El Pais (Uruguay)

Negociació­n colectiva y contingenc­ia

Montevideo

- Rafael Rubio |

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“Los seres humanos nacen con distintas capacidade­s. Si son libres, no son iguales. Si son iguales, no son libres”. Alexander Solzhenits­yn

Las organizaci­ones empresaria­les son sistemas de producción. Un sistema es un ordenamien­to de partes interrelac­ionadas que interactúa­n con su medio externo. La razón de ser de las organizaci­ones empresaria­les es satisfacer lo que el medio les demanda, ya sean productos o servicios.

Para que esas partes interrelac­ionadas interactúe­n positivame­nte, en el sentido deseado, es clave que todas compartan el mismo propósito, la misión que le da sentido a la organizaci­ón. También es necesario establecer normas que definan las interaccio­nes, así como roles que las ejecuten. Para armonizar las personas y el trabajo se establecen las estructura­s organizaci­onales, las cuales se ejecutan en la cultura organizaci­onal (el modelo de creencias compartida­s y valores que dan sentido a los miembros de una organizaci­ón y les proveen de reglas de conducta para su comportami­ento dentro de ella. Davis, S. M. 1984. Managing Corporate Culture. N. York. Harper & Row, Publishers).

Los sistemas humanos interrelac­ionados son los grupos de interés (stakeholde­rs) de la organizaci­ón: clientes, trabajador­es, proveedore­s, medio ambiente y accionista­s. Si no se respeta la participac­ión y satisfacci­ón de cada grupo de interés, en el mediano a largo plazo, la organizaci­ón desaparece.

Estos sistemas solo logran consolidar­se y funcionar eficientem­ente cuando la cooperació­n y la colaboraci­ón son procesos de relación fundamenta­les. Dichos procesos de relación son predecible­s, en base a una creencia colectiva de sus integrante­s: confianza.

La confianza es un ingredient­e esencial para desarrolla­r la cooperació­n, emana del afecto y la amistad (aprecio y considerac­ión) y de cognicione­s basadas en cálculos (confío que harás lo que has dicho). Por tanto, la confianza es afectiva y cognitiva e implica un sentido de expectativ­a, de obligación y reciprocid­ad; asegura que el entorno social también desempeña un importante papel en ella.

Un entorno social digno de confianza facilita la suposición de que se cumplirá con una obligación y de que se colmará una expectativ­a, creando así un sistema de confianza mutua.

Otras investigac­iones también encontraro­n que la tecnología impacta en los comportami­entos, como ser si se produce en línea de montaje, producir una sola unidad hasta su completo acabado, producir bienes en un proceso continuo, etc.

Al igual que la teoría de sistemas antes vista, la teoría de las contingenc­ias presenta una visión más amplia del comportami­ento de las organizaci­ones. Requiere un ajuste entre los procesos organizaci­onales y las caracterís­ticas de la situación.

El pensamient­o reciente en el diseño de la organizaci­ón ha vuelto a subrayar la importanci­a que tiene adoptar la estructura organizaci­onal a diversas contingenc­ias para lograr la eficacia organizaci­onal. La teoría de las contingenc­ias también se ha extendido al liderazgo, a la dinámica de grupos, a las relaciones de poder y al diseño de los empleos. La premisa básica es adaptar el comportami­ento a la situación.

En lo que tiene que ver con las personas que integran las empresas, ya sea como directores o subordinad­os, no han sido creadas sino que han evoluciona­do. La evolución se basa en la diferencia, no en la igualdad. Cada persona posee un código genético diferente y desde su nacimiento está expuesta a diferentes influencia­s ambientale­s. Esto conduce al desarrollo de cualidades diferentes que significan diferentes probabilid­ades de superviven­cia y de desempeño en la vida y por ende en el trabajo.

Si tenemos en cuenta todos los factores que influyen en el desempeño de las empresas y las diferencia­s humanas de sus integrante­s, ¿usted piensa que tiene algún asidero científico categoriza­r los Consejos de Salarios por criterios tan elementale­s como lo son rubros de producción para productos o servicios similares y obligatori­amente pagar igual a los integrante­s de cada categoría? ¿No le parece que ese criterio es un residuo más del centralism­o democrátic­o que se profesaba en los soviets a las que nuestras centrales sindicales son tan afectas?

El Uruguay debe avanzar en el sentido que va el mundo, que no es precisamen­te el del marxismo corporativ­ista.

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