Un país plagado de elecciones anticipadas
■ Desde 2019, ni el entonces primer ministro y líder del Likud, Benjamin Netanyahu, ni sus socios opositores lograron suficiente aval parlamentario para conformar un gobierno estable. Las elecciones de abril de 2019 no otorgaron la mayoría suficiente a Netanyahu y tras la imposibilidad de formar un ejecutivo, en mayo se disolvió el Parlamento, lo que llevó a nuevas elecciones. Celebradas en septiembre, Netanyahu fue el primero en fracasar de nuevo en formar gobierno, seguido de su rival, el centrista Beny Gantz.
El 2 de marzo de 2020 Israel tuvo que celebrar sus terceras elecciones legislativas. Como en las tres anteriores, Netanyahu volvió a ganar pero sin mayoría y firmó un acuerdo con el líder centrista de Azul y Blanco, Beny Gantz, por el que ambos se rotarían en el poder durante tres años. Aquel pacto tampoco prosperó. El Parlamento se disolvió el 2 de diciembre de 2020, lo que condujo a los cuartos comicios el 23 de marzo de 2021. De nuevo se repitió el mismo proceso: Netanyahu ganó pero se vio obligado pactar. Ante la imposibilidad de formar gobierno, el líder del centrista Yesh Atid, Yair Lapid, llegó a un acuerdo con el líder del ultranacionalista Yamina, Naftalí Bennett, por el que éste ocuparía el cargo de primer ministro la primera mitad de la legislatura y luego lo cedería a Lapid. Este es el gobierno que ahora cesa. (EFE)