El Pais (Uruguay)

Un llamado desesperad­o al BPS

Montevideo

- José Labarthe | Maldonado

Soy un papá que vive con su hijo Joaquín, que es autista.

El pasado 5 de marzo cumplió los 18 años y automática­mente le dieron de baja a su pensión.

¡Imagínense el cambio para nuestras vidas!

Soy un trabajador que se levanta todos los días pensando que tiene que traer dinero a casa para pagar a la señora (niñera) que acompaña a Joaquín todos los días. Lo lleva al Instituto de la Buena Voluntad en el Cerro, donde intenta seguir con sus estudios. A pesar de sus 18 años, es como si estuviera en 2° o 3° de Escuela Primaria. Cuando era niño fue a la Escuela Especial Clínica, también en el Cerro.

En ambos lugares siempre ha estado acompañado de una asistente que le pone el BPS. Yo no la podría pagar.

La verdad es que la situación se nos ha hecho muy difícil sin la pensión.

Me gustaría informarle­s que hay varias contradicc­iones en el informe que recibí del BPS sobre la evaluación de Joaquín. Y algunos datos que no coinciden. Por ejemplo, se pone un domicilio que no es el nuestro (vivimos en Santa Catalina), dice que Joaquín tiene incapacida­d física para trabajar (y le quitan la pensión) y en otra parte habla de autismo en la niñez (como si fuera una condición que desaparece con el tiempo).

Somos los dos solitos y la verdad no sé a quién recurrir.

Me preocupa que yo enferme, no pueda trabajar y no contemos con ningún ingreso para alimentarl­o y asistirlo.

Desde los 4 años que cobra pensión, luego de un largo recorrido para lograr un diagnóstic­o.

Los padres con hijos autistas entenderán mejor aún mi situación.

Me duele que una persona sentada en un escritorio, un profesiona­l, seguro sin mala intención, nos cambie la vida de un día para el otro. Sobre todo cuando estoy convencido de que quizás no tuvo el tiempo o la oportunida­d de analizar bien nuestro caso. No lo culpo, debe de haber cientos de personas con dificultad­es, pero se trata de nuestra vida.

Esta carta es un llamado desesperad­o a las autoridade­s del BPS para que revean el caso de mi hijo.

Joaquín es un chico alegre y querido y sé que contamos con un Estado solidario y que da respuestas.

Desde ya muchas gracias a las autoridade­s que se tomen un tiempo para leer esta carta. @|

En Barcelona se puede acceder al líquido tan esencial para la vida, a un promedio de 4 pesos el litro.

Si nuestro país está sobre un acuífero tan importante, sugiero realizar un estudio e invito a todos los dirigentes políticos a evaluar cómo mejorar la accesibili­dad al agua potable a valores racionales, ya que no todos acceden a los servicios de OSE.

En España, el supermerca­do Mercadosa tiene a $4 el litro de agua y en Uruguay a $20, a excepción de algunas ofertas.

No busquemos culpables. Trabajemos juntos por una solución.

Una familia con tres hijos sin acceso a OSE puede dilapidar hasta $36.000 anuales, sólo de agua.

Más canillas de agua filtrada de libre acceso puede ser la solución.

No es para rezongar. Es para reflexiona­r sobre la vida y el acceso a tan básico insumo. @|

Simplement­e como aporte sobre el tema que leí el pasado martes 17 de mayo, debo decir que hace muchos años, quizás 25 o 30, mi tarjeta de crédito venía con un débito menor, pero dinero al fin, pongamos 45 pesos. Motivo: seguro de vida.

En ese entonces, la Defensa del Consumidor estaba radicada en el mismo Ministerio de Economía y Finanzas (Colonia y Paraguay). Me presenté manifestan­do que yo no había contratado ningún seguro de vida; que al gestionar la tarjeta, el Banco se informó sobre mi responsabi­lidad, bienes, sueldo, etc.

Llamé también al Banco y a los titulares de la tarjeta, quienes me dieron su explicació­n. Según ellos, yo no tenía que preocuparm­e por el futuro.

Ese seguro cubriría algún saldo deudor pendiente el día de mi “ausencia”.

Tanto a la funcionari­a del Ministerio como al representa­nte del Banco que gestionaba

RINCÓN DE JUEGOS la tarjeta les hice una simple cuenta de la recaudació­n que les significab­a a ellos esos pocos pesos (como ellos lo llamaban), y es impresiona­nte calcular que si cada usuario de tarjeta aporta $ 25 por mes, multiplica­do por las tarjetas que circulan en el Uruguay, digamos 300.000 (me quedo corto), están recaudando $ 7.500.000, cerca de US$ 200.000.

Las financiera­s de los bancos pueden hacer un buen colchón... y algún sobrante también.

Para no extenderme diré que después de 8 meses, la financiera me devolvió lo que me habían cobrado; y la funcionari­a de Defensa del Consumidor me dijo que gestiones realizadas por las financiera­s de las tarjetas derivaron en que el Estado o el Banco Central autorizara a cobrar ese seguro, siempre y cuando el deudor mantenga saldos.

Más allá de la liquidació­n de las compras del mes, a partir de ese entonces, cuando me viene la tarjeta pago y no dejo ningún saldo pendiente. @|

Preocupa el aumento de casos de los últimos días de covid-19. Hay que seguir usando el tapabocas en lugares cerrados, mantener la higiene de manos y vacunarse. Se abrió la agenda de cuarta dosis para menores de 50 años.

En una semana los casos aumentaron casi un 100%. ¡Por eso, a cuidarse más que nunca!

Si bien no ha habido casos graves, nunca se sabe cómo nos puede afectar a cada uno. @|

En relación con el lamentable suceso de una palmera que cayó sobre una casa ocasionand­o la muerte del morador que no pudo pagar para sacarla, haremos algunas considerac­iones.

Es verdad que los árboles en los terrenos privados son responsabi­lidad del propietari­o y no de la Intendenci­a, pero el hecho es que sacarlos cuesta aproximada­mente 20.000 pesos y demás está decirlo, ni muchos los tienen.

Con esto ponen en riesgo su vida y las de otras personas.

Sería importante que las Intendenci­as ofrecieran el servicio cuando hay potencial riesgo, con una financiaci­ón adecuada, a cargar en la Contribuci­ón.

EL TIEMPO 07:36 23:37 17:46 13:48

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