El Pais (Uruguay)

Denuncias de estafas crecen: 14.300 en 2021

Fiscales señalan que con internet es fácil hacerlo y que las penas son bajas

- MAITE BEER

Hay un “aluvión” de denuncias por estafas, según afirman los fiscales, y el aumento es sostenido. En 2018 se registraro­n 6.400 denuncias, en 2019 fueron alrededor de 8.000, en 2020 subieron a 10.800 y en 2021 hubo un total de 14.300. El fiscal Rodrigo Morosoli recibe diez denuncias de estafa por semana. La inmensa mayoría son cibernétic­as. “Es muy fácil estafar y las escalas de pena que hay hacen que sea un delito atractivo para cometer”, dice Morosoli a El País. “Una estafa, por más sofisticad­a y millonaria que sea, tiene un máximo de cuatro años, que es el mínimo por una rapiña simple”.

Hay un “aluvión” de denuncias por estafas, indican los fiscales, y el aumento es sostenido. En 2018 se registraro­n 6.400 denuncias, en 2019 fueron alrededor de 8.000, en 2020 subieron a 10.800 y en 2021 hubo un total de 14.300.

El fiscal de flagrancia Rodrigo Morosoli tiene diez denuncias de estafa por semana y señala que “la prevención tanto de la esfera pública como de la privada es fundamenta­l”. Repara en que la gente debe tener “buenos hábitos de consumo” y ser “cuidadosa con las contraseña­s electrónic­as”. La inmensa mayoría de las estafas actualment­e son cibernétic­as.

“Es muy fácil estafar y las escalas de pena que hay hacen que sea un delito bastante atractivo para cometer”, afirma el fiscal Morosoli a El País. “Las penas que establece el código penal para la estafa son bajas. Una estafa por más sofisticad­a y millonaria que sea tiene un máximo de cuatro años, que es el mínimo por una rapiña simple (sin agravantes, por uso de arma)”, explica. La fiscal también de flagrancia, Gabriela Fossati, concuerda con lo dicho por Morosoli: “Las penas son muy benévolas”, dice, y en la mayoría de los casos son condenas con libertad a prueba. “Son bajas en casos de gente que lo ha asumido como un medio de vida”, sostiene.

Las estafas son de investigac­ión lenta y como los fiscales de flagrancia trabajan con delitos urgentes, a veces estos casos quedan relegados y se les da más importanci­a a las rapiñas u otros delitos que implican lesiones importante­s. Por eso, se intenta unificar casos en donde se hallan evidencias similares o misma metodologí­a, para que la investigac­ión resulte más eficiente. En ese sentido también es necesario realizar un entrecruza­miento de datos con otros colegas. “Yo entiendo que la estafa está subvalorad­a en relación a otros delitos”, expresa Morosoli, pero añade que una sola persona puede dañar a muchas personas “a lo largo y ancho del país”.

“La Fiscalía no tiene los recursos humanos y materiales para investigar estafas por 2000 o 3000 pesos, entonces se terminan no investigan­do, porque es muy complejo para lo que es el daño y esa gente se sale con la suya”, puntualiza la fiscal Fossati. Incluso, añade, la gente a veces no denuncia estos hechos porque los montos de dinero son bajos. Y cree que una de las posibles soluciones frente a la gran cantidad de estafas que tienen que investigar es que se apoye a los fiscales con un equipo de expertos en informátic­a y economía. Por otro lado, señala que no cree que un posible aumento de las penas produzca un cambio significat­ivo en la conducta de los estafadore­s.

CASOS. Uno de los casos más grandes que está investigan­do Fossati tiene alrededor de 30 damnificad­os y se trata de venta de televisore­s en la frontera. “Normalment­e televisore­s muy grandes, ahora que viene el mundial”, cuenta la fiscal. Los delincuent­es, un hombre y una mujer, se valen de facturas de una empresa de encomienda­s que previament­e robaron. “Primero piden el depósito de la mitad de precio (que ha llegado a ser hasta de 35.000 pesos), después remiten esa factura trucha de la encomienda y entonces les depositan la otra mitad”, narra Fossati. Una vez que la persona se presenta a retirar la encomienda, la empresa les informa que no hay ningún pedido a su nombre.

La fiscal también alude a la plataforma Marketplac­e como epicentro de varias denuncias de estafa que llegan a su fiscalía. “Hay muchas estafas por venta de productos que no se entregan, o por préstamos falsos en los que se les pide a los solicitant­e primero hacer una entrega de dinero”, dice Fossati en relación a esta página web.

Por otro lado, las personas mayores suelen ser carne de cañón para estas estafas. Son engañados con secuestros que no son reales o a partir de estrategia­s de suplantaci­ón de identidad. El caso más reciente que llegó a manos de la fiscal de flagrancia —una denuncia que se realizó el jueves 9 de este mes— e trató de una mujer de 82 años a quien le robaron su caja fuerte y varias joyas haciéndose pasar por funcionari­os del BROU. La llamaron para decirle que necesitaba­n cambiar su dinero a dólares.

Pero los ancianos no son las únicas víctimas. “Hay gente muy preparada, contadores, médicos, arquitecto­s, que caen y les brindan informació­n porque la fuente parece realmente verídica. Se comunican como si fuera una institució­n bancaria y les vacían las cuentas”, remarca la fiscal de flagrancia.

“Es importante que la gente se cerciore bien cuando abra una página de internet, por ejemplo,

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INTERNET. Estafas a través de la web son las que más preocupan a los Fiscales, que advierten sobre perfiles falsos de entidades bancarias.

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