Papeles, vidrio y hasta tubos de plata
■ “Este problema está desde que existe la humanidad”, afirmó el urólogo Javier Zeballos sobre la hiperplasia benigna de próstata (HBP) en diálogo con el diario El País. Es algo natural: el hombre envejece y su próstata se agranda. Por lo tanto, se han buscado y encontrado soluciones a lo largo de la historia.
Por ejemplo, el médico recordó que hay papiros que relatan que los egipcios hacían un cateterismo con un papel embebido en cera que pasaban por la uretra. Aunque suene mal, lo peor es lo que dijo después: “Los chinos hacían cosas con vidrio”. O esto: en tablas mesopotámicas que van del 3.400 al 1.200 a.c. se ha leído el siguiente texto: “Introducirás un remedio en el pene con la ayuda de pequeños tubos de bronce”. Se documentó así la existencia de catéteres uretrales en los pueblos de Asu y Asipu. En la India, el texto quirúrgico realizado en el año 1.000 a.c. llamado el Sushruta Samhita (Los libros de Sushruta) hace mención a tubos de plata, hierro y madera recubiertos con mantequilla líquida para lograr a través del cateterismo uretral la evacuación de orina en pacientes obstruidos. Zeballos añadió: “Es un tema que, en algún punto, llega a ser de vida o muerte y había que buscar una solución. Como esto ha evolucionado mucho, han aparecido muchas técnicas para reducir el tamaño de la próstata y abrir esa obstrucción y que la micción sea más cómoda. Hoy podemos decir que la HBP, como enfermedad benigna, no te va a cortar la vida per se a menos que llegues a esa oclusión que provoque una falla renal”.
En comparación, la terapia de agua de vapor actual es rápida, mínimamente invasiva y no requiere anestesia (ni vidrios ni nada de eso).