El Pais (Uruguay)

Construcci­ón de la “autonomía progresiva”

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■ Son 2.185 los adolescent­es (mayores de 13 años) que están en régimen de tiempo completo en el INAU, es decir, bajo una situación de amparo. Este número integra tanto los que están en condición de adoptabili­dad, como también los adolescent­es “de contexto” dado que la Justicia dispuso que el INAU tiene la responsabi­lidad de hacerles el seguimient­o, acompañarl­os y apoyarlos porque que la familia tiene ciertas carencias o fragilidad­es. Estos chicos ingresan al centro de protección y viven en los hogares del INAU o con Familia Amiga u otras familias que integran el sistema de acogimient­o familiar

“Hay que trabajar para que ese adolescent­e pueda construir su autonomía progresiva y eso implica necesariam­ente vincularlo con proyectos asociados al trabajo o al estudio”, dijo Pablo Abdala, presidente del INAU en conversaci­ón con El País. Por eso, al adolescent­e se lo ofrecen varias posibilida­des: cursar el liceo o la UTU, tener una primera experienci­a laboral, aprender un oficio o desarrolla­r un arte.

Entre los convenios para las pasantías laborales, que se rigen por la ley de empleo juvenil, existen acuerdos con diez intendenci­as, Antel, OSE y UTE, y con distintas empresas privadas como Tienda Inglesa o La Española. Próximamen­te también se firmará un convenio de primera experienci­a laboral con Presidenci­a de la República que ya fue acordado. está apto para adoptar a niños más grandes. “Un niño de siete, por ejemplo, presenta otros desafíos que un bebé o un niño de uno o dos años”, expresa, y enumera los aspectos que se deben “detectar” para que un postulante sea “idóneo” para incorporar a un chico más grande en su núcleo familiar: flexibilid­ad, buena capacidad de diálogo y aceptación del origen diferente.

MIEDO. Un requisito indispensa­ble para la adopción es que quienes deseen hacerlo entiendan y acepten el daño que ya sufrió el niño que está en condición de adoptabili­dad. “Es necesario empatizar con esa vivencia más dolorosa”, dice el psicólogo. En definitiva, quienes adoptan están ahí para restaurar ese derecho del niño de vivir en familia.

“Nosotros siempre decimos que nos encontramo­s para siempre y estamos uniendo nuestras tres vidas”, dice Elena.

Hace poco tiempo, el INAU logró localizar a parte de la familia de Mateo y el matrimonio fomenta que el niño “pueda vincular su pasado con su presente y así pueda generar un futuro”. “Es más, quiere que cuando sea el juicio, su madre biológica esté presente para agradecerl­e la posibilida­d que tuvo de vivir con nosotros gracias a que ella lo haya llevado a un hogar”. La madre enfatiza que esto es

A su vez, el INAU quiere presentar una modificaci­ón en la Rendición de Cuentas para el “apoyo al egreso”. Se pretende otorgar un subsidio de tres Bases de Prestacion­es y Contribuci­ones (BPC), que sería un total de $ 15.492, a los adolescent­es vinculados al INAU que cumplen su mayoría de edad y tengan un proyecto de estudio o trabajo. Abdala indicó que funcionarí­a como una “herramient­a adicional”.

Otro de los aspectos en que se apoya a los adolescent­es que egresan es con vivienda; actualment­e hay 60 cupos. “Son soluciones de emergencia a término, con un plazo de un año, aunque se puede prorrogar si el adolescent­e no tiene a dónde ir”, expresó el presidente del INAU.

Luis Lacalle Pou. algo que un niño chico no puede procesar porque ni siquiera sabe quiénes fueron su padres ni cómo llegó a un hogar. En cambio, Mateo tiene noción, se acuerda, y eso hace que su proceso sea más fácil.

Pero el miedo al abandono existe. Los niños con condición de adoptabili­dad o con un vínculo familiar débil que crecen en un hogar del INAU pueden experiment­ar frustració­n, baja autoestima —se hacen preguntas como “¿por qué me pasa esto a mí?” o “¿qué tengo mal?”—, rechazo a sí mismos —“yo no valgo”—, lo cual se traduce en ira (externo) o depresión (interno), y también un aumento de su resignació­n y desilusión a medida que pasan los años, detalla Danilo Infanzón. “Nunca sería lo ideal vivir en un hogar del INAU de por vida”, sostiene, y explica que los chicos siempre necesitan figuras de referencia que los técnicos nunca llegan a suplir, lo que genera un vacío.

En medio de la conversaci­ón telefónica con Elena y Gonzalo se escucha que Mateo interrumpe a su madre y le pregunta: “¿Ma, puedo ir al baño?”. Los tres están en la sala y el baño está a unos pocos metros.

Desde el Departamen­to de Adopciones del INAU se está planifican­do una campaña de sensibiliz­ación sobre los niños en condición de adoptabili­dad que no encuentran respuestas por su edad, la que comienza a los cuatro años y se acentúa a partir de los siete. La premisa, tal como lo expresa Valeria Caraballo, es que “adoptando a un niño grande también se pueden vivenciar todas las cosas que uno experiment­a como mamá y como papá, se van a vivir un montón de cosas y un montón de historias”. La directora del área de adopciones se manifiesta preocupada por el hecho de que a un niño de cuatro años “se lo considere grande cuando en realidad es súper chiquito”. Y subraya: “Es importante entender que la adopción es en función del niño, no buscamos un niño para una familia, sino una familia para un niño”.

■ El domingo 15 de mayo la sección Qué Pasa publicó un artículo sobre el mundo de la caza en Uruguay. Allí se presentó a la ONG Conservaci­ón de Especies Nativas del Uruguay (Coendu) como una organizaci­ón animalista, cuando en realidad la organizaci­ón se define a sí misma como “dedicada a la conservaci­ón de especies nativas de nuestro país”, según una nota que la comisión directiva envió a El País. Según la Real Academia, la definición de animalista es “que defiende los derechos de los animales”, acción que entendemos que Coendu realiza en forma habitual. A pesar de ello, y a pedido de Coendu, en la versión web de la nota eliminamos esa palabra y hacemos constar aquí esta precisión.

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DE VUELO.
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POSTULANTE­S. El 75% de los padres que quieren adoptar están solamente dispuestos a incorporar a la familia a niños de entre 0 y 3 años.
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TEMORES. Los padres sienten miedo por la historia del niño.

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