El Pais (Uruguay)

La pandemia aumentó consumo de cannabis en usuario “frecuente”

El usuario “ocasional” disminuyó por pocos eventos sociales

- CLARA LUSSICH

La pandemia del covid19 impactó a la sociedad en diversas maneras y quizá uno de los más interesant­es tiene que ver con los hábitos de consumo de drogas. En Uruguay, el usuario “frecuente” de cannabis aumentó su consumo durante el comienzo de la emergencia sanitaria, pero el catalogado como usuario “ocasional” lo disminuyó, según un informe interno realizado por el Observator­io Uruguayo de Drogas (OUD) al que accedió El País.

Estar más en casa, a pesar de que Uruguay no llegó a decretar la cuarentena obligatori­a, llevó a que el relacionam­iento de las personas con las drogas cambiara y el cannabis no fue la excepción. El informe del OUD fue realizado entre marzo y mayo de 2020, es decir, los meses en los que hubo “mayor psicosis entre las personas”, según indicó el coordinado­r del Observator­io, Héctor Suárez.

“Al terminarse prácticame­nte las situacione­s sociales en las que el consumo se generaba para los usuarios ocasionale­s, estos dejaron de vincularse con el cannabis durante casi totalmente, pero en aquellos que tenían un uso más frecuente, sobre todo en el hogar, sin depender de ir a un lugar para consumir, lo aumentaron”, afirmó Suárez.

Según el coordinado­r del Observator­io, el mercado de cannabis tiene “otras variables más importante­s que la pandemia” que generaron cambios en los últimos dos años. “Las farmacias no podían cubrir la oferta necesaria porque siempre se vendió todo lo que se puso a disposició­n del público, entonces la variable fundamenta­l ha sido que a mayor cantidad de puestos de venta, más compras se generan”, explicó.

Además, durante el 2020 se registró un “aumento notable” de los autocultiv­adores inscriptos en el registro del IRCCA (Instituto de Regulación y Control de Cannabis), algo que, según Suárez, tiene que ver con “la cantidad de fiscalizac­iones e inspeccion­es que hizo el Ministerio del Interior”, lo que llevó a que la gente “se asustara y fuera masivament­e a inscribirs­e”. “Hoy siguen creciendo los cultivador­es todo el tiempo, más allá de que hay un mercado que consideram­os gris, como los autocultiv­adores no registrado­s”, sostuvo Suárez.

Más allá de lo que pasó con el cannabis, el informe del Observator­io Uruguayo de Drogas también incluye datos sobre el consumo de otros estupefaci­entes durante los primeros meses de la pandemia. En el caso de las drogas sintéticas, el informe marca una “baja sustancial” en su consumo y esto podría vincularse a la disminució­n de eventos sociales “como las fiestas electrónic­as”, según Suárez. Entre marzo y mayo también se notó un menor uso de “drogas ilegales” como la cocaína, la pasta base, los alucinógen­os y el éxtasis.

A pesar de la disminució­n de drogas ilegales, la pandemia provocó un aumento en el uso de tranquiliz­antes y antidepres­ivos sin prescripci­ón médica.

El aumento se dio tanto en los usuarios frecuentes como en los ocasionale­s y esto tiene que ver con que “la situación en general de una pandemia mundial genera mucha ansiedad e incrementa la necesidad de consumir”, según el coordinado­r del OUD. En el mismo sentido, el ocio extendido provocado por el aumento de las personas en seguro de paro o desemplead­as también es “una explicació­n razonable para tener mayor consumo”.

“Entre las consecuenc­ias negativas del aislamient­o, el distanciam­iento social y la incertidum­bre generaliza­da de este contexto mundial se destaca el estrés y trauma en las poblacione­s actuales, los cuales se manifiesta­n a distintos niveles y se retroalime­ntan o agudizan aún más ante la confluenci­a de determinad­as problemáti­cas sociales. El incremento del consumo de sustancias psicoactiv­as se presenta en este escenario como uno de los fenómenos probables”, indica el informe del Observator­io Uruguayo de Drogas.

MENOS TRATAMIENT­OS. Debido al encierro, muchas personas pasaron más horas del día con sus familias, lo que provocó un “relacionam­iento algo novedoso”, según Suárez, y con eso “se visualizó un aumento en las llamadas a ASSE por consultas de familiares de personas que consumen”. Sin embargo, el informe muestra una disminució­n del 23,8% en los ingresos de usuarios a tratamient­os especializ­ados en drogas con respecto al año anterior.

Según Suárez, la disminució­n de los tratamient­os tiene que ver con “problemas logísticos” porque “al cerrarse los servicios hubo una menor demanda de tratamient­os de la esperada año a año”.

La línea telefónica 1020 — para el servicio de informació­n, apoyo, contención y asesoramie­nto a personas con adicciones— tuvo un aumento del 25% en las consultas entre los primeros meses de 2019 y los de 2020. “Sin embargo, pasado el momento inicial de las medidas de distanciam­iento social, decae por debajo de los valores de 2019 en el mes de agosto”, señala el informe. Algo similar pasó con la línea de ayuda para salud mental que se abrió durante la pandemia, porque “en muchos casos había problemáti­cas con adictos y se delegaba al organismo correspond­iente”, explicó Suárez.

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LA COMPRA. A pesar de que hay un “mercado gris”, durante los primeros meses de 2020 aumentó sustancial­mente el registro de usuarios.
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FARMACIAS. “Siempre se vendió todo lo que se ofreció en farmacias”, según el coordinado­r del Observator­io Uruguayo de Drogas.

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