El Pais (Uruguay)

¿Renta, o proyectos extraordin­arios?

- GONZALO.DUCOS@GMAIL.COM

En estos días estamos cerrando la cosecha de soja de la campaña 21-22 y todos los operadores hablan de que estamos superando los 3 millones de toneladas. Hace más de una semana se largó fuerte con las siembras de colza y cebada y en estos días también el trigo comenzó a rodar fuerte. Pero, como siempre pasa, ahora todos miran al campo y la cadena agroalimen­taria que lo rodea. Sin poder evaluar correctame­nte el resto de la sociedad que, gracias a él, estamos saliendo de lo que pudo haber sido segurament­e un agujero negro manejado por otras manos.

Uno de los economista­s que más sigo, allá por el final del 2020, nos decía que el Uruguay iba a salir de la crisis que se estaba enfrentand­o de la mano del campo y de la baja del dólar. Y ambas cosas se han venido dando, el campo por decisiones propias y ajenas, está logrando arrastrar la economía de la mano de los buenos precios y buenos resultados y el dólar, con su pérdida de valor frente al peso, nos va generando pérdida de competitiv­idad externa; lo que me inquieta es que esta baja del dólar tiene un límite tolerable y se debe tener cuidado.

Los buenos resultados de la agricultur­a se dan cuando se junta un “P*Q” dijo un contador amigo en una reunión. Y para la mayoría esta zafra, es un año de buenos Q (cantidad). Hablan que estamos en un rinde promedio del país algo superior a los 2.750 kilos y ojalá así sea. Pero además se juntó el P (precio) que, como había un pronostico de niña (que se cumplió), nadie tomó posición de venta por los riesgos que involucrab­a.

Con ese escenario climático, la suba estaba a la vuelta de la esquina y además todos teníamos la memoria fresquita de vender y que subiera frenéticam­ente y eso resultara en malos promedios de venta, lo que en general sucedió en la zafra pasada. En la consultora, mi socio el Ing. Alfonso Álvarez, construyó hace unos años un índice de precios posibles y estaba bien claro, que este año había que esperar, algún día les contaremos sobre el índice PTT, porque además este indicador nos permite medir nuestras eficiencia­s comerciale­s y nos permite construir estrategia­s comerciale­s y nos deja siempre buenas conclusion­es y aprendizaj­es.

Como decíamos, “La niña” fue un evento que ocurrió, pero para la soja y en las zonas agrícolas, terminó justito, justito. En las zonas agrícolas comenzó a llover el 14 de enero de noche y las sojas se comenzaron a armar. Todo ese calor y bajísimas humedades relativas que se vivieron, en la gran mayoría de los cultivos fue como un esteriliza­dor y nos llevó a tener una zafra tranquila en insectos. Esto se ve en resultados de calidad de la soja que este año se está vendiendo al mundo en trabajo de los agricultor­es uruguayos. Que tenemos suerte, sí seguro, sólo por un minuto pongamos en nuestra mente ser un agricultor en Ucrania… me cuesta imaginarlo y aún más entender esa situación.

De ese momento crítico, en donde todo se nos venía abajo, a este mes de cosecha, las cosas cambiaron, dimos un salto gigantesco. Pero para los que estamos involucrad­os en esto, tenemos bien claro que no sólo es “P*Q”, eso es solo el resumen, de nuestros proyectos extraodina­rios y no una renta extraordin­aria con el simple concepto acabado, insisto, acabado de plusvalía.

Pero además, mal aplicado, porque en lo que nosotros hacemos hay un proceso de producción, desarrolla­do al cielo abierto, que se lleva mal con el Excel que no tiene corazón y a veces tampoco cabeza, que tiene riesgos muy altos según la actividad.

Ojalá algún día algunos lo entiendan, porque estamos un año mas cerca de una pérdida importante producto de una mala cosecha y ahí, en ese momento, nadie va a venir a dar apoyos, sólo estarán los actores privados comprometi­dos con la actividad.

Por delante, los agricultor­es tienen y tenemos dos años en donde aparecen buenos soportes de precios, por razones que no vamos a argumentar en este momento. Pero esas buenas expectativ­as, hacen que, de un buen resultado, se agarre impulso para seguir.

Esos buenos márgenes, no son retiros o gastos personales, en su mayoría son re inversione­s. Inversione­s en maquinaria­s, inversione­s en infraestru­ctura, gran movimiento de camiones, de ventas de servicios de todo tipo, de consumo y de empleo, basta solo ver el dato de generación de empleo en el interior para interpreta­r algo de eso.

Este buen momento innegable hace que cada uno de los empresario­s agropecuar­ios esté construyen­do en su cabeza su proyecto extraordin­ario. Debemos mirar este momento de oportunida­d con alegría y sin perder la cautela vayamos por nuestros proyectos extraordin­arios.

Hasta la próxima.

Los buenos resultados de la agricultur­a se dan cuando se junta un “PXQ”, ni más ni menos que la combinació­n de precio y cantidad. Pero eso es sólo el resumen de nuestros proyectos “extraordin­arios” y no una renta extraordin­aria...

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