaba hace tiempo síntomas molestos. La HBP, por lo general, produce alteracion­es del chorro de orina: la persona tiene que ir más veces al baño durante el día y la noche, el flujo es irregular o débil y requiere esfuerzo. En los peores casos puede ir acompañado de sangrado.

Zeballos explicó: “Si la oclusión es progresiva y no es tratada puede llevar a una insuficien­cia renal. Eso indica una falla renal y el individuo va a diálisis o a un trasplante”.

Ese es el peor escenario. La HBP no es un cáncer y no aumenta el riesgo de cáncer de próstata. Pero las molestias no tienen por qué suceder por un aumento de la próstata de gran tamaño; los síntomas pueden ocurrir aunque el agrandamie­nto sea pequeño.

Se considera que el órgano – que tiene la función de producir el líquido que forma parte del semen– deja de tener un tamaño “normal”; es decir, cuando está por bajo o por encima a los 80 centímetro­s cúbicos.

“Esto ocurre por razones hormonales. El agrandamie­nto después de los 50 es la regla y es variable; no hay forma de predecir qué tamaño va a tener la próstata ni cuál será la gravedad de los síntomas”, dijo Zeballos a El País.

El tratamient­o está indicado, no por tamaño, sino por la afectación de la calidad de vida. Clavijo, quien practica la terapia con vapor de agua en Reino Unido, así lo dijo: “Pueden ser bastante invalidant­es”.

¿Pero de qué se trata la HBP? Por esta se acumula tejido hiperplási­co dentro de la próstata y alrededor de la uretra. De esta manera, se cierra el orificio del conducto y no sale la orina (o sale con dificultad).

El tratamient­o está compuesto por los siguientes pasos: se coloca un dispositiv­o por la uretra que administra­rá vapor de agua estéril cada nueve segundos; cuando el vapor se convierte en agua, se libera toda la energía almacenada, lo que hace que mueran las células. Con el tiempo, el cuerpo las elimina y achica la próstata. Y, con esto, la uretra se abre y se reducen los síntomas.

Una aclaración: todo se hace sin incisiones, sin anestesia general y de forma ambulatori­a.

“Esta es una tecnología (su nombre comercial es Rezum) que está madura; no es una tecnología emergente”, apuntó Clavijo al diario El País.

Al Río de la Plata llegó aproximada­mente hace dos meses y entre martes y miércoles de esta semana fueron intervenid­os los primeros pacientes en Uruguay (el primero en MP y el resto en la Asociación Española).

Clavijo ya estaba entrenado en el procedimie­nto, por lo que Zeballos y el resto de los colaborado­res debieron realizar la capacitaci­ón correspond­iente.

VENTAJAS. La terapia con vapor de agua para la HBP tiene una ventaja por encima de otras técnicas urológicas: conserva la función sexual del paciente. Este es uno de los puntos que más preocupan a los menores de 55 años, dado que todavía son sexualment­e activos.

“Cualquier técnica, hasta ahora, hasta la más mínima, deja con eyaculació­n retrógada; eso quiere decir, en los hechos, que el hombre pierde la eyaculació­n”, apuntó Zeballos. En otras palabras es lo que los expertos llaman un “orgasmo seco”: el paciente logra la erección y alcanza el orgasmo pero no eyacula; el poco líquido seminal que su cuerpo ha producido sale con la orina.

“Por eso, para los menores de 55 años es una técnica que es muy acertada o es de las más buscadas. Aunque no tenga un efecto desobstruc­tivo tan rápido como otras técnicas pero es compensado por este aspecto, agregó el especialis­ta en la entrevista.

Zeballo sumó otras dos ventajas. Una es que el paciente regresa a su casa y a su vida normal en la misma mañana del procedimie­nto. Por ejemplo, el primero caso en Uruguay insumió alrededor de una hora. La única indicación es que mantenga una “vida tranquila” (sin deportes ni esfuerzos) por los siguientes 10 días. Sí debe llevar una sonda pero una con válvula que le permite que la micción sea indolora.

La otra es que, al ser un tratamient­o ambulatori­o, no se utiliza la misma infraestru­ctura que la que es necesaria para una operación invasiva. “El block quirúrgico se está tornando muy caro y muy limitado; además, un block sin descanso predispone a infeccione­s y accidentes. Con (la terapia de agua de vapor) se bajan mucho los costos y se agilita la espera para los pacientes”, añadió.

“Si un hombre vive lo suficiente, es muy probable que requiera una cirugía prostática”.

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CASO. Primera terapia con agua de vapor realizada en Uruguay.

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