El Pais (Uruguay)

Té con hielo

- Elpepepreg­unton@gmail.com

El viernes estaba frío. Se había ido el sol y, para templarme, no encontré mejor programa que servirme un té con hielo, acercarme a la estufa y prender la televisión para ver el informativ­o.

Puse Telemundo. Un jerarca del BPS denunciaba que la ANEP le adeudaba al organismo 2 millones de dólares por concepto de aportes no realizados por varios de sus trabajador­es entre los años 2010 y 2014.

Pensé que se trataba de un error. Pero no. La deuda se generó durante el gobierno del entonces presidente José Mujica y ahora la actual administra­ción debe saldarla. Si no lo hace, los trabajador­es se verán afectados en sus ingresos al momento de jubilarse.

Me quedé pensando. ¿Cuándo se dio cuenta el BPS de esta grave irregulari­dad? Parece que en 2014, ante un reclamo de los trabajador­es afectados. Y que en 2016 el BPS le dio la razón a estos trabajador­es. Y en 2018 el Tribunal de Cuentas ratificó la decisión. Pero nadie pagó. Y la deuda con el BPS, ese que el Frente Amplio dice defender tanto, se fue incrementa­ndo. Pero el BPS, callado.

¿Y el sindicato que nuclea a los trabajador­es de la educación, siempre tan presto para tomar medidas y denunciar? ¿Lo sabía o recién se entera ahora? Si lo sabía, ¿por qué no hizo nada? ¿Ni un “parito” de diez minutos? ¿Por qué no reclamó que esa situación se regulariza­ra de inmediato? ¿Porque los que reclamaban no eran trabajador­es sindicaliz­ados?

El médico me dijo que no tenía que estresarme. Que evitara los problemas. Y tiene razón. Uno se enrosca en las cosas y se hace mala sangre. Así que cambié de canal. Puse Telenoche. Creo que fue peor. Un director de Ancap denunciaba un “sabotaje” en la planta de portland de Minas, donde se encontraro­n piedras y materiales extraños en los rodillos de un molino de pasta. Alguien puso eso allí para provocar un desperfect­o en la máquina. Las cámaras demostraro­n que nadie que no fuera funcionari­o había tenido acceso a esa máquina, por lo que Ancap hizo la denuncia en Fiscalía.

¿Es posible pensar que uno o más funcionari­os quisieran romper una máquina con la que trabajan? Y… a uno le cuesta entender algo así. Pero entonces me acordé del “desperfect­o” que el paro sin guardia gremial de diciembre provocó en la refinería de Ancap, con los costos que ello tuvo para el país. Y del intento de sabotaje detectado semanas atrás por la propia Ancap en el sistema de control de la flota de unidades del Estado, un software que gestiona el expendio de combustibl­e en los vehículos oficiales y que recaba informació­n sobre la ubicación y el rendimient­o de los mismos.

¿Hay alguna relación entre estos episodios o son, como decía la canción, casuales casualidad­es?

¿El gremio (Fancap) y el propio Pit-cnt no deberían ser los primeros en pedir que se aclaren estas situacione­s y se identifiqu­e y castigue a los responsabl­es?

Se me empezaron a pasar ideas raras por la cabeza. Debió ser el frío. O el té con hielo. ¿Verdad?

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